En una
entrevista para el diario español La Vanguardia, el Papa Francisco consideró
que se excluye a jóvenes y ancianos y se centra en el dinero, en vez de en el
ser humano.
El Papa Francisco criticó el modelo
económico mundial por considerar que excluye a jóvenes y ancianos y centrarse
en el dinero, en vez de en el ser humano, en una entrevista para el periodista
Henrique Cymerman del diario español La Vanguardia.
"Creo que estamos en un sistema mundial
económico que no es bueno. En el centro de todo sistema económico debe estar el
hombre y la mujer, y todo lo demás debe estar al servicio de este hombre. Pero
nosotros hemos puesto al dinero en el centro, al dios dinero", dijo.
Consideró que "hemos caído en un pecado
de idolatría, la idolatría del dinero" y lamentó que millones de jóvenes
se encuentren sin empleo, mientras existe una cultura de acumulación de riqueza
que genera una enorme desigualdad.
"La economía se mueve por el afán de
tener más y, paradójicamente, se alimenta una cultura del descarte (...) Está
de moda descartar a los jóvenes con la desocupación. A mí me preocupa mucho el
índice de paro de los jóvenes, que en algunos países supera el 50 por ciento.
Alguien me dijo que 75 millones de jóvenes europeos menores de 25 años están en
paro. Es una barbaridad", dijo.
Para el Papa se está descartando a los
jóvenes "por mantener un sistema económico que ya no se aguanta" y
para mantenerlo se generan "guerras zonales", dijo en la entrevista
publicada el jueves 12 de junio.
"Como no se puede hacer la Tercera
Guerra Mundial, entonces se hacen guerras zonales (...) Se fabrican y se venden
armas, y con esto los balances de las economías idolátricas, las grandes
economías mundiales que sacrifican al hombre a los pies del ídolo del dinero,
obviamente se sanean", dijo.
El Papa también lamentó las fotografías de
niños desnutridos que, cuando "está probado" que con la comida que
sobra se les podría alimentar.
"Está probado que con la comida que
sobra podríamos alimentar a la gente que tiene hambre. Cuando usted ve
fotografías de chicos desnutridos en diversas partes del mundo se agarra la
cabeza, no se entiende", dijo.
Un acto
religioso, no político
El Papa Francisco reconoció que no ha
pensado cómo le gustaría ser recordado, pero plantea que le "gusta cuando
uno recuerda a alguien y dice: 'Era un buen tipo, hizo lo que pudo, no fue tan
malo'. Con eso me conformo".
Aseguró no ser "ningún iluminado"
y planteó que no trajo "bajo el brazo" ningún proyecto personal. Sin embargo, admitió su espíritu
revolucionario.
El Papa se refirió a la oración por la paz
que el domingo hizo en Oriente Medio como algo que "no fue fácil",
que en el Vaticano un 99 por ciento decía "que no se iba a hacer",
pero que después el 1 por ciento fue creciendo.
"Yo sentía que nos veíamos empujados a
una cosa que no se nos había ocurrido y que, poco a poco, fue tomando cuerpo.
No era para nada un acto político –eso lo sentí de entrada– sino que era un
acto religioso: abrir una ventana al mundo", precisó.
Se mantiene
neutral en el Mundial
El periodista Henrique Cymerman le dijo al
Papa: "No le voy a preguntar a quién apoya en el Mundial...", a lo
que el Obispo de Roma respondió "Los brasileros me pidieron neutralidad
(ríe) y cumplo con mi palabra porque siempre Brasil y Argentina son
antagónicos".
El Papa
sí piensa en el retiro
En la entrevista, el Papa Francisco se
refirió a la renuncia de su antecesor, Benedicto XVI, considerando el hecho
como "un gesto muy grande" con lo que se abre una puerta y se crea
una institución, la de los eventuales papas eméritos.
"Hace 70 años, no había obispos
eméritos. ¿Hoy cuántos hay? Bueno, como vivimos más tiempo, llegamos a una edad
donde no podemos seguir adelante con las cosas", dijo.
Y anunció que él hará lo mismo.
"Yo haré lo mismo que él, pedirle al
Señor que me ilumine cuando llegue el momento y que me diga lo que tengo que
hacer, y me lo va a decir seguro", dijo.
Reconoció que antes de ser elegido Papa ya
se iba a retirar y que, incluso, ya había reservado una habitación en una casa
de retiro en Buenos aires.
"Sí, en una casa de retiro de
sacerdotes ancianos. Yo dejaba el arzobispado a finales del año pasado y ya
había presentado la renuncia al papa Benedicto cuando cumplí 75 años. Elegí una
pieza y dije 'quiero venir a vivir acá'", contó.
Tomado del
sitio digital Milenio.com
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