El actor cubano Erdwin Fernández (Erdwin
Juventino Fernández Sánchez), se destacó en la radio, la televisión, el cine y
el circo. Inmortalizó el personaje del payaso Trompoloco.
Dirigió, escribió y actuó en numerosos
programas infantiles. Nació en 1928, en
la provincia de Camagüey. Durante sus estudios de bachiller, incursionó en la
representación de algunas obras teatrales bajo la dirección de Luis Martínez
Casado, quien luego sería otra de las figuras relevantes de los medios cubanos.
Ingresó a la Universidad de La Habana para estudiar
arquitectura pero abandonó la carrera para seguir sus inquietudes artísticas.
En esta etapa se incorporó al grupo Teatro Universitario, experiencia que le
sirvió para consolidar sus recursos histriónicos.
En la década de los cuarenta se unió a las
misiones culturales que promovía el Ministerio de Educación para llevar
representaciones teatrales, conciertos y exposiciones por toda la Isla. Esta iniciativa
terminó con el golpe de estado de Fulgencio Batista en marzo de 1952.
A finales de la década de los sesenta se
incorporó a Teatro Estudio, emblemático grupo de teatro cubano, considerado
como la experiencia teatral más fecunda del siglo XX y al que se recuerda como
un importante centro formador de directores, actores y dramaturgos cubanos.
Entre las obras más recordadas del paso de
Erdwin Fernández por esta compañía teatral están Los cuentos del Decamerón y La
última carta de la baraja, ambas, bajo la dirección de Raquel Revuelta.
Entre sus actuaciones en el medio radial se
recuerda al personaje de “Simplicio Bobadilla y Comejaibas”, que interpretaba
en el programa La
Tremenda Corte , estrenado el 7 de enero de 1942 por RHC Cadena
Azul. El actor encarnaba a un muchacho de múltiples quehaceres, algo torpe y de
baja estatura, tan mañoso como el mismo “Tres Patines”.
A veces participa como acusador y en otras
ocasiones como acusado, en complicidad con “Tres Patines”. El autor de la idea
original y guionista del espacio fue Castor Vispo, quien luego devino prolífero
escritor para el medio televisivo.
La calidad de sus libretos, unido a los
altos estándares de actuación del elenco, le valieron a La Tremenda Corte el
calificativo de la mejor comedia radiofónica producida en Latinoamérica.
Este espacio fue heredero de toda la
influencia del teatro bufo cubano. En sus emisiones se parodiaba las
situaciones de un juzgado correccional en el que interactuaban los personajes.
Los roles principales estaban a cargo de Leopoldo Fernández (“José Candelario
Tres Patines”) y su contrafigura, Aníbal de Mar (El Tremendo Juez).
Los juegos con el lenguaje y el doble
sentido hacían las delicias de los espectadores y se convirtieron en rasgo
característico del espectáculo televisivo, cuyo éxito se acrecentó gracias a
las presentaciones simultáneas en el teatro.
Otros actores que participaron del programa
fueron Adolfo Otero (“el gallego Rudecindo Caldeiro y Escobiña”), Mimí Cal (“la
mulata Nananina”) y Miguel Ángel Herrera (“el secretario”).
A partir de 1977 formó parte del elenco de
uno de los programas más populares de la radio cubana (todavía mantenido en la
programación de Radio Progreso): Alegrías de Sobremesa.
En este espacio llegó a interpretar tres
personajes; entre ellos Adolfito, un niño que lograba con maestría cuanto
quería y al que distinguía su voz infantil; Gervasio Escobar y Campanario
(nombres de tres calles de La
Habana que daban amplia posibilidad para los chistes) y un
anciano dicharachero que jugaba todo el tiempo con el doble sentido y la
picardía. En el medio radial, además, desarrolló una admirable carrera como
director.
En los inicios de la década del cincuenta,
cuando ya se había enfrentado a un buen número de desafíos dramatúrgicos,
surgió el inolvidable payaso que lo iría a situar en alto puesto dentro de la
cultura cubana y lo dotara de una grandísima popularidad.
Se trataba de un clown clara blanca, cuyos
relatos destacaban la esencia de lo humano, confundiendo la tristeza y la
ternura como dicotomía central de su personalidad. El personaje vio la luz en
un programa infantil de la CMQ ,
llamado Chiquilín. Poco a poco se consolidó hasta llegar a llamarse Trompoloco;
no obstante, la notoriedad la alcanzó varios años más tarde.
Su mayor mérito consistió en la aceptación
que tuvo entre los niños, la capacidad de adaptar lo circense a la pequeña
pantalla y la habilidad para escribir sus propios textos e improvisar.
En 1951, Erdwin Fernández comenzó a trabajar
en pequeños papeles de espacios televisivos (por ejemplo, el programa
Televisión General Electric donde hizo de gángster junto a Enrique Almirante).
En 1962, creó y dirigió el espacio infantil
Amigo y sus amiguitos donde, junto a Nilda Collado, su compañera en la vida, y
Consuelito Vidal, ponía voz a los personajes e interpretaba canciones. Este
espacio gozó de amplia popularidad entre el público televidente.
En el espacio Teatro ICR, creado por Marcos
Behmaras con la intención de promover obras de la literatura universal
adaptadas a la televisión, actuó en la
Yerma , obra de Federico García Lorca que fue estrenada en
1964. En ella actuaron además, Sergio Corrieri y Consuelo Vidal, bajo la
dirección de Amaury Pérez García.
La cinta fue rodada íntegramente en el
Estudio No. 19 del edificio Focsa, en lo que constituyó la primera película de 16 mm filmada en Cuba,
realizada específicamente para la televisión.
Otro programa de la televisión en el que
participó como actor fue el humorístico Si no fuera por mamá, en el que también
trabajaron otras figuras relevantes de la cultura cubana como Eloisa Álvarez
Guedes, Martha del Río y Reinaldo Miravalles.
En este espacio interpretó el papel de
“Paco”, un abuelo jubilado que había sido obrero ferroviario. El éxito del
personaje, convirtió al actor en presidente de honor del Comité de Jubilados y
Pensionados de la División
de Occidente de Ferrocarriles de Cuba. Además, recibió un carné banda roja que
lo acreditaba como funcionario de alta jerarquía de dicho sector.
Su incursión en el cine fue breve, pero
memorable. En 1967, actuó, junto con Julito Martínez, en la película de Julio
García Espinosa, Las aventuras Juan Quin Quín, inspirada en la novela de Samuel
Feijóo. En esta cinta interpretó el personaje de “Jarecho”, cercano compañero
del protagonista.
Según los especialistas, el filme marcó un
punto de giro en la obra de su director y del cine cubano, en general. Varios
galardones distinguieron a la cinta, entre ellos: Mención de Honor en el II
Encuentro Internacional de Cine Iberoamericano, celebrado en Barcelona, España,
en 1966; así como el Premio de dirección Apsara de Oro, recibido en el II
Festival de Phnom Penh, Cambodia (1969) y el Certificado al mérito del I
Festival de Guyana (1976).
Entre sus trabajos dedicados al público
infantil se encuentra el largometraje de dibujos animados Elpidio Valdés contra
dólar y cañón, de Juan Padrón, donde dobló al personaje de “Oliverio”, un
inventor medio loco que sortea las carencias de las tropas mambisas solamente
con su ingenio.
En la década de los ochenta, hizo una gira
por varios países de América Latina con el Circo Nacional de Cuba. A su
regreso, reunió las experiencias vividas en su recorrido. La Editorial Extramuros
las publicó bajo el título Cuentos de payasos. Otros títulos de su autoría
fueron publicados: La carpa azul (Editorial Letras Cubanas, 1998) y Las dos
botellas (Editorial Extramuros, La
Habana , 2002).
Falleció en La Habana , el 23 de octubre de
1997.
Erdwin Fernández, junto a
Julito Martinez, en el filme cubano Las venturas de Juan Quin Quin, de Julio
García Espinosa
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