El destacado árbitro cubano de béisbol
Amado Maestri, está reconocido como miembro del Salón de la Fama del Béisbol Profesional
mexicano. Nació el 8 de diciembre de 1909 en el poblado
de Regla, Ciudad de La
Habana.
Desde pequeño gustaba de jugar a
la pelota. Jugó como receptor en el equipo amateur Cubanaleco, donde sus
resultados fueron discretos. Posteriormente debutó como árbitro en la liga
profesional el 17 de octubre de 1936 donde llevó la voz
cantante en el cerrado choque que ganó el club Marianao al Almendares 2
carreras por 1.
Se enfrentó a los esbirros de Fulgencio
Batista y evitó así una golpiza mayor a los estudiantes universitarios,
liderados por José Antonio Echeverría, que se lanzaron a la grama del Estadio
del Cerro, en un partido de la Liga Profesional el 23 de noviembre
de1952 portando carteles para protestar contra la dictadura. Este hecho da
pie a la instauración posterior del día del árbitro.
El 5 de
junio de 1945 ofrece en el estadio Delta Park de Ciudad de
México una lección de valentía ante el magnate local Jorge Pasquel,
presidente de la Liga
Mexicana , al expulsarlo del terreno, cuando este bajó a
protestar una decisión del colegiado cubano.
Maestri arbitró también el juego efectuado
el 24 de junio de 1959 en el hoy Estadio
Latinoamericano, conocido entonces como el Estadio del Cerro, se pactó un juego
de exhibición entre el equipo de la Policía Nacional
Revolucionaria (PNR) y los Barbudos, una selección integrada por miembros
del Ejército Rebelde. El juego terminó 3 a 0
a favor de los Barbudos, y entre Fidel y Camilo
hicieron una gran jugada en primera base.
Al bate, Fidel dio un roletazo al cuadro; a
Camilo, en dos strikes, le salió foul el intento de toque y Maestri le declaró
out por regla. “Camilo, ¡te poncharon!”, dijo Fidel y al Héroe
de Yaguajay le brotó una carcajada que provocó una risa general.
No tuvo reparos para enrolarse en la
aventura de crear un certamen que reemplazara a la Liga Cubana de Béisbol
Profesional y salió a la cabeza del grupo de jueces que se desempeñó en el
juego inaugural el 14 de enero de 1962 junto a Rafael de la Paz que estuvo en primera
base, Francisco Fernández Cortón en segunda y Enrique Roger
García en tercera.
Aunque solo pudo impartir justicia durante
la primera campaña, su legado trasciende cualquier obstáculo. Es el patrón a
imitar.
Eladio Secades ilustre redactor
de Bohemia definió la grandeza de este hombre:
“Muchos factores han contribuido a que el
baseball llegara a alcanzar en Cuba la preponderancia, el crédito popular, la
idolatría tremenda que lo ha convertido en pasatiempo nacional. Entre esos
factores decisivos hay que incluir el prestigio que Amado Maestri le dio a la
misión encomendada a los árbitros.
En Maestri terminan los desahogos de
impertinencia, las perturbaciones por sistemas, los abusos engendrados por los
árbitros que permitían que la tolerancia de ellos alcanzara categoría de
humillación”.
“…[…] Pero no puede ocultarse que con la
aparición de Maestri con el hábito azul y los arreos del oficio, se inicia en
el baseball cubano la conversión al respeto, al acatamiento, a la disciplina.
Se acabaron las agresiones en el escenario.
Se terminaron las alteraciones del orden,
porque los revoltosos que tantos había en el baseball llamado independiente,
sabían que en boca de Maestri el pan era pan, el vino, vino y el out no tendría
remedio ni admitiría coacciones posibles…
Esa trancisión de la anarquía al acatamiento
cristalizado en sistema, el baseball tiene que agradéceselo a Maestri. […]
“¡Pobre del espectáculo deportivo que en los países de esta raza – tan
impulsiva, tan vehemente – no tenga jueces que sean respetados como se respeta
a Maestri en el baseball…!
La muerte se atravesó en su camino el 22 de
septiembre de 1963 cuando apenas tenía 53 años.
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