En
el aniversario 50 de uno de los más dramáticos hechos de la Guerra
Fría donde su puso en peligro la paz mundial
La Crisis de Octubre, -o Crisis de los
Misiles-, en la larga lista de agresiones del gobierno de Estados
Unidos contra Cuba, reviste singular importancia lo ocurrido en la
semana comprendida entre el 22 y el 28 de octubre de 1962.
La Crisis de Octubre, también
llamada Crisis de los Misiles, devino uno de los más dramáticos hechos de
la Guerra Fría y en opinión de algunos especialistas, de todas las
relaciones internacionales contemporáneas. La paz mundial estuvo seriamente en
peligro.
El imperialismo tuvo la
oportunidad de comprender que un pueblo pequeño e indoblegable lo podía
conducir a una catástrofe si osaba llevar adelante su aventurera agresión. La
derrota sufrida en Playa Girón no llamó al presidente John F.
Kennedy a la cordura sino a la revancha.
La Comisión Taylor, designada por el
mandatario para analizar el citado fracaso, recomendó "emprender nuevas
medidas político–militares, económicas y propagandísticas contra Castro",
lo que sirvió de base para la preparación y puesta en marcha de un nuevo plan
de operaciones encubiertas, la llamada Operación Mangosta, que a partir
de Noviembre de 1961 desencadenaría miles de actos
terroristas, sabotajes, planes de asesinatos de dirigentes y agresiones
armadas.
Unos meses más tarde, el
general Maxwell D. Taylor, en aquel momento presidente de la Junta de
Jefes de Estado Mayor, aseguraba al Presidente que no creía posible el
derrocamiento del gobierno cubano sin la intervención directa de Estados
Unidos, por lo cual recomendaba "un curso más agresivo de
la Operación Mangosta, cuya ejecución, autorizada por Kennedy, debía
escalar sus medidas hasta crear el escenario propicio para asestar un golpe
aéreo masivo sorpresivo y/o realizar la invasión.
El 7 de marzo de 1962, la
Junta de Jefes de Estado Mayor propuso, "fabricar una provocación que
justificara una acción militar norteamericana" y solo dos días después, la
oficina del Secretario de Defensa sometió a la consideración de la Junta de
Jefes de Estado Mayor un paquete de medidas que podían servir de pretexto para
justificar la intervención militar en Cuba.
En medio de la creciente escalada
norteamericana, el 29 de mayo de 1962 llegó a Cuba una
delegación soviética presidida por un miembro del Presidium del Comité
Central del Partido Comunista de la URSS, que traía la encomienda de proponer a
Cuba la instalación en la Isla de cohetes con carga nuclear a fin de garantizar
que los norteamericanos no invadieran la Isla y fortalecer las posiciones del
Socialismo en el mundo.
La Dirección de la Revolución y el gobierno
de la URSS firmaron el "Acuerdo entre ambos sobre la colaboración militar
en la defensa del territorio nacional de Cuba". A pesar de que el
acuerdo era totalmente legal y su concertación estaba dentro de las
prerrogativas de los dos gobiernos soberanos, la administración yanqui se negaría
a aceptar los hechos y éstos le sirvieron de pretexto a Kennedy para
desencadenar la crisis.
El 20 de junio de 1962, el
Estado Mayor General de la URSS aprobó la jefatura y composición de la
Agrupación de Tropas Soviéticas que participaría en la Operación Anadyr.
El comandante Raúl Castro viajó a Moscú del 3 al 16 de
julio y, entre otras cosas, reiteró el criterio del Comandante en
Jefe Fidel Castro, de hacer público el acuerdo militar cubano–soviético
como acto soberano entre dos estados.
No obstante, la parte soviética insistió en
mantener la operación en secreto, algo imposible de lograr debido a su
envergadura y al sobrevuelo sistemático de la aviación de exploración
norteamericana sobre Cuba.
Las unidades de la Agrupación de Tropas
Soviéticas comenzaron a llegar a Cuba a principios de agosto. Por esos días ya
la inteligencia de EE.UU. había determinado la presencia en Cuba de cohetes
antiaéreos y aviones MiG-21, construcciones no identificadas y la
existencia de especialistas militares soviéticos.
Para el 16 de octubre los U–2
confirmaron la presencia de emplazamientos coheteriles nucleares en San
Cristóbal, Pinar del Río y ese mismo día, sobre las 11:00 h. Kennedy
citó a un grupo de funcionarios que posteriormente conformarían el Comité
Ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional y éstos, después de estudiar
durante cinco días las variantes propuestas, decidieron, el 20 de octubre,
aplicar el "Bloqueo Naval" a Cuba, para lo que fueron creadas cinco
fuerzas de tarea.
Desde el 21 de octubre, las Fuerzas
Armadas de los Estados Unidos pasaron de las condiciones de tiempo de paz
(DEFCON–5) a la de alta alerta (DEFCON–3) y fue ordenado reubicar los medios de
Defensa Antiaérea para estar en mejores condiciones de combate; reforzar
la base naval de Guantánamo, así como evacuar a los familiares y civiles
de aquel enclave, aumentar la vigilancia y desplegar las fuerzas que impondrían
el bloqueo.
El 22 de octubre, al decretarse el
bloqueo naval contra Cuba y crearse todas las condiciones para
bombardear e invadir la Isla se desencadenaba la llamada Crisis de
Octubre. Kennedy demandó la retirada de las armas estratégicas soviéticas
basificadas en Cuba, y declaró el bloqueo naval, ante lo cual,
las FAR respondieron con la Alarma de Combate para todas sus unidades.
La aviación de exploración táctica
norteamericana incrementó sus vuelos rasantes, al punto que el Comandante en
Jefe ordenó el 26 que a partir del día siguiente se abriera fuego contra los
aviones enemigos en vuelo a baja altura. Dada la insolencia del gobierno
norteamericano, el 27 fue derribado un avión U–2 sobre el norte de Oriente,
hecho que marcó uno de los momentos más dramáticos de la crisis.
Entre el 26 y el 31 hubo un intercambio de
mensajes entre Nikita S. Jruschov y Fidel. En los firmados por el
dirigente soviético se evidencia la unilateralidad de su actuación y la
subestimación con que trataba al pequeño país; mientras que los del líder
cubano alertaban sobre los peligros y se apegaban con firmeza a los principios
revolucionarios.
El domingo 28 de octubre, El
Kremlin comunicó a Washington que se habían impartido órdenes
para interrumpir la construcción de las instalaciones, desmantelar las
existentes y retornar las armas nucleares desplegadas a la URSS. En la tarde de
ese día, Cuba rechazó la inspección de su territorio que habían acordado las
dos potencias y dio a conocer su posición con "Los Cinco Puntos".
Los Estados Unidos y la URSS se
pusieron de acuerdo sobre la base de la propuesta de Jruschov del día 26
de octubre, lo que para ambas superpotencias marcó el fin de la Crisis. El 30 y
el 31 de octubre fue suspendido el bloqueo por la visita de U. Thant
a Cuba; reanudado el 1 de noviembre. El 20 de noviembre a las
18:45 horas, Kennedy ordenó levantar el bloqueo y el 22 el Gobierno
Revolucionario declaraba la vuelta a la normalidad en la Isla, luego de
permanecer en pie de guerra desde el 22 de octubre.
Los cinco puntos enarbolados fueron:
-
Cese del Bloqueo económico y de todas las medidas de presión comercial y
económica que ejercen los Estados Unidos en todas partes del mundo contra
nuestro país.
-
Cese de todas las actividades subversivas, lanzamiento y desembarco de armas y
explosivos por aire y por mar, organización de invasiones mercenarias,
filtración de espías y saboteadores, acciones todas que se llevan a cabo desde
el territorio de los Estados Unidos y de algunos países cómplices.
-
Cese de los ataques piratas que se llevan a cabo desde las bases existentes en
Estados Unidos y Puerto Rico.
-
Cese de todas las violaciones de nuestro espacio aéreo y naval por aviones y
navíos de guerra norteamericanos.
-
Retirada de la Base Naval de Guantánamo y devolución del territorio cubano
ocupado por los Estados Unidos.
Cuba mantuvo sus posiciones de
principios en todo momento y con la mayor firmeza, su prestigio y su moral.
Aunque la crisis fue conjurada y los Estados Unidos se comprometieron
a no invadir Cuba, la sostenida agresividad contra la Revolución evidenció que
la seguridad del país no podía confiarse a la buena fe del imperialismo y
obligó al Estado cubano a mantener unas fuerzas armadas de gran envergadura y
moderno equipamiento, aseguradas por una sólida infraestructura en un volumen
capaz de asegurar la vida y la actividad de las tropas en tiempo de paz, su
despliegue estratégico y una lucha prolongada en tiempo de guerra.
Crisis
de los Misiles. Fidel Castro. Al borde de una guerra mundial nuclear 1962
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