Arribó a la isla sin haber cumplido los
quince años, a principios del Siglo XX. Trabajó en diferentes actividades,
como todo buen emigrante. Perdió el equilibrio mental después de haber estado
en prisión según varias versiones.
Era de mediana estatura, menos de 6 pies.
Tenía el pelo desaliñado, castaño oscuro, con algunas canas y lucía barba. Sus
uñas eran largas y retorcidas por no haberse cortado en muchos años. Siempre se
vestía de negro, con una capa también negra, incluso en el calor del verano.
Siempre cargaba un cartapacio de papeles y una bolsa donde llevaba sus
pertenencias.
Era un hombre gentil que podía aparecer en
cualquier lugar en el momento más inesperado, aunque visitaba muchos lugares
regularmente. Se paseaba por las calles y viajaba en las "guaguas"
(autobuses) de toda La Habana, saludando a todo el mundo y discutiendo la
filosofía de su vida, la religión, la política y los eventos del día con todo
el que atravesaba su camino.
Frecuentemente se encontraba en
el Paseo del Prado, en la Avenida del Puerto, en un parque cerca de
la "Plaza de Armas"; cerca de la Iglesia de Paula; y en
el Parque Central, donde algunas veces dormía en uno de los bancos; por
la Calle Muralla; cerca de Infanta y San Lázaro; y en la
esquina de 12 y 23 en el Vedado.
También se le recuerda caminando por el
parque del centro de la Quinta Avenida en Miramar, donde solía
estar por las tardes. Era un hablador educado y fluente. Muchos recuerdan las
veces que charlaban con él. Nunca pedía limosnas ni decía malas palabras.
Solo aceptaba dinero de las personas que el
conocía, a las que a su vez daba un obsequio, que podía ser una tarjeta
coloreada por el o un cabo de pluma o lápiz entizado con hilos de diferentes
colores, un sacapuntas, u objeto similar.
Frecuentemente le daba cambio a aquellos que
le daban dinero. Aunque los niños inicialmente le tenían miedo por su
apariencia, pronto perdían el miedo y charlaban con él. Todos, tanto adultos
como niños, le hablaban con mucho respeto.
Fue culpado del robo de unas alhajas y
trasladado a la cárcel. La prisión cambió a José María López, no se lo podía
creer, injusticia de la justicia. Perdió el equilibrio mental y comenzó, a
recorrer el paseo de Prado, en todas direcciones, avenida que transformó
en su dominio. Calificó a la hermosa vía como su imperio y a los leones
metálicos, que la adornan, como sus fieles súbditos
El libro del Doctor Calzadilla contiene gran
cantidad de datos, algunos en conflicto con otros, obtenido de entrevistas con
El Caballero, su familia y personas que lo conocían.
El Dr. Calzadilla fue el último Psiquiatra
que atendió a El Caballero en el Hospital de Enfermedades Mentales de
Mazorra, en las afueras de La Habana. El libro incluye una copia
fotográfica del certificado de nacimiento de El Caballero y de la lista de
entradas de pasajeros cuando el llegó a Cuba.
También contiene su diagnóstico médico,
resultados de las pruebas de laboratorio y pruebas psiquiátricas más el reporte
de su autopsia. De éstos documentos se obtuvieron los siguientes datos:
El nombre verdadero de El Caballero de París era
José María López Lledín. Nació a las 11 de la mañana del 30 de
diciembre de 1899 en casa de sus padres, en la aldea
de Vilaseca, en el término municipal de Fonsagrada, provincia de
Lugo, España.
Su padre fue Manuel López Rodríguez, de 30
años de edad, también nacido en Vilaseca, y su madre Josefa Lledin Mendez,
de 30 años de edad, nacida en Nogueira, en la misma municipalidad y
provincia.
Sus abuelos paternos fueron Bernabé López y
Manuela Rodríguez, ambos anteriormente fallecidos. Sus abuelos maternos fueron
Manuel Lledín y Francisca Méndez, ambos viviendo en la fecha de su nacimiento.
Sus padres tenían una pequeña villa con viñeros donde producían vinos y
aguardiente.
El libro relata que fue bautizado en la
Parroquia del Salvador de Negueira. Comenzó su educación primaria a los 7 años
de edad en Negueira y llegó a completar la mitad de su educación secundaria.
Uno de los reportes indica que el Caballero fue el cuarto de 8 hermanos. Otro
dice que hubo 11 hijos en la familia, de los cuales 2 habían muerto y 7
emigraron a Cuba.
Según su hermana Inocencia, José se enamoró
de Merceditas, la hija de un médico de Consagrada. Ella murió de joven y
José se encontraba a su lado cuando ella murió. El día que murió, José juró que
nunca se casaría y siempre mantuvo su promesa.
De acuerdo con el documento de entrada
(Archivo Nacional - Registro de Entrada de Pasajeros en 1913 - Folio
283, José María López Lledín llegó a la Habana el 10 de
diciembre de 1913 a la edad de 12 años a bordo del vapor alemán
"Chemnitz".
Allí se reunió con su tío (llamado AG, un
cuñado de su hermano Benigno) y con su hermana Inocencia, la cual había llegado
a Cuba en 1910. Por un breve periodo José trabajó en la bodega de otro
gallego en la calle Genios, hasta que dejó la casa de su tío para seguir su
propio destino.
Trabajó como encargado en una tienda de
flores, como sastre (según su hermana Inocencia), en una tienda de libros y en
una oficina de abogados. Estudió y refinó sus manierismos para conseguir mejor
empleo y logró conseguir empleos mejor pagado trabajando como sirviente de
restaurante en los hoteles "Inglaterra", "Telégrafo",
"Sevilla", "Manhattan", "Royal Palm", "Salón
A" y "Saratoga". Según su primo Julio él llegó a hablar algo de
inglés.
El Caballero confesó a Calzadilla que nunca
se había casado, pero que tenía un hijo y una hija de una señora que era
secretaria de una compañía azucarera. El Caballero relata que su hijo vivía en
Marianao y trabajaba en la radio, y que la madre e hija se habían ido de Cuba.
La mayoría de los reportes están de acuerdo que
José perdió su razón y se convirtió en "El Caballero" cuando fue
arrestado en 1920 y remitido a la prisión del "Castillo del
Príncipe" en La Habana, por un crimen que no había cometido.
Su sobrino Manuel también confirma que,
según su tía Mercedes, hermana de "El Caballero", la razón que José
perdió sus facultades se debió a que fue recluido en la cárcel por un crimen
que no cometió.
Lo que todavía no ha sido determinado es
cuál es el crimen de que fue acusado, y el tiempo que estuvo encarcelado. Ni
"El Caballero" ni sus familiares discutieron estos puntos en sus
entrevistas, aparte de reiterar su inocencia. Aparentemente, ningunos de los
reporteros que escribieron historias sobre "El Caballero"
en Cuba lograron encontrar documentación sobre su arresto y juicio.
Se reporta que durante su estadía en la
prisión aprendió el arte de hacer plumas elegantes de escribir con plumas de
aves (las antiguas plumas de caligrafía). Algunos dicen que en la prisión hacía
discursos donde se presentaba como Papa, Rey o Caballero. (Estos dos detalles
hacen creer que probablemente estuvo encarcelado por más de los 30 días de
condena acostumbrados por ofensas menores.)
Nadie ha podido precisar exactamente el
crimen de que fue acusado ni cuanto tiempo permaneció encarcelado. Cuando
comenzó a deambular por las calles de la Habana,
su
familia se reunió para ver lo que podía hacerse para ayudarlo. La familia
decidió que lo mejor sería que el regresara a su pueblo natal para vivir con
sus padres.
Cuando le comunicaron esta decisión a
"El Caballero", este se alteró de sobremanera y dijo que si lo
embarcaban para España, el se mataría tirándose al mar. La familia
desistió en estos esfuerzos, pero el resultado fue que "El Caballero"
y su familia quedaron más distantes.
Versiones
sobre la pérdida de la razón
Hay
varias otras versiones que tratan de explicar porque "El Caballero"
perdió la razón sin culpar su encarcelamiento:
Una de estas versiones es que
en 1919 la esposa e hijos de "El Caballero" murieron en
el naufragio del barco "Valbanera" que iba en rumbo
a Santiago de Cuba. (Este reporte parece ser una distorsión de un cuento
similar, relatado por Julio Lledín, primo de José, refiriéndose a otra persona
callejera, compañero de "El Caballero" durante sus primeros tiempos
de ambulación por La Habana, del cual se decía había perdido toda su
familia en el naufragio del "Valbanera".)
Javier, un biznieto de una de las hermanas
de "El Caballero", relató lo que parece ser una variación más
romántica del cuento anterior. Javier escribió que "El Caballero"
correspondía por correo con una novia en París. Eventualmente, esta novia
decidió reunirse con el en La Habana y hicieron planes para reunirse en los
muelles y el así fue con un ramo de flores.
Según uno de los lectores, el barco que
traía su novia a La Habana se hundió trágicamente y este trágico hecho le causó
la pérdida de sus facultades mentales. Cuando su novia no apareció en la fecha
acordada, él le dio las flores a una mujer que pasaba. Después de ese día el siempre
volvía a la misma hora, con un ramo de flores que le daba a la primera mujer
que pasaba. (Este cuento parece algo en conflicto con el otro cuento de que su
novia Merceditas había muerto en España antes de partir a Cuba.)
Orígenes
de su apodo
"El Caballero" siempre era algo
evasivo sobre el origen de su apodo. Una vez relató a su biógrafo que el había
obtenido el apodo de una novela francesa. Otra vez le dijo que la gente empezó
llamándolo "El Caballero" en la "Acera del Louvre", la
acera del Paseo del Prado donde están ubicados tres hoteles, incluso el
"Inglaterra" donde él había trabajado. Quizás en su mente equivalía
la "Acera del Louvre" a París.
El decía que La Habana era
"muy Parisien" y que él era "Mosquetero, Corsario y Caballero de
Lagardere". También decía que "París se conoce mucho en La
Habana" y que "muchos cubanos se hicieron famosos en París, tales
como Marta y Rosalia Abreu de Santa Clara".
Otros cuentan que en una época el trabajo en
el restaurante "Paris" un día regreso diciendo que era un
"Caballero" y "Rey" los clientes comenzaron a referirse a
el como "Caballero de Paris". Otros dicen que fue debido al estilo
francés de su vestimenta que utilizaba durante sus caminos. Otros dicen que el
apodo se lo dio el semanario humorístico "Zig Zag"
Tanto Javier como Mercedes, la hermana de
"El Caballero", dicen que "El Caballero" sacó su apodo de
su novia de París, que apareció cuando viajaba a reunirse con él en La Habana.
La versión más aceptada es que su apodo era
derivado de una película de cine contemporánea francesa. El personaje principal
de esta película era un hombre gentil que tenía la profesión poco envidiable de
ser el verdugo de París, una profesión conocida desde los días de
la Revolución Francesa con el nombre eufemístico "Monsieur de
Paris" (El Caballero de París).
En la película, la profesión del personaje
era un misterio para los otros huéspedes hasta que la entrometida propietaria
de la casa de huéspedes, curiosa por que el solo trabajaba un día a la semana,
miró dentro de su maletín y encontró la hoja de la guillotina.
Su
andar por las calles habaneras
"El Caballero" anduvo por las
calles de la Habana y sus repartos por muchos años. Todo el que vivió
en esa época en La Habana tiene una anécdota favorita sobre "El
Caballero". Dos de las cuáles son las siguientes:
Unos años después que Fulgencio Batista se
hizo Presidente de la Republica con un golpe militar, sacando a Carlos
Prio Socarrás, hubo un esfuerzo de normalizar la situación gubernamental,
dirigido por una vieja figura pública, Don Cosme de la Torriente. Durante esta
época "EL Caballero" fue invitado a salir en un programa de la TV.
En el programa le preguntaron "¿Que haría
usted para arreglar esta situación?", a la cual El Caballero"
contestó "Yo casaría el negro hijo de Batista con la blanca hija de
Prio."
Otra vez en 1953 (este cuento
también esta relatado en el libro de Calzadilla), El Caballero, junto con otros
conocidos personajes callejeros, entre ellos "Bigote de Gato" y
"La Marquesa", fueron invitados por Gaspar Pumarejo, el pionero de la
TV de Cuba, magnate y huésped de programas de variedad, a servir de jueces en
su programa en vivo "Escuela de Televisión". Al final del programa,
Pumarejo quiso regalarle 20 pesos a cada uno de los miembros del panel.
Cuando trato de darle dinero a "El
Caballero", este respondió "Ni mis sentimientos ni mi alcurnia me
permiten aceptarle ese dinero. Yo lo cedo a Bigote de Gato para una fiesta que
va a dar en su establecimiento."
Pumarejo, vacilando un instante, responde
"Entonces, ¿Por que no lo dona a la Casa de Beneficiencia?" a lo que
"El Caballero" respondió "Bueno, esta bien, vamos a donarlos...
pero ¿que hacen los ricos y el gobierno, que son los que deben atender a la
Beneficencia? Esto asi es una limosna y no esta bien que los niños de la
beneficencia tengan que recibir limosnas."
Según el libro de Calzadilla, al principio
de sus ambules, El Caballero se mantenía pulcro y bien vestido. El libro relata
que una dama, secretaria del jefe de una compañía azucarera, educada
en Francia y fluente en tres idiomas, se lo llevó a vivir en su
lujoso apartamento, lo bañó y perfumó y lo vistió con camisas de seda.
Ella lo llevo al teatro y al cine hasta que
la foto de ambos salio publicada en un periódico, cuando entonces su jefe
exigió que se terminaran las relaciones si ella quería retener su trabajo. Ella
así lo hizo. (Esta señora quizás es la misma que "El Caballero" decía
era la madre de sus dos hijos, pues tenía un empleo similar. Su nombre aparece
en el libro.)
Según una de las testigos, que vivía en los
altos del edificio, él solía frecuentemente dormir en la esquina
de Infanta y San Lázaro, en el edificio donde estaban las
oficinas de las "Lámparas Quesada".
Se le veía frecuentemente en las guaguas de
las rutas 19 y 32 en donde viajaba entre los suburbios de El Vedado y Miramar y
el centro de la ciudad. Según el libro de Calzadilla, "El Caballero"
nunca viajó fuera de los límites de La Habana después de comenzar su enfermedad
mental.
Varias veces fue arrestado y una vez, o
quizás dos veces, fue bañado y su pelo rasurado completamente, pero la reacción
del público cuando el evento fue reportado en la prensa, causo su puesta en
libertad inmediata.
En 1941 fue internado brevemente
en el Hospital Mental de Mazorra, pero fue soltado inmediatamente por
orden presidencial. En sus últimos años pasaba muchos ratos en la esquina de 12
y 23 en El Vedado, donde había varios establecimientos de pizza que le
daban comida gratis.
Familia
del "Caballero de París"
Su primo Julio nombra los 7 hermanos y
hermanas de "El Caballero" que llegaron a Cuba. Estos fueron
Inocencia, Isabel ("Cuca"), Manuela, Amancio, Mercedes, Benigno, y
Antonio. Inocencia murió en un asilo de ancianos en La Habana y fue
enterrada en el Cementerio Colón el 12
noviembre de 1973. Cuca y Manuela también murieron en Cuba.
Amancio y Mercedes salieron de Cuba. Benigno
regreso a España donde falleció.
Su
hermano Antonio, el cual estaba enfermo física y mentalmente, se suicido
el 20 de febrero de 1973. Cuca y Amancio ambos tuvieron hijos
que fueron a vivir a los Estados Unidos.
Manuel cuenta que el tío, tres hermanos y
dos hermanas del Caballero vivieron en La Habana y no querían que el siguiera
su vida de vagabundo.
El Caballero no quería que su familia lo
mantuviera ni le diera dinero y por eso peleaba frecuentemente con ellos y se
les escapaba para vivir en las calles de la ciudad.
Según su hermana Mercedes, en esa época, el
lucia cuerdo y recordaba perfectamente los detalles de su pueblo natal y de su
familia. Al pasar de los años, su "extrañeza" pasó a la
verdadera locura.
Después de la Revolución cubana, los
hermanos y hermanas salieron de Cuba y solo "El Caballero" quedó
atrás.
Tres de sus hermanos tuvieron descendencia,
algunos viviendo actualmente en Chicago y otros en Asturias.
Últimos
Años de su vida
El 7 de diciembre de 1977,
"El Caballero" fue internado en el Hospital Psiquiátrico
de Cuba en Mazorra, en las afueras de La Habana, como acto
humanitario. La razón fundamental para su internamiento no fue que amenazaba a
nadie, sino su estado físico deplorable y deteriorándose. Allí fue bañado y su
pelo fue limpiado y arreglado en forma de una larga trenza. Le suministraron
ropa limpia, incluso un traje negro como el solía vestir, y amplia comida.
Durante su estancia en Mazorra fue sometido
a exámenes físicos, exámenes de laboratorio y psicológicos, y también sufrió
una fractura de su cadera por motivo de una caída.
El diagnóstico de su psiquiatra, el Dr.
Cazadilla (que incluye en su libro) es que padecía de parafrenia, algunas veces
considerado como una forma de esquizofrenia. El no sufría de alucinaciones.
Murió a la 1:45 de la madrugada d el 11
de julio de 1985 a la edad de 86 años. Inicialmente, fue
enterrado en el cementerio de Santiago de las Vegas en La Habana.
Sus restos fueron exhumados por Eusebio
Leal, el historiador de la Ciudad de La Habana, y transferidos al convento
de San Francisco de Asís (ahora una sala de conciertos y museo), su
presente lugar de descanso.
Tomado
de Internet
No hay comentarios:
Publicar un comentario