El 5 de febrero de 1792, en
el artículo titulado «Discurso sobre el Periódico», los redactores explicaban
que uno de los fines del Papel Periódico de La Havana sería atacar los hábitos
y costumbres «perjudiciales», y corregir los vicios.
La historia del Papel Periódico de la Havana
se divide en dos etapas: la primera, bajo la conducción de Diego de la Barrera,
y la segunda a partir de 1793, bajo el auspicio de la recién fundada
Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana.
Don Luis de las Casas colocó la dirección del
periódico en manos de una comisión, el “Cuerpo de Redactores”, integrada por
los fundadores y por intelectuales de relevante ejecutoria social.
El Papel Periódico de La Havana fue vehículo
de ética y cultura, de difusión mercantil, de promoción para el desarrollo
agrícola y de propaganda política. Todos los problemas de la colonia, incluidas
la esclavitud y la religión, se discutieron en sus páginas, de ideas liberales
o ilustradas –aunque lo hicieran con discreción y mesura.
Pero sus preferencias estaban en los temas
económicos, abordados de manera práctica y utilitaria. En él escribieron
figuras tan relevantes como Manuel de Zequeira y Arango, José Agustín
Caballero, Francisco de Arango y Parreño, Nicolás Calvo y
Antonio del Valle Hernández.
El primer número del Papel Periódico de La
Havana salió a la luz pública el 24 de octubre de 1790, pero no
fue, cronológicamente, la primera publicación de esa clase que circuló en Cuba.
El historiador Jacobo de la Pezuela da noticia de un impreso llamado El
Pensador, auspiciado por el capitán general Ambrosio de Funes, conde de Ricla-
que editaron aproximadamente en el año 1764 los abogados Gabriel Beltrán
de Santa Cruz e Ignacio José Urrutia, de cuya existencia no se tienen pruebas
documentales.
Algunos historiadores opinan que El Pensador
no era publicación cubana, sino española, porque en 1762 comenzó a
circular en Madrid una publicación de igual nombre, que pudo haber sido la referida
por Pezuela, que se recibiera en La Habana. La Gazeta de La Habana, de la
cual se conservan ejemplares, se publicó en esa ciudad semanalmente
entre 1782 y 1783, pero no tuvo fuerte impacto social, y su vida
fue efímera.
El Papel Periódico de La Havana constituyó
una vía para volcar los anhelos de la sociedad criolla, en proceso de
convertirse en nacionalidad. Su creación se debió en gran medida a la
iniciativa y la estimulación del capitán general don Luis de las Casas.
Entre
sus fundadores estuvieron relevantes personalidades como Diego de la
Barrera, José Agustín Caballero y Tomás Romay.
El Papel Periódico de La Havana tenía un
formato de 22 por 15 ½ centímetros y salía de la Imprenta de Francisco Seguí,
también conocida como Imprenta de la Capitanía General. Durante su primer año
de publicación solo vieron la luz diez números, de periodicidad dominical. A
partir de 1791 comenzó a editarse en los días jueves y domingos.
Su número inicial fue un Prospecto, en el
cual se explicaban la importancia social de un papel periódico, su misión y
objetivos. El Prospecto anunciaba los temas que serían de su interés:
agricultura, comercio, noticia de conocimientos científicos con aplicación a la
economía; además de literatura, anécdotas y noticias de ciencias y artes.
En sus páginas quedó recogido el ambiente
económico y cultural de la Isla, y sobre todo el impacto de la Ilustración en
la colonia bajo el reinado de Carlos III. Dio cabida a la literatura de
criollos, españoles y europeos esta en traducciones y a la crítica literaria.
Promovió la participación del público, cuyas
colaboraciones aceptaba, y destinó los fondos de las suscripciones a la
creación de la primera biblioteca pública que tuvo la ciudad. Contenía, además,
una sección destinada a anuncios de compras y ventas, a denuncias de pérdidas y
hallazgos y a cualquier otra necesidad de intercambio social de los
suscriptores.
Conservó su título hasta 1805, cuando
pasó a llamarse El Aviso (1805-1808), y en lo adelante tomó los nombres de
Aviso de La Habana (1809-1810), Diario de la Habana (1810-1812), Diario del
Gobierno de La Habana (1812-1820), Diario Constitucional de La
Habana (1820), Diario del Gobierno Constitucional de la Habana (1820-1823)
y Diario del Gobierno de la Habana (1823-1825).
El 1 de febrero de 1825 le fue restituido el
nombre de Diario de la Habana, hasta convertirse en La Gaceta de La Habana,
periódico oficial del gobierno, a partir del 3 de febrero de 1848.
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