por Miguel Fernández Martínez
Da pena ver y oír a esa mínima y deprimida parte
de la emigración cubana en Estados Unidos que se hace llamar “exilio histórico”,
que han hecho de su inconsecuente “intransigencia”, una risible payasada para cualquier
ser humano con sentido común.
La última “victoria” guerrera de esta
caterva de patriotas de “café con leche”, fue conseguir llenar de miedo a los
dueños del night club The Place, en la ciudad de Miami, y obligarlos a
cancelar el concierto pautado para la noche del 21 de junio, donde actuaría el
joven trovador cubano Tony Ávila, de gira por Estados Unidos.
Los principales “argumentos” de estos
cavernícolas que se hacen llamar "exiliados" cubanoamericanos –con banderita y ciudadanía Made
in USA incluida y bien distantes de los emigrados cubanos- eran que el cantautor matancero está “acusado” de organizar actos
de repudio contra las Damas de Blanco en la provincia de Matanzas.
¿De
dónde sale la “acusación” contra Tony Ávila?
Como siempre hacen, los “patrioteros”
atrincherados en la cafetería Versailles, de la calle 8 y la 36, se valen del
primer infeliz que tengan a mano, para que les sirva de vocero en sus
fanfarrias estridentes y geriátricas.
Esta vez usaron como punta de lanza a
Leticia Ramos Herrería, una de las conocidas
Damas de Verde, -perdón,
Damas de Blanco-, que con residencia en la Pequeña Habana miamense, se hace
llamar representante de estas señoras asalariadas, en la ciudad matancera de
Cárdenas.
Leticia Ramos Herrería, se ocupa de "cazar comunistas" en Miami |
El curriculum contrarrevolucionario de la
señora Ramos habla por sí solo. Ella estaba en Cuba con quién más le pagara por
sus actividades “políticas”. Lo mismo se autotitulaba “reportera” del fantasmagórico
Centro de Información del Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba, o
era miembro del Movimiento Independiente Opción Alternativa, hasta que logró
colarse en la nómina de las Damas de Blanco S.A.
Ahora en Miami, a donde por fin llegó –la
meta de su mercenarismo- de vez en cuando tiene que venderle al alma al diablo
para ganarse unos centavitos, porque a decir verdad, los precios en Publix y en
Winn-Dixie están de “apaga y vamos”.
Según la “exiliada” Ramos Herrería, la
elegida por el “exilio histórico e intransigente” para alzar la voz contra los
músicos cubanos que visitan Estados Unidos como parte de los intercambios
culturales entre los dos países, Ávila participa en las supuestas “golpizas” contra las
mujeres que paga Washington a la salida de la Iglesia de la Purísima Concepción
en Cárdenas, y aseguró que en varias ocasiones "se abalanzó contra
nosotras, nos insultó, todo fue muy violento".
Ninoska Pérez Castellón, vocera de los grupos extremistas de Miami |
También dijo que Ávila compareció en el
canal municipal Tele Bandera, para exigir "mano dura" contra los
cocheros que protagonizaron una huelga en Cárdenas.
Las acusaciones de la “exiliada” Ramos fueron
suficientes para que la jauría se lanzara, carteles en mano –y sus solapadas amenazas
terroristas- contra los propietarios de The Place, con el amparo de la
microfonera de Radio Mambí, Ninoska Lucrecia Pérez Castellón, hija del criminal
de guerra, torturador y asesino de la dictadura batistiana Francisco Pérez
González, el temible “Paco” Pérez , uno de los jefes del centro de torturas que
fue la Radio Motorizada de la Policía Nacional, quien al huir de Cuba al
triunfo revolucionario en 1959 estaba encausado por dos delitos por asesinato,
aún impunes.
¿Estertores
de último minuto?
extremistas cubanoamericanos en Miami |
Esta pataleta política de última hora de los
nada convincentes “luchadores” cubanos de Miami, no asombra a nadie, menos
ahora que la realidad se torna gris para los que han vivido del nostálgico negocio
de Cuba y sus noventa millas de conflictos, que solo han servido para que muchos de
esos vejetes se enriquezcan, o por lo menos hayan sobrevivido por más de
cincuenta años sin trabajar.
Recientes encuestas realizada por la firma
Bendixen & Amandi International, y por la Universidad Internacional de la
Florida (FIU), coinciden en que actualmente se refleja una ruptura generacional
en Miami con respecto al tema Cuba.
Ambos sondeos demostraron que hay una
mayoría de cubanos residentes en Estados Unidos que se mostraron a favor de los
viajes sin restricciones a Cuba, y que optan por un mejoramiento de las
relaciones entre ambos países.
Y justamente esa minoría recalcitrante, que
coincidentemente representa a los reductos de la vieja casta que gobernaba en
Cuba antes de 1959, busca, casi de manera agonizante, imponer sus viejas
doctrinas mafiosas para ejercer control del pensamiento de los emigrados.
Su oposición permanente a cualquier acercamiento
con la isla es constante. Tratan de frustrar los intercambios culturales entre
Cuba y Estados Unidos, mantienen su postura favor del criminal bloqueo
económico, comercial y financiero que Washington impone a los cubanos desde
1962 y sobre todo, tratan de bloquear cualquier acción de buena voluntad que
permita el regreso a casa de Alan Gross, encarcelado en Cuba por tratar de
vulnerar la soberanía nacional, a cambio de la liberación de Ramón Labañino,
Antonio Guerrero y Gerardo Hernández, los tres integrantes aún presos del grupo de Los
Cinco antiterroristas cubanos injustamente condenados por monitorear a los
grupos extremistas anticubanos asentados en Miami.
Estos caricaturescos “exiliados históricos”
que viven a costa de la emigración cubana en Estados Unidos, tienen sobre sí
los imperdonables record de ser el único grupo de emigrantes extranjeros que
apoyó la invasión estadounidense a Irak y Afganistán, con la esperanza expresa
que al retorno, la 82 División invadiera a Cuba, y les hiciera el “favor” de
destruir a la Revolución cubana, ante un imposible que el miedo y la cobardía
les ha impedido hacer por 55 años.
Fueron también los únicos –para vergüenza de
todos- que apoyaron los intentos del Partido Republicano de expulsar de Estados
Unidos a los 12 millones de indocumentados, y aplaudieron la construcción del
muro que ahora limita la frontera de México.
Entonces, no hay de qué asustarse con estos
tipejos que no son muy dados a enfrentarse de frente y con fusil en mano. Que
acusen a Tony Ávila y le boicoteen un concierto no es una novedad, en una ciudad
que vivió la zozobra de ver como ponían una bomba en el Centro Vasco para
demostrar su rechazo a la visita de la vedette cubana Rosita Fornés, donde se festejó la muerte de Juan Formell, un ícono de la música cubana y donde
hoy se pasea libremente Luis Posada Carriles, el peor y más sanguinario de todos
los terroristas del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario