Tomado del blog Generación
F. Quisiera como todos celebrar el nuevo año y decir felicidades sinceramente
pero no me animaron esta vez ni las luces de navidad, ni las tiendas
abarrotadas, ni los adornos de luces brillantes por doquier. El
mundo se va a la mierda y sus habitantes siguen enmudecidos ante la pantalla
del televisor viendo una novela, esperando la última película o simplemente
metiendo sus narices en la vida de los demás, pero a muy pocos les preocupa
quien sufre o quien grita o quien será la próxima víctima.
La mayoría prefiere
creer lo que dicen las grandes cadenas de comunicación, son manipulados deliberadamente
y no les importa, es más fácil seguir la corriente y estar a tono con lo que esté
de moda.
Y yo no dejo de
preguntarme qué pasará en esos hogares donde el padre murió en una guerra sin
razón o donde algún hijo desapareció o en donde ya ni hogar existe porque le
cayó una bomba de "ayuda humanitaria" que acabo con todo.
En este mundo de rebaños
guiados por la mentira y el miedo, por la indiferencia y el egoísmo, todo ha
cambiado de nombre y a los valientes líderes de los pueblos se les llama
dictadores, a los que aun piensan, analizan y combaten al infierno los llaman
locos, a los que defienden su casa los llaman terroristas, los que mueren de
hambre solo son estadísticas y los que viven flotando enajenados son los
dichosos y hasta grandes crímenes le nombran ayuda humanitaria.
Me duele celebrar el
final del año que recién acabó porque este pinta peor, la guerra, el dolor, la
injusticia y el hambre son cada vez mayores y los que no están bajo las bombas,
los que tienen techo y comida miran al otro lado o simplemente se sientan ante
sus televisores o se van de vacaciones a festejar yo no sé qué y a esperar que
el mundo sea mejor sin hacer nada y si hay algo que hacer que lo haga otro.
La modorra y la
indiferencia está acabando con el mundo que muchos prefieren ignorar que es
acabar con la vida, acabar con la justicia, acabar con el futuro. Pues yo
les deseo que se despierten, que escuchen al que llora y que se den cuenta que
cualquier día la bomba de "ayuda humanitaria" les puede caer en sus
cabezas y que al fin dejen de ser felices ignorando todo lo que sucede a su alrededor,
y sufran el dolor de los que sufren, y luchen y se levanten por los que lloran,
o los que mueren de hambre y se den cuenta que también son responsables de lo
que sucede y que si pueden hacer algo.
Tomado del blog Generación
F
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