El comandante Camilo
Cienfuegos Gorriarán, fue un extraordinario combatiente y revolucionario
cubano. Expedicionario del Yate Granma. Uno de los pilares fundamentales de la
gesta armada que derrocó a la tiranía del dictador Fulgencio Batista el 1 de
enero de 1959. Amigo inseparable del comandante guerrillero Ernesto Che
Guevara. Su valor hizo que el pueblo espontáneamente le otorgara el título
honorífico de Héroe de Yaguajay y Señor de la Vanguardia. Nace
el 6 de febrero de 1932 en la barriada habanera de Lawton, La Habana. Hijo de
padres originarios de Pravia, Asturias y de Castro Urdiales, Cantabria, de
humilde extracción social.
En 1940 ingresa en la Academia Nacional
de Bellas Artes San Alejandro, pero tuvo que abandonar sus estudios por
problemas económicos. Durante el período en que fue estudiante de San
Alejandro, estuvo trabajando en la tienda “El Arte”, como aprendiz, sastre de
oficio. Su temperamento jovial y sonrisa franca, le hacía ganar amigos desde el
primer encuentro.
En el año 1948, participó en
las protestas populares contra el aumento del pasaje en ómnibus. En 1954, se
vincula a la lucha contra la dictadura de Batista.
Desde muy joven comprendió
que el entorno de la seudorrepública no le ofrecía porvenir alguno, por lo que
viajó a Estados Unidos con solo 21 años de edad, en busca de mejores
oportunidades económicas para su familia.
En 1955 fue detenido y
deportado a Cuba, incorporándose a las luchas estudiantiles, resultando herido
en una manifestación de protesta. Preso, torturado y fichado por los sicarios
del régimen dictatorial, tuvo que retomar el camino del destierro en Nueva York
uniéndose a la oposición revolucionaria en el exilio.
En Nueva York supo del
proyecto que encabezaba Fidel Castro, encaminado a organizar una expedición
armada en México con el propósito de desembarcar en Cuba y emprender la lucha
insurreccional contra la dictadura.
Aquella empresa encajaba en
los ideales de Cienfuegos Gorriarán, quien fue expulsado por las autoridades
migratorias al vencerse su permiso de residencia, y fue enviado a México, a
donde llegó el 19 de septiembre de 1956, sin ser enviado por ninguna célula del
M-26-7, por lo cual le resultó difícil ser aceptado, siendo Reinaldo Benítez
quien lo presenta a Fidel. Finalmente es aceptado y lo remiten al Campamento de
Ciudad Victoria. Es desde este campamento en que escribe a un amigo una de las
frases que ha servido como bandera del internacionalismo que ha practicado
Cuba: (...) esos que luchan, no importa dónde, son nuestros hermanos.
Fue Camilo uno de los
últimos elegidos para la expedición del Granma. El 2 de diciembre de 1956
figuró entre los 82 combatientes que desembarcaron por Cayuelos, en la costa
Sur. Tras la dispersión de Alegría de Pío, producida tres días después, se unió
finalmente a Fidel en Purial de Jibacoa, el día 18 de diciembre.
Ya en la Sierra Maestra
integró la Columna
1, y en 1957 participó entre otros en los combates de La Plata , el 17 de enero;
Llanos del Infierno, el 22 de enero; Uvero, el 28 de mayo; primer combate de
Pino del Agua, el 17 de septiembre, donde resultó herido de gravedad, y Alto
del Cojo, el 27 de noviembre. Se destacó rápidamente por su valor, audacia y
cualidades de mando, por lo que había sido ascendido a teniente el 2 de agosto
de ese año, y al morir Ciro Redondo en el combate de Mar Verde, el 29 de
noviembre, fue ascendido a capitán, grado con el que combatió en Altos de
Conrado, el 8 de diciembre.
El 16 de febrero de 1958,
fuerzas bajo su mando trataron de establecer un cerco para aniquilar los
refuerzos del ejército batistiano en el segundo combate de Pino del Agua, en el
que fue herido en un muslo y en el abdomen.
Al decidirse extender la
guerra a otros territorios, recibió la misión de dirigir un pelotón en la zona
del Cauto, el 21 de marzo de 1958. El 1 de abril —al mando de unos 28 hombres—
se dirigió a la zona de Bayamo, y dos días más tarde cruzó la Carretera Central
por un lugar llamado Tuabaquey, destruyendo a su paso 18 postes del tendido
eléctrico y 15 telefónicos, paralizando las comunicaciones entre Bayamo y
Manzanillo.
El 16 de abril de 1958, fue
ascendido a Comandante y promovido a jefe de la Columna 2 Antonio Maceo para operar en el triángulo
cuyos vértices estaban situados en las ciudades de Bayamo, Manzanillo y
Victoria de Las Tunas, así como las áreas urbanas de estas ciudades.
El 20 de abril atacó la
planta eléctrica de Bayamo haciéndole dieciocho bajas al enemigo, y el 4 de
mayo, tropas bajo su mando fueron rodeadas en el Monte La Estrella por fuerzas
superiores del ejército de la tiranía, logrando rechazarlos para continuar
realizando emboscadas y sabotajes.
Al desatarse la ofensiva de
verano del ejército batistiano, el Comandante en Jefe Fidel Castro le ordenó,
el 12 de junio de 1958, regresar con su Columna a la Sierra Maestra para
apoyar el rechazo a dicha ofensiva, dejando en el llano una pequeña fuerza que
distrajera al enemigo. En menos de una semana estuvo listo para la nueva
misión, combatiendo el 29 de junio en Casa de Piedra contra la 97 Compañía del
11 Batallón del ejército.
Al pasar las fuerzas
rebeldes definitivamente a la ofensiva, el 18 de agosto de 1958 recibió la riesgosa misión de que, junto a la Columna 8 Ciro Redondo
—del comandante Ernesto Che Guevara— realizara la invasión al centro del país,
reeditando la proeza de los mambises en la Guerra de Independencia.
Camilo tenía como misión
ulterior trasladarse con su columna a la provincia de Pinar del Río para llevar
la guerra hasta el extremo más occidental, como lo hiciera el mayor general
Antonio Maceo a finales de 1895 y principios de 1896.
El 22 de agosto abandonó la Zona de Providencia, en la Sierra Maestra , con
su Columna Invasora rumbo al llano para penetrar, después de múltiples penalidades
y extraordinarias muestras de heroísmo, a Las Villas el 7 de octubre de 1958.
Allí le ordenaron mantenerse en la provincia apoyando al Che —hasta que se
consolidara en la región— antes de continuar la marcha hacia Pinar del Río.
Se propuso atacar las
pequeñas guarniciones para posteriormente —con más armas y combatientes—
asaltar las guarniciones grandes y liberar los pueblos de mayor importancia.
Bajo esa estrategia se combatió —entre octubre y diciembre de 1958— en:
Seibabo, Venegas, Zulueta —en dos ocasiones—, General Carrillo, Jarahueca, Iguará, Meneses, Mayajigua y
Yaguajay, en cuyo cuartel y otras dependencias se habían hecho fuerte las
tropas enemigas, por lo que se requirieron nueve días de batallar para tomarlo.
Esta victoria coincidió con la toma de la ciudad de Santa Clara por las tropas
del Che y con la fuga del tirano, con su consecuente intento de un golpe de
estado.
Con el Triunfo de la Revolución Cubana
fue nombrado Jefe de Estado Mayor del Ejército Rebelde.
Ante la nueva situación
creada con la huida del tirano y el intento de establecer un nuevo gobierno,
Camilo recibió la orden de marchar rápidamente hacia La Habana y tomar la máxima
fortaleza de la tiranía: el Campamento de Columbia, misión que cumplió el 2 de
enero de 1959. También participa en el recibimiento a la Caravana de la Victoria presidida por
Fidel el 8 de enero y en el acto de bienvenida queda demostrada la infinita
confianza del Comandante en Jefe en Camilo cuando interrumpe su discurso y le
pregunta al Héroe de Yaguajay que estaba a su lado ¿Voy bien Camilo? Y este le
responde ¡Vas bien Fidel!
Su último discurso, lo
pronuncia el 26 de octubre de 1959, en el Palacio Presidencial y constituye un
llamamiento a la unidad, la confianza en Fidel y en la Revolución.
El 28 de octubre de 1959,
cuando se dirigía de regreso a La
Habana tras neutralizar una conspiración
contrarrevolucionaria en la provincia de Camagüey, dirigida por Hubert Matos,
la avioneta se extravió y desapareció sin dejar rastros.
Después de infatigables jornadas,
el 12 de noviembre, el Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, Comandante
en Jefe Fidel Castro, informaba al pueblo sobre la infructuosa gestión. Sus
palabras dejaron impresa para siempre los perfiles heroicos del combatiente
extraordinario:
«hombres como Camilo
Cienfuegos surgieron del pueblo y vivieron para el pueblo. Nuestra única
compensación ante la pérdida de un compañero tan allegado a nosotros es saber
que el pueblo de Cuba produce hombres como él. Camilo vive y vivirá en el
pueblo».
La legendaria figura de
Camilo Cienfuegos Gorriarán, el Señor de la Vanguardia , el Héroe de
Yaguajay, se acrecienta con el paso del tiempo.
Lo recordamos como el niño
simpático y travieso, pero justo y honesto; como el joven audaz y valeroso, que
sufre el dolor de su Patria oprimida y se rebela contra los desmanes de los
gobiernos de turno; como el invicto guerrillero que, por su coraje en el
combate, ganó el sobrenombre de Señor de la Vanguardia.
El pelotón de vanguardia es
siempre el que mayor peligro corre en el combate, el que primero se enfrenta al
enemigo, el que pone el pecho a las balas... Y, precisamente, al frente de ese
pelotón —primero en la columna no. 1, “José Martí”, al mando de Fidel Castro, y
luego, en la columna no. 4 “Ciro Redondo”, comandada por el Che Guevara— se
hizo gigantesca la figura de este excepcional guerrillero.
Muchas virtudes tiene
Camilo; pero entre ellas sobresale su fidelidad a la Patria , a la Revolución y a Fidel,
contra quien no quiso enfrentarse ni en la pelota.
Nuestro querido Camilo solo
contaba 27años de edad, cuando aquel 28 de octubre de 1959 desapareció en el
mar bravío para renacer convertido en una bella tradición que cada año llena
nuestras aguas de flores y cariño.
Su sombrero alón, su sonrisa
y su inmortal talla de héroe de la
Patria son presencia viva en el recuerdo y el corazón
agradecido de cada cubano.
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