El poeta, músico y diplomático brasileño
Vinicius de Moraes nació en Río de Janeiro, el 19 de octubre
de 1913 y murió el 9 de julio de 1980. fue una figura
capital en la música popular brasileña contemporánea.
Su nombre completo era Marcus Vinícius
da Cruz de Melo Morais. Como poeta escribió la letra de un gran
número de canciones que se han convertido en clásicas. Como intérprete,
participó en muchos discos.
También fue diplomático de Brasil.
En 1929, comenzó a estudiar derecho en Río de Janeiro. A partir de
1932 escribió las letras de diez canciones que fueron grabadas por los
hermanos Tapajós.
Cuando finalizó sus estudios, publicó sus
libros Caminho para a distância (1933) y Forma e exégese. Más
tarde (1935) comenzó a trabajar como censor cinematográfico y escribió su
tercer libro Ariana, a mulher (1936).
En 1938 de Moraes se instaló
en Inglaterra con una beca concedida por el gobierno inglés en
la Universidad de Oxford y escribió Novos Poemas.
En 1941 volvió a Río y comenzó a escribir críticas de cine en
periódicos y revistas.
Dos años más tarde se unió al cuerpo
diplomático de Brasil y publicó su libro Cinco elegías.
En 1946 fue enviado a Los Ángeles como vicecónsul en su primer
destino diplomático y publicó su obra Poemas, sonetos e baladas.
Al principio de 1950, de Moraes volvió
a Brasil por la muerte de su padre. Su primer samba (compuesto junto
con el músico Antônio Maria) fue Quando tu passas por mim y se
publicó en 1953. En ese año se trasladó a Francia como segundo
secretario de la embajada de Brasil.
Su obra de teatro Orfeu da
Conceição ganó el Concurso del IV Centenario de São
Paulo en 1954. Al año siguiente escribió la letra de algunas de las
piezas de música de cámara de Cláudio Santoro. En 1959 Marcel
Camus lleva al cine Orfeu da Conceição con el título
de Orfeo negro.
En esa época de Moraes entra en contacto
con Antonio Carlos Jobim, iniciando una amistad y una colaboración que
tiempo después, con la incorporación de João Gilberto daría lugar a un
movimimento de renovación en la música brasileña. Jobim escribe la música
para Se todos fossem iguais a você, Um nome de mulher y otras
canciones de la película, grabadas, entre otros, por Luís Bonfá.
Orfeo negro ganó el Óscar a
la mejor película de habla no inglesa, la Palma de Oro en el Festival de
Cannes y el premio de la Academia Británica. En ese momento era cónsul
en Montevideo. Tras un regreso a sus destinos diplomáticos
en Francia y Uruguay, publicó sus obras Livro de sonetos
y Novos poemas II.
En 1958, la cantante Elizeth
Cardoso publicó el disco Canção do amor demais, que marcó el comienzo
de la bossa-nova. Este disco sólo contiene composiciones del dúo Jobim-de
Moraes, o realizadas por sólo uno de los dos (Canção do amor demais,
Luciana, Estrada branca, Chega de saudade, Outra vez...), en una
producción que también incluía a João Gilberto en las dos últimas
pistas.
Tras ese disco, la carrera de todos ellos
recibió un gran impulso. Suele decirse que Chega de saudade es el
tema que inaugura la bossa nova.
En los años sesenta, Vinícius realizó
colaboraciones con muchos cantantes y músicos reconocidos en Brasil, en
particular con Toquinho (el colaborador más frecuente de De Moraes y
uno de sus grandes amigos). Sus canciones Para uma menina com uma flor y Samba
da bênção (con música de Baden Powell) fueron incluidas en la banda
sonora de Un homme et une femme (de Claude Lelouch, 1966),
película ganadora del Festival de Cannes.
Aparte de sus compañeros brasileños, cientos
de intérpretes de muchas nacionalidades y estilos han grabado alguna de sus más
de 400 canciones. Entre ellas, sobresale Garota de Ipanema (con música
de Tom Jobim) por la incontable cantidad de interpretaciones, versiones,
adaptaciones, traducciones y grabaciones de las cuales ha sido objeto. Se
estima que es una de las tres canciones más versionadas en la historia de la
música contemporánea, junto con Bésame Mucho (de la autoría de la
mexicana Consuelo Velázquez) y Yesterday,de Paul McCartney.
Tal vez sea debido a la circunstancia de que
la poesía de Vinicius está íntimamente ligada a la Bossa Nova y la música
popular brasileña, aunado a su estilo de vida, que su obra no goza de la
consideración que merece dentro de los círculos intelectuales y el mundo de las
letras.
Sin embargo, existen varios poetas,
escritores, críticos y ensayistas dentro y fuera de Brasil que lo consideran
como uno de los tres mayores exponentes de la poesía en lengua portuguesa. Sus
poemas logran una armonía y una belleza estética sumamente apreciadas, y el
fondo filosófico-romántico en ellos es interpretado como verdaderos atajos para
la felicidad.
Quizás el mejor ejemplo de lo anterior sea
el poemaPara viver um grande amor, donde quedan sintetizadas toda la filosofía
y la forma poética preferidas por este gran bohemio. Mención aparte merece su
enorme atracción hacia las mujeres. Todo parece indicar que contrajo matrimonio
en siete ocasiones y procreó diez hijos.
Vinícius de Moraes murió en Río de
Janeiro a la edad de 67 años.
Una de sus grandes obras es el disco
proveniente de las sesiones de grabación en el café-concert La
Fusa (en la ciudad de Mar del Plata), provincia de Buenos Aires,
Argentina, donde en el verano del año 1971 tocaron varias canciones famosas,
con la voz de María Creuza y la guitarra de Antonio
Pecci (Toquinho). Vinicius sugirió para lograr un mejor resultado del
disco, que las canciones fuesen grabadas en el estudio y que después, encimaran
las voces del público rioplatense, entusiasta, alegre y emotivo.
Hoy en día, si se escucha con atención el
disco se puede apreciar como Toquinho improvisa mientras Vinicius dirige unas
palabras a su público; luego se escucha el corte de la grabación, y se nota el
cambio de tono de la guitarra de Toquinho. Vinicius cuenta que aquellos
fueron de los mejores años de su vida, donde no faltaron mujeres y whisky. Con
su voz de cava, teñida por los cigarros y el alcohol, Vinicius canta como
nunca.
Comentaba Vinicius: “La idea de hacer un LP del show
que presenté recientemente en La Fusa (el adorable café concert de Silvina y
Coco Pérez) junto a la cantante bahiana Maria Creuza y al guitarrista
y compositor paulista Toquinho (Antonio Pecci Filho), encontró
respuesta inmediata en la sensibilidad de Alfredo Radoszynski, director
del sello Trova”.
“Tratándose de un disco para el gran público
y no solamente para una minoría de aficionados, le sugerí a Alfredo que lo
grabáramos en el estudio, para evitar las distorsiones comunes en las
grabaciones en vivo, donde el artista tiene que estar más atento al público que
a los aparatos de reproducción sonora. Así lo hicimos, grabando también el
ambiente de La Fusa y el calor de los aplausos que el público porteño nos
brindó en nuestros recitales. [...]”
“Le pedí entonces a mi amigo Alfredo que invitara
a dos excelentes músicos argentinos con los cuales había trabajado en noviembre
de 1969 en el teatro Émbassy. Se trataba
de Mario Mojarra Fernández y Enrique
Zurdo Roizner, quienes cumplieron su labor a la perfección. Fueron dos
sesiones nocturnas que finalizaron con las primeras luces del día, totalizando
16 horas de trabajo en un ambiente de bohemia, de gran cordialidad; donde no
faltaron los elementos primordiales: botellas de whisky y mujeres bonitas.”
“Registramos nuestro show con aquel mismo
espíritu de íntima comunicación e informalidad que nos gusta para transmitir
nuestras canciones. El resto se debe a los oídos afinados de técnico de Gerd
Baumgartner y los buenos oficios de Mike Ribas, cuya colaboración fraterna
agradecemos profundamente.”
Vinicius
de Moraes, agosto de 1970.
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