jueves, 24 de abril de 2014

Es lamentable que Estados Unidos persista en el fracaso, afirma Max Lesnik (video)



Max Lesnik
por  Nicanor León Cotayo

   Como parte de los preparativos de mi nuevo libro, “Miami”, entrevisté a Max Lesnik, relevante colega cubano que radica y trabaja en esa localidad floridana.
   Director de Radio Miami, años atrás desempeñó igual cargo en “Réplica”, publicación agredida hasta con bombas por la ultraderecha de origen cubano asentada allí.
   Esta vez habló, entre otras cuestiones, de ZunZuneo, la CIA, Alan Gross, el papel de Ileana Ros-Lehtinen, y las perspectivas electorales de cara a noviembre de Hillary Clinton y Marco Rubio.

Nicanor Leon Cotayo- Colega Max Lesnik. En estos tiempos es obligado hablar de Zunzuneo, la red clandestina auspiciada por USAID.  ¿Qué opinión puede Usted expresar sobre el caso Zunzuneo?
Max Lesnik - Realmente la operación Zunzuneo es la punta de un iceberg, porque para los servicios secretos, cuando se descubre algo que se traduce en escándalo, si sigue escarbándose, se van a encontrar cosas peores.
 Zunzuneo es producto de la nueva tecnología.
   Un elemento aplicado por una agencia que surgió supuestamente para ayudar a países subdesarrollados, pero que ha ido transformándose hasta el punto que las actividades que antes hacía la Agencia Central de Inteligencia han sido trasladadas a la USAID.
   De manera que cuando antes se descubría un agente de la CIA en un país, el escándalo iba directamente a esa agencia para el descrédito de los EE.UU. Cuando siempre se descubre algo, se convierte en un tema de discusión. Y en un momento dado EE.UU. consideró que para proteger al servicio de inteligencia, la CIA, del escándalo público se podían trasladar funciones de tipo desestabilizadoras, métodos nuevos, que no son tan burdos como la invasión de Playa Girón, que se pretendió convertir en una “operación de cubanos contra cubanos”, cuando realmente el 17 de abril el desembarco de los cubanos exiliados manejados, subvencionados, y entrenados por la CIA, dio al traste con aquella operación y fue lo que se le llama en EE.UU “el fiasco de Bahía de Cochinos”.


   La intención de Zunzuneo es provocar, dentro de la isla, primero endulzando el pastel con la miel de la información, de la libertad de expresión, y del derecho de los cubanos a través de internet, de los teléfonos móviles, de comunicarse para cosas que pueden ser tan simples como “vamos a vernos esta noche en un concierto”.
   Esa era la primera parte de la operación. La segunda parte, era convertir esa red de comunicación interna —ya tenían cerca de 50,000 teléfonos de cubanos-, una lista que misteriosamente llegó a algún servicio norteamericano y que a través de esa red pudieran utilizarse entonces mensajes que, en escalada, se convirtieran en lo que en otros países le han llamado la primavera de tal, la Revolución de colores, y con eso, desestabilizar el país y convertir a Cuba en una nación envuelta en el caos.
   Bueno, la operación fracasó. Y fracasó porque EE.UU, pretendiendo seguir una política frente al gobierno cubano que no es nueva, —esta política ha ido cambiando de cara—Estamos hablando que desde el año 1959, cuando es derrocada la dictadura de Batista, empezaron los primeros planes del gobierno de los EE.UU. para que la Revolución no se consolidara. Todo eso es historia antigua. Los fracasos fueron uno detrás del otro, y vemos como el gobierno revolucionario ha sobrevivido ya como a diez presidentes norteamericanos.
   Es decir que Zunzuneo es la última operación que se conoce en el proceso de confrontación de EE.UU. hacia Cuba y que ha terminado en un buen escándalo y el gran perdedor en este caso es la política norteamericana hacia los países del Tercer Mundo, cuando la USAID queda descubierta como una especie de brazo secreto de políticas clandestinas.
   Es lamentable que la política norteamericana, persista e insista, en algo que hoy, a la luz del nuevo mundo en que vivimos, en el siglo XXI, se mantenga en una posición de tratar de cambiar a un gobierno porque no se está de acuerdo en Washington con lo que ese gobierno representa. Cuando lo normal, lo correcto, lo inteligente, lo que realmente aspiramos es a que se viva en un mundo mejor, es que las naciones mantengan relaciones respetuosas de ambas partes y que operaciones tales como Zunzuneo, o cualquiera de ellas, una invasión clandestina a través de medios de comunicación sofisticados, producto de las nuevas tecnologías, que ese tipo de operación quede atrás y que de alguna manera las naciones se entiendan en un mundo mejor.

Todo indica que Zunzuneo no ha representado un beneficio para Alan Gross, e incluso su abogado defensor lo ha expresado. O sea, que hasta desde ese punto de vista ha sido repudiada este tipo de nueva maniobra de EE.UU. Sin embargo, hay declaraciones públicas, Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart defendiendo el proyecto Zunzuneo. ¿Qué opinión le merece esto?
Max Lesnik  -Cotayo, te faltan en esa lista de cubanos que mantienen una política en EE.UU. de hostilización a la Revolución cubana, el nombre del Senador Bob Menéndez y del Senador Ted Cruz, de Texas de origen cubano, y del Senador Marcos Rubio, también de origen cubano, de la Florida.
   Ese es el equipo parlamentario del Partido Republicano, aunque Menéndez, como Albio Sires, son Demócratas. Ese es el equipo que en el Congreso, que en el Capitolio, recogen la posición de la extrema derecha cubana de Miami y la convierten, por medio de la presión, y de la influencia de los llamados lobby, en una política de Washington que no es de beneficio, por supuesto, ni para el pueblo de Cuba ni la nación cubana, ni tampoco para beneficio de EE.UU. como país, y mucho menos, para el gobierno de turno, en este caso el gobierno de Obama.
   La realidad es que cuando Ileana Ros o cualquiera de estos legisladores emite una opinión diciendo de que Zunzuneo es una operación correcta están planteando a contrapelo de lo que considera la opinión pública norteamericana, y hasta del propio gobierno de Obama, porque si vamos a buscar cuándo surge el escándalo de Zunzuneo, surge después que esta operación ha sido suspendida por el gobierno del presidente Obama antes de que se lleve a cabo la segunda fase que es la que realmente hubiera tratado —digo tratado, pero no logrado— crear un estado de inestabilidad.
   En cuanto a Alan Gross, bueno yo creo que como toda moneda tiene dos caras. Efectivamente, a Alan Gross le descubren con Zunzuneo la cara un poco oculta de que él es un norteamericano —la historia oficial de allá es que Alan Gross es un norteamericano judío que viene a Cuba a ayudar a la comunidad judía cubana a tener mejor comunicación-, trayendo clandestinamente un aparato de alta capacidad tecnológica, BGAN, creo que se llaman estos aparatos, que permite transmitir al exterior mensajes sin que pasen por ninguna empresa del país. 
   Es una operación satelital que va desde la base que es el BGAN al satélite, de manera que no hay manera de captar esa señal nada más que por el que la emite y los servicios del exterior que la reciben.
   Yo creo que la otra cara de esta moneda es que Alan Gross ha quedado al descubierto, porque si Zunzuneo era una operación secreta para buscar comunicaciones internas con vistas a crear una inestabilidad en el país que conduciría a una revuelta interna y el Sr. Gross entra al país un aparato que sirve para ese tipo de operación, evidentemente lo que han hecho al descubrir a Zunzuneo es descubrir la otra cara de Alan Gross.
   Pero, como decía yo, eso le beneficia porque al quedar Alan Gross al descubierto como un agente secreto de EE.UU., hasta cierto punto —lo que creo yo— impide un cambio de política de EE.UU hacia Cuba, me refiero por parte de Cuba, son los tres cubanos antiterroristas que se encuentran presos en EE.UU., que, aunque no fueron condenados como espías —la palabra espía no se usó en el juicio como tal— sin embargo se les identifica como espías porque hacían una labor clandestina.
   No estaban en EE.UU. buscando secretos del gobierno de EE.UU. ni del Pentágono, ni de la CIA, ni del Buró Federal de Investigaciones (FBI). Estaban infiltrados —es la palabra que cabe— en organizaciones terroristas de Miami para proteger no solamente a los cubanos de acá, sino también a alguna actividad terrorista donde estas cabezas desquiciadas pudieran actuar y de esta forma, al convertirse Alan Gross en un agente extranjero abiertamente considerado como un espía, permitiría, si la buena voluntad primara en la Casa Blanca, buscar un canje entre los “espías” cubanos que están allá y el espía norteamericano que está acá.
   Quiere decir que, por eso yo entiendo que Alan Gross está decepcionado de la actitud de su gobierno que puso en peligro su libertad. Pero también creo que es el momento de que eso negativo se convierta en positivo buscando un entendimiento entre los dos gobiernos, que una vez que eso se logre, pudieran explorarse nuevas avenidas para mejorar las relaciones entre Cuba y EE.UU. que, por más de 50 años, la política de Washington ha sido fracasada.

Bueno, logré un objetivo, el citarle a Ileana y a Mario era provocar precisamente esa respuesta suya. Naturalmente, esos dos personajes son a los sumo la punta de otro iceberg… Que es el iceberg de la ultraderecha de origen cubano asentada en Miami, y en la Florida. Yo quisiera preguntarle también sobre las maniobras que tuvieron lugar recientemente para tratar de entorpecer el trabajo de Radio Miami y La Tarde se Mueve.
Max Lesnik  - Mira, nosotros llevamos batallando, a contrapelo de esa extrema derecha cubana, desde el año 1976. Yo dirigía una revista, en Miami, la revista Réplica, que cuando se produce la voladura del avión de Cubana de Aviación, aparecer un editorial escrito por mí donde se calificaba que si ese era el fin de la posición de la extrema derecha, porque se había llegado a un punto de que, cuando un país esta asediado por una gran potencia como EE.UU., y sus propios nacionales que viven en el exterior en calidad de exiliados, en su desesperación y absurda posición de confrontación, llegan a considerar que hacer estallar en el aire un avión con setenta y tantos pasajeros civiles, y eso se convierte en un acto de orgullo para esa comunidad en el exterior, eso, ante la opinión pública mundial —no voy a hablar del pueblo de Cuba- todavía están las películas ahí del entierro de las víctimas donde Cuba lloró esa tragedia de punta a cabo.
   En EE.UU la opinión pública norteamericana no vio eso como algo que le había tocado. Le tocó después con las Torres Gemelas, que ahí es cuando se despierta la conciencia del pueblo norteamericano de que el terrorismo es malo, antes no. Antes había el terrorismo “bueno”, que era poner bombas en los cines de la Habana, volar hoteles.
   Esa política, que la encabezó Posada Carriles como arquitecto del terrorismo contra Cuba, esa política nosotros la denunciamos ya en el año 1976. El resultado fue toda una campaña terrorista en contra de la revista que yo dirigía. Once bombas nos colocaron en distintas oportunidades y la revista fue víctima de ese tipo de intimidación a los anunciantes, intimidación a los comerciantes que vendían la revista, y la revista fue, obviamente, sepultada.


   Igual que derribaron el avión de Cubana, también derribaron a la revista Réplica. Los tiempos han cambiado y ya el terrorismo es una mala palabra. Pero bueno, se enmascaran en otros métodos, que pueden ir desde Zunzuneo hasta campañas a favor de mantener la política de hostigamiento contra Cuba. Entre esas políticas está silenciar —igual que silenciaron la revista Réplica—, silenciar el pequeño espacio de opinión libre, independiente, que tanto La Tarde se Mueve como Radio Miami mantiene en el corazón de la comunidad de la extrema derecha, que ellos dominan.
   Porque lo vamos a decir así claro, nosotros no pretendemos declararnos mayoría. Somos una minoría bien grande, por supuesto, que demuestra cómo el control de la derecha de la opinión de los cubanos ha ido cambiado hasta el punto de que, cada vez que se hace una encuesta sobre el tema de las relaciones Cuba-EE.UU., cada día están más cercanas las cifras que dicen que la mayoría de los cubanos que viven en los EE.UU. —no le hablo de los otros países por supuesto, de los que viven en EE.UU—, son partidarios de un cambio de política hacia Cuba y de normalización de relaciones.
   Entonces, cuando hablamos de métodos nuevos, como fue Zunzuneo, también hay posiciones muy sutiles, como por ejemplo incentivar a alguna empresa para que intervenga. Y si las dos programaciones, la nuestra y La Tarde se Mueve, Radio Miami aparecen todos los días, una a las 4, nosotros, a las 5, el otro programa, en un océano de ocho o diez emisoras de radio en AM dedicadas a representar la corriente de la derecha, cuatro o cinco emisoras de televisión con programaciones dedicadas a combatir a Cuba, si le sumamos Radio y TV Martí, y periódicos y revistas, y cuanto lo que hay, enfocados en defender la posición de la extrema derecha, lo que quedan son dos pequeños espacios, en una pequeña emisora, que es como decir en una oscuridad total, dos pequeñas velitas que alumbran el camino para que el viajero pueda transitar por ahí y beber en una fuente distinta a toda la intoxicación que hay en toda la programación de la extrema derecha.
    Ante esa situación se les ocurre, vamos a incentivar a alguna empresa privada, una empresa que se dedica a programaciones religiosas, a que compren la emisora que es la frecuencia 1450 y en eso están. Es decir, todavía no se ha materializado el punto final
   . Ya la emisora ha sido vendida. Esa una programación, que hay que pagar por salir al aire, y que de alguna manera hemos sostenido por muchos años, podrá desaparecer en cualquier momento que se consume la decisión de los nuevos propietarios de la emisora de sacar del aire los dos programas alternativos que son los únicos que quedan.
   Pero claro, siempre cuando se apaga la luz siempre hay un camino y está la respuesta que le vamos a dar a esta nueva agresión al derecho que tenemos a opinar libremente, una nueva revista, una nueva Réplica, que pudiera sustituir la programación radial como instrumento de comunicación con la comunidad cubana para enfrentarnos a esa política de la extrema derecha.
   Quiere decir que el disfraz, como se maneja el control de los medios de comunicación, ha variado. No hace falta censurar Radio Miami, o que la FCC diga: “Eso no puede salir al aire”, sencillamente, compran la emisora. Vivimos en un mundo donde el dinero es un factor fundamental. Compran la emisora y la nueva programación en su “derecho” en lo que es suyo a poner la programación que desean, eliminan dos programas alternativos para poner programas religiosos cuando tienen el control de tres emisoras de televisión.
   Yo no sé si al final los que están en esta operación reaccionan y tienen lucidez para entender que aunque la programación religiosa es la que ellos persiguen, quitar del aire dos programas alternativos afecta la imagen de lo que es el espectro democrático que debe funcionar en la sociedad norteamericana, donde Miami se ha convertido, por la actitud intransigente de los cubanos de la derecha, en una nueva república bananera insertada en el corazón de los EE.UU.
   Miami es la otra cara de esa moneda que se le vende al mundo democrático y que, cuando se escarba, se ve que el brazo económico y político de esa extrema derecha influye decididamente en la política exterior de EE.UU hacia Cuba.
   Es una cosa muy importante, que debieran tener conciencia todos los cubanos de aquí y de allá: esa política de agresión contra Cuba existe producto de la derecha cubano-americana de Miami. Esa política no se hace en Washington, se implementa en Washington, pero es una  política que emana de los recursos económicos y políticos que tiene la extrema derecha. Vamos a ver si la sensatez se impone y de alguna manera hay un cambio de actitud en Washington independientemente de la posición de la extrema derecha cubana de Miami.


Por cierto muy crítica de lo que llaman falta de libertad de expresión y de prensa en Venezuela, por ejemplo: Han apelado a la psiquis, incluso últimamente para eso, sin embargo el contraste entre lo que estamos hablando y la situación de la libertad de prensa verdadera en Venezuela es enorme.
Max Lesnik  -Si sintonizas los canales, que yo les llamo canales cloacas de  Miami, ves que ya no solamente es el tema de Cuba, el tema de Venezuela es de resonar constante.
   Le acuñan a Venezuela, la dictadura, la actitud antidemocrática, la persecución, todo eso que es la campaña que hacen contra Venezuela y tú vas a la realidad, te das cuenta de que hay más libertad de expresión en Venezuela que en cualquier restante país de América Latina porque el gobierno venezolano, precisamente, porque lo han acosado con el tipo de campaña sucia, ha dado rienda suelta a permitir lo que en ninguna sociedad se permite.
   Yo siempre pongo un ejemplo en discusiones con cubanos amigos míos, no de extrema derecha, pero sí cubanos, que son influidos por esa posición y hablan de Venezuela en los términos de que es una dictadura. Y le digo: mira, si aquí en el Miami en que vivimos, no voy a hablar de Washington o de cualquier otra sociedad, en una esquina hay unas 50 personas en el paradero del ómnibus y pasa el ómnibus y no se montan en el ómnibus, viene una patrulla de la policía a preguntar qué está pasando y si no hay un permiso para estar esas 50 personas en esa esquina tienen que disolverse.
   Y si alguno se niega a ser compelido, a disolverse, viene otra patrulla y otra patrulla y al poco rato hay tantas patrullas como personas. No se puede producir una manifestación en Estados Unidos sin el debido permiso y si, además, si hay algún tipo de violencia por parte de uno de esos ciudadanos que para ellos, para las autoridades policiacas, violencia es levantar la mano, no que le pegues a un policía, si tú a un agente de la autoridad le levantas la mano, ahí mismo viene el trastazo y la orden de arresto por agresión a la autoridad.
   Entonces en Venezuela, se ven en los videos, porque es una contradicción, las manifestaciones pacíficas de la oposición y estás viendo a un tipo con un antifaz tirando un coctel molotov, después ves en la otra esquina a otros arrojándole piedras a los agentes policíacos y los policías  escudándose.
   Es decir que eso no puede ocurrir en Estados Unidos, y hablo de Estados Unidos porque es donde vivimos y donde se hace esta propaganda contra Venezuela. Si lo que está ocurriendo en Venezuela, que está siendo permitido por las autoridades venezolanas, llevan más de un mes en esto, se hace en Estados Unidos…, Yo viví en Estados Unidos manifestaciones que han sido aplastadas por la autoridad policiaca. Ahora mismo, por ejemplo se acaba de estrenar una película “La vida de César Chávez”, el líder México-americano campesino.
   Yo tengo una de mis hijas, la mayor, casada con un hijo de César Chávez, que por cierto a la familia la invitaron a la Casa Blanca fue mi hija y mi nieta a la Casa Blanca a exhibir la película sobre la vida de César Chávez. Estaba Obama presente y entre los invitados estaba Dolores Huertas,  que es la cofundadora del sindicato campesino junto con Chávez, que es una defensora de la libertad de los cinco la habrán visto en algunas actividades que ha estado de visita en Cuba varias veces.
   Traigo esto a colación porque, en algún momento de esa película que se acaba de estrenar en Estados Unidos y se exhibirá en los cines cubanos, aparece la brutalidad policiaca en el estado de California contra los humildes campesinos que lo único que reclamaban con sus pancartas era el derecho a sindicalizarse para poder tener la oportunidad de sobrevivir de la explotación de los granjeros de la época, y esas manifestaciones de los campesinos eran disueltas a puro golpe por las autoridades policiacas. Eso es en Estados Unidos.

Con una demanda del siglo XVIII… la de los sindicatos
Max Lesnik  -Y aparte de eso, no voy a hablar de la época del racismo abierto del Ku Kux Klan, y no del Ku Kux Klan, que era una entidad privada clandestina, no, de los sheriff del sur de los Estados Unidos, usando los perros mordedores contra los manifestantes negros.
   Eso, por suerte, ya no existe en relación a las minorías. Se ha logrado en Estados Unidos que las minorías, tanto los negros como los hispanos, tengan un mínimo de derechos. Ahora, lo que sí creo, es que lo que está ocurriendo en Venezuela es una permisividad más allá de las reglas de una sociedad democrática abierta.
   Y creo que el presidente Maduro, así como Chávez, le han dado a la oposición, no solamente tribuna, que la tienen, sino que también han hecho algo inusitado que a una oposición violenta que ha tratado de desestabilizar la sociedad venezolana la han invitado a dialogar y en un diálogo abierto. Qué más libertad, que delante del presidente de la República Nicolás Maduro, el jefe de la oposición, que fue derrotado en esas elecciones, se aparezca a dictarle pautas al gobierno constitucionalmente elegido en elecciones democráticas y abiertas.
   Aparte que todo el que está en Venezuela, o el que realmente tiene información directa de Venezuela, sabe perfectamente que esa representación es para buscar el caos que surja, -como en Cuba en 1933, el golpe de estado contra el gobierno revolucionario de Antonio Guiteras-, que surja de ese caos un golpe de estado de lo que pudiera llamarse un sargento atrevido o de un general.
   No les importa que se establezca en Venezuela una dictadura militar, lo que quieren es sacar del gobierno a la revolución bolivariana. Yo no sé qué va a pasar en Venezuela.
   Para mí, lo lógico es que se estabilice la situación y la oposición tenga la sensatez de entender que la regla está establecida de que cada cuatro años hay una elección y que ellos tienen el derecho a aspirar, por la vía democrática, a sustituir porque así lo dice la constitución venezolana –constitución que ahora dicen ellos respetar- pero es la misma constitución que Chávez enseñaba y que ellos decían que es una constitución totalitaria.
   Yo creo que en Venezuela, lejos de ser una dictadura, hay un exceso de democracia. Un contrasentido, pero siempre seguirán diciendo lo mismo porque esa es la intención: desacreditar al gobierno de la mayoría para el beneficio de la minoría, en este caso una oposición que representa los intereses del peor capitalismo salvaje.

¿Cómo ve usted las próximas elecciones de noviembre en los Estados Unidos?
Max Lesnik  -Las elecciones de noviembre en los Estados Unidos tienen sus implicaciones muy directas con Cuba. Ya no es solamente la extrema derecha cubana de Miami, también hay una extrema derecha norteamericana que la representa el llamado Tea Party, que ellos se proclaman como libertarios. Es decir, la filosofía del Tea Party es plantear que el mejor gobierno es el que menos gobierna. Es una posición que mete en el mismo saco lo mismo a un idealista que crea que el estado es represivo por  naturaleza, que a un super-reaccionario que pretende  desestabilizar la sociedad norteamericana con un extremismo porque considera que los gobiernos democráticos, de los partidos demócratas liberales, son comunistas.
   En una aberración política de no entender que el gobierno de Obama o el gobierno de los demócratas, llamados liberales, están defendiendo el sistema por una vía más inteligente  que la que defiende la extrema derecha. Bueno, en estas elecciones lo que se está jugando es si los  republicanos logran ganar el senado, que está en manos demócratas, y mantener o aumentar la representación en la cámara de representantes, o por el contrario, los demócratas retienen el senado y aumentan, o por lo menos equilibran, la posición en el Congreso.
   Los cubanos de la derecha, por supuesto, son perfectamente identificables pero hacen alianzas con los republicanos de otros estados en una especie de toma y daca. Si tú me votas a favor de la política contra Cuba, yo voy a votar a favor tuyo en tu política tal y más cual.
   En ese rejuego de intercambio, la influencia de la extrema derecha cubano americana  se multiplica porque, no solamente son los votos de los representantes al Albio Sires que es demócrata, el de Ileana Ross y Mario Díaz Balart, el senador Marco Rubio, Bob Menéndez  y Ted Cruz, sino que al jugarse a esa política de cambiar votos en las legislaciones ya no solamente son ellos sino ellos más los otros.
   Ahora, yo tengo la esperanza de que la sensatez impere. No sé si ustedes se han dado cuenta de que dentro del partido republicano hay una lucha entre el tradicional partido, que lo representa, la cara de Jeff Bush, ese es el partido republicano tradicional que se ha ido sucediendo a través de distintos nombres. El clan Bush es el más reconocido: dos presidentes y ahora Jeff Bush que posiblemente sea el tercero de los Bush que busca la presidencia. Pero la extrema derecha del Tea Party considera que Jeff Bush es un punto de confrontación entre otras cosas porque esa extrema derecha es racista por naturaleza y Jeff Bush está casado con una mexicoamericana, con una mejicana y sus hijos son hispanos, son inclusive hasta de tez bronceada como los mexicoamericanos.
   El resultado es que esta elección decidirá cuál será el candidato de los republicanos en la próxima contienda, si los legisladores de la extrema derecha logran alguna victoria, obviamente, Jeff Bush no va a ser el candidato. Si Jeff Bush fuera el candidato, entonces la extrema derecha irá mermando su influencia y volveremos al sistema bipartidista demócratas y republicanos, que son las dos cara de la misma moneda con cierto barniz, donde siempre los demócratas, con una política más sensata que viene de Roosevelt, adornan el capitalismo salvaje con una posición, digamos, más receptiva a las posiciones de ciertos sectores más humildes que pueden ser campesinos, las mujeres, la gente joven, los negros. Si los demócratas logran la victoria en las elecciones del 2014 obviamente el partido demócrata se consolida y todo apunta, y las encuestas lo dicen, a que la candidata demócrata será Hilary Clinton.
   Hilary Clinton, en su ejercicio como Secretaria de Estado, no fue muy proclive a un mejoramiento de las relaciones con Cuba. Pero una cosa es la política, que puede ser positiva o negativa, y otra casa es la realidad de la presidencia. Yo creo que a Obama le toca limpiarle el camino a Hilary Clinton para que, cuando vengan esas elecciones, Cuba no sea el tema de debate  ¿Cómo? Buscando un acercamiento político entre Estados Unidos y Cuba a través de una mejor relación que, siempre pasa, por la Libertad de los Cinco. Ahora, hay un peligro, que no salgan a votar, en una política de abstención de la mayoría, que siempre ven más de lo mismo.
   En Estados Unidos votan en las elecciones presidenciales un poquito más del 50%, pero si tenemos en cuenta que vota el 50% de la población por uno y otro partido el que tiene la mayoría cogió el 26%. ¿El 26% de qué? De los inscritos para votar que al final se convierte eso en una minoría que quien sale electo presidente de los Estados Unidos apenas tiene la mayoría representada en un 10 un 12 por ciento del gran universo electoral.
   Entonces, partiendo de esa base, muchas personas consideran para qué voy a votar si va a ser más de lo mismo, sobre todo la gente joven. Obama despertó una esperanza y las redes sociales se movieron creyendo en que, por ser negro, ser un hombre educado, ser una persona moderna, iba a ser distinto. La práctica ha enseñado que el aparato burocrático, la verdadera estructura de poder es más fuerte que la voluntad de una persona.
   El único que pudo romper esa coraza, en su tiempo, fue Roosevelt, otros que lo han intentado han perecido en el intento. Es el caso de John Kennedy que, a pesar de sus errores, en su política con Cuba, al final trató de buscar un acercamiento y fue asesinado por una mano misteriosa que consideraba que John Kennedy representaba algo peligroso para los intereses tradicionales de los Estados Unidos.
   Obama se sentó en la Casa Blanca, con toda su ilusión del que viene de una raza discriminada, de un joven intelectual de ciertas luces, pero chocó con la realidad. Yo creo que estamos en el camino de que la realidad sea la que convenza a esos intereses Norteamericanos de que un cambio de política hacia Cuba es para bien de sus intereses, solamente así podrá cambiar la política de Estados Unidos.

Usted parece que descarta a Marcos Rubio como posible candidato.

Max Lesnik  -Bueno yo creo que eso es una botaide, como se dice. Es completamente fuera de lugar imaginar que Marco Rubio, el niño mimado del Tea Party, pueda ser el candidato del partido republicano porque precisamente la división que hay entre esa derecha republicana extremista y el tradicional partido republicano, hace imposible la viabilidad de un triunfo con un candidato como Marco Rubio.
   Lo mejor que les pudiera pasar a los demócratas es que Marco Rubio fuera el candidato presidencial. Es decir, ahí el paseo es, digamos, como un aplanadora. Ted Cruz también habla de que quiere ser presidente. Yo creo que todo eso son juegos para estar en el candelero y adornar el pastel político con ciertas inquietudes para animar el cotarro y que la gente diga yo estoy con Marco Rubio,  estoy con Ted Cruz que son hispanos.
   Esos dos cubanos-americanos no tendrían la votación de la inmensa mayoría de los hispanos de Estados Unidos que se compone, en su mayor parte, de mexicoamericanos y de centroamericanos y suramericanos, que los cubanos de la derecha desprecian y, en privado, y ellos lo saben, le llaman indios en un tono despectivo. Inimaginable que los mexicoamericanos vayan a votar por Marcos Rubio porque hable español.
   En el caso de Jeff Bush sí es posible que un segmento de los hispanos voten por Jeff Bush porque tiene su esposa y sus hijos hispanos de origen mejicano, y los mexicoamericanos son en Estados Unidos, los que tienen voto y los que no tiene  voto, son más del 70% de la población hispana de los Estados Unidos. Es decir, descartando esa posibilidad a toda costa, no hay posibilidad de que Marcos Rubio sea postulado o candidato presidencial.

Colega Max, en los últimos 3 meses han tenido lugar 2 encuestas en Estados Unidos  y en particular la Florida, una tuvo lugar hace 3 meses de la Associated Press, e Ileana Ross Lehtinen la atacó ferozmente. Y ahora, hace unos días, otra encuesta con una empresa especializada en sondeo donde la mayoría. Bueno, en el primer caso, me llamó la atención que el 64% de los consultados en Miami Dale se manifestaron a favor de normalizar las relaciones con Cuba. Y, en la más reciente, también una mayoría, quizás no tan amplia pero una mayoría, vuelve a manifestarse por normalizar las relaciones, e incluso, por las relaciones comerciales. La extrema derecha, la parte más conservadora, está en contra, pero me llama la atención que en estas dos oportunidades, estas dos encuestas tan significativas y tan comentadas, reiteren una posición mayoritaria, incluso en Miami Dale, por normalizar las relaciones con Cuba. ¿Cómo usted valora eso?
Max Lesnik  -Realmente es una corriente que viene soterradamente avanzando desde hace mucho tiempo y que ahora se manifiesta más abiertamente porque primero vamos a decir que los demócratas siempre han ganado el condado Dale.
   Ahora, los cubanoamericanos que están evolucionando a estas posiciones más abiertas, han sido inyectados por una nueva corriente de emigración de cubanos que van a Estados Unidos, no por razones políticas, sino por razones económicas, o por buscar otros horizontes.
   Cuando tú por ejemplo sales a las calles de Miami ahora y te encuentras en una esquina tres cubanos conversando, y te metes en la conversación, de esos tres, dos, están planeando venir a Cuba de visita familiar o de alguna manera enviar ayuda a sus familiares. Y la política de los republicanos, y de la extrema derecha, ha sido contraria de los vuelos de los cubanos a la Isla, al envío de remesa. La sublimación de ellos fue cuando el presidente George Bush dictó aquellas medidas que afectaban, y ese es el punto de no retorno para la extrema derecha, cuando apoyaron abiertamente la política del presidente Bush,  de prohibir los viajes a Cuba y señalar que la familia Cubana solamente es de padre a hijo y hermano.
   Cuando, para nosotros los cubanos, familia no es solamente el primo lejano, sino hasta el vecino lo consideramos familia nuestra. Es decir, esa agresión a la familia cubana de los republicanos de Bush hizo que se volcara mayoritariamente a votar por los demócratas.

Tomado del sitio digital CubaSí

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