Dirigió la primera escuela laica de Bolivia
en La Paz. Además
fundó también la primera escuela de pintura para mujeres (1911) y
posteriormente para niños, en uno de los arrabales de la capital.
En 1928 recibió la máxima condecoración
literaria otorgada por el gobierno de la nación. Entre su dedicación a la enseñanza y
su actividad literaria, Zamudio desarrolló una significativa labor
sociocultural en pro de la emancipación intelectual y social de la mujer.
Sus inicios creativos fueron la publicación
de algunos poemas bajo el seudónimo de Soledad, con una lírica fluida en la que
aparecían la naturaleza y los sentimientos como temas principales, elementos
que después terminaron por ser fundamentales en su obra, donde supo expresarse
sirviéndose de todos los géneros y formas retóricas.
Autora de varias piezas de teatro, de
ensayos pedagógicos y políticos, cuentista y poeta de extrema preocupación
social y angustia filosófica, en sus textos reveló una singular conjunción
entre rebeldía y misticismo.
Entre sus principales obras sobresalen
Ensayos políticos (Buenos Aires, 1887),
Íntimas, Peregrinando y Ráfagas (París,1914).
El lugar más destacado entre la producción
poética de Zamudio lo ocupa la obra Ensayos poéticos, publicada en Buenos
Aires en 1928, con un prólogo de Juan José García Velloso.
En dicha obra aparecen
reflejados todos los temas recurrentes de la escritora -la vida, la naturaleza,
la preocupación filosófica, los sentimientos y la mujer-, consolidándose el
estilo armonioso y sencillo que caracterizaron una escritura entre tierna y
pesimista.
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