domingo, 27 de abril de 2014

Carlos Muñiz Varela, una víctima del terrorismo anticubano

emigrado cubano Carlos Muñiz Varela, asesinado en Puerto Rico
A 35 años del asesinato del joven emigrado, la justicia boricua continúa sin enjuiciar a los culpables

Por Pedro Antonio García


   El 28 de abril de 1979, en horas de la tarde, el joven emigrado cubano Carlos Muñiz Varela viajaba por la urbanización San Ramón, del municipio Guaynabo, en las cercanías de San Juan, rumbo a la casa de su madre, cuando desde otro auto comenzaron a dispararle.
   Los asesinos realizaron nueve disparos contra el joven, quien perdió el control del auto, el cual se volcó. Uno de los atacantes, no conforme con el resultado, se acercó al carro volcado y a quemarropa, le dio un tiro de gracia a Carlos.
   Trasladado a un hospital de la capital portorriqueña, los médicos trataron inútilmente de salvarle la vida. Según su informe, dos balas calibre 45 habían interesado el cráneo y la cervical del joven, quien murió en la madrugada del 30 de abril. Al día siguiente, fue sepultado.
   Cinco meses antes del atentado, el semanario gráfico La Crónica publicó las amenazas de muerte contra Carlos Muñiz Varela por parte de un sujeto que se hacia llamar Zeta y proclamaba ser el jefe militar del comando Omega 7, un grupúsculo organizado y financiado por la CIA.
   Las amenazas se cumplieron. A las dos de la tarde del 30 de abril de 1979, apenas unas horas después del fallecimiento de Carlos, el Comando Zero se atribuía el asesinato en una llamada telefónica a una estación de radio en la ciudad de Miami.

   Según Raúl Alzuaga, amigo y compañero de luchas de Carlos, "altos oficiales de la
Policía de Puerto Rico tuvieron conocimiento previo del asesinato y no hicieron nada para evitarlo. Tuvieron también conocimiento posterior a los hechos y no hicieron nada para esclarecerlo".
   "Sin embargo, ni el FBI, ni Justicia han dado seguimiento agresivo a estas informaciones. Injustamente ponen sobre los hombros de los familiares y amigos la responsabilidad de buscar la evidencia, responsabilidad que es de esas agencias".
   El encubrimiento comenzó desde el lugar de los hechos cuando la Policía entregó el carro de Carlos a la familia, en claro intento de adulterar la escena del crimen. Luego, el agente Emeterio Ortiz entregó las pertenencias de Carlos, incluyendo tres plomos en sus correspondientes sobres.
   Trataron de ocultar con desinformaciones el verdadero móvil del crimen El coronel Miguel Rivera alegó ante la prensa que el asesinato podría haber sido por motivaciones de competencia comercial o motivos pasionales.
   En el colmo del cinismo, el senador Nicolás Nogueras, desde la alta Cámara de Puerto Rico, señaló a Fidel Castro como el autor intelectual de este asesinato. El semanario La Crónica, en un escrito lleno de sandeces, culpaba a la víctima de vínculos con el narcotráfico.

PEQUEÑA BIOGRAFÍA

   Carlos Muñiz Varela nació en Colón, Matanzas. En 1961, a los ocho años de edad, junto a su hermana, abandonó su ciudad natal porque su madre decidió enviarlo a Estados Unidos, ante los falsos rumores de que la Revolución despojaría a los padres de la patria potestad.
   Carlos y su hermana engrosaron la larga lista de más de 14 mil niños cubanos enrolados en la tristemente célebre "Operación Peter Pan", dirigida por la CIA. Transcurridos unos meses en la Florida, los dos niños se reunieron con su madre y con ella se trasladan a Puerto Rico.
   En la Universidad de Puerto Rico, Carlos formó parte activa de la Juventud Independentista Universitaria y encabezó las luchas obreras de ese recinto. Apoyó activamente a los independentistas durante las elecciones de 1972.
   A fines de 1973 Carlos se vinculó con jóvenes cubanos que planificaban editar la revista Areíto y ocupó el cargo de coordinador de esa publicación en Puerto Rico.
   Estos jóvenes llamaban a acercarse y conocer más a fondo el proceso revolucionario cubano desde una óptica diferente y a través de la revista rompieron con el discurso político dominante entre los emigrados cubanos.
   En septiembre de 1977 Areíto designó a Carlos para viajar a Cuba en función de periodista, con el fin de entrevistar al terrorista contrarrevolucionario Reynol González. Durante su estancia aquí, se hicieron coordinaciones para la llegada del primer contingente de la Brigada Antonio Maceo.

TRAS LA HUELLA DE LOS ASESINOS
   A partir del arresto, en 1982, del ex coronel de la División de Homicidios de la policía de Puerto Rico, Alejo Maldonado, por el secuestro del hijo del joyero cubano Mario Consuegra, se empezó a obtener evidencias sobre los posibles participantes en el asesinato de Carlos.
   En marzo de 1984 los periodistas Tato Ramos, del periódico El Mundo y Tomás Stella, del San Juan Star, entrevistaron a los oficiales policíacos Julio César Andrades, jefe de la Unidad de Arrestos Especiales, y Ernesto Gil Arzola, oficial de Homicidios, ambos miembros de la banda de Maldonado.
   En esas entrevistas, publicadas bajo la utilización de fuentes anónimas, se habló de la participación del coronel Alejo Maldonado y los llamados Amigos de la Democracia en el asesinato de Carlos Muñiz.
   En los testimonios recogidos aparece insistentemente el nombre de Julio Labatud Escarra, rico comerciante de origen cubano, muy vinculado a la contrarrevolución y miembro de la directiva del semanario La crónica, como persona implicada en los hechos.
   El 26 de junio de 1984, el agente del FBI, Diader Rosario, refirió la entrevista realizada en la cárcel de Tunas, Texas, al convicto Ernesto Abraham Arzola Martínez, ex agente de la policía de Puerto Rico, quien declaró que el asesinato de Muñiz Varela fue planificado por Nicolás Nogueras y Julito Labatud.
   El mismo policía corrupto dijo que había estado presente con los terroristas en el restaurante Metropol, dos meses antes de que se cometiera el crimen, y aseguró que el precio del contrato para ultimarlo había sido de 25 mil dólares.
   Rastreando documentos en busca de evidencias sobre el asesinato de Carlos, Raúl Alzuaga descubrió que, cuatro días antes de su asesinato, la División de Inteligencia había iniciado una investigación de "chequeo" sobre Carlos.
   El informe concluye con el sepelio del joven cubano, el 1ro. de mayo de 1979.
   A 30 años del asesinato de Carlos Muñiz Varela, los criminales aún recorren impunemente las calles gracias a la protección que les brindan los servicios estadounidenses de inteligencia.

Tomado del sitio digital Cubahora

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