resultado de la explosión en la embajada cubana en Lisboa en abril de 1976 |
La mayoría de los funcionarios de la
embajada cumplían diferentes misiones fuera de la instalación y casi en su
totalidad eran mujeres las que estaban a esa hora en las oficinas.
Los únicos hombres que
permanecían en la sede en ese momento eran Efrén Monteagudo Rodríguez y Alberto Álvarez Alfonso, quien formaba parte del cuerpo de seguridad.
Al detectarse un fuerte olor a pólvora quemada en sexto piso de la embajada, Efrén que se encontraba trabajando en el quinto piso, a pesar de las advertencias subió por las escaleras, posiblemente con la intensión de desactivar la bomba.
Los únicos hombres que
permanecían en la sede en ese momento eran Efrén Monteagudo Rodríguez y Alberto Álvarez Alfonso, quien formaba parte del cuerpo de seguridad.
Al detectarse un fuerte olor a pólvora quemada en sexto piso de la embajada, Efrén que se encontraba trabajando en el quinto piso, a pesar de las advertencias subió por las escaleras, posiblemente con la intensión de desactivar la bomba.
Después
que se confirmó que se trataba de un dispositivo dinamitero colocado en las oficinas de la embajada, Adriana Corcho, otra de las funcionarias cubanas que
estaba dentro de la misión, de manera ecuánime, avisó al resto de los
funcionarios y trabajadores de la sede diplomática sobre la situación a la vez
que orientó algunas medidas a tomar, a fin de evitar pérdidas de vidas humanas.
A las 16:45 horas de ese 22 de abril, hace
38 años, se produjo la mortal detonación de una bomba de más de seis kilogramos
de explosivos, que les arrancó la vida a los jóvenes Efrén y a Adriana, de 32 y
35 años de edad respectivamente, también hirió gravemente a otros funcionarios
y destruyó totalmente el local.
La mano asesina de la mafia anticubana de Miami
Las manos criminales que ejecutaron tan
siniestro atentado pusieron en peligro a varios niños cubanos que regresaban de
la escuela, quienes se salvaron solo por azar.
La mano asesina de la mafia anticubana de Miami
El atentado contra la embajada de Cuba en
Portugal se enmarcó dentro de una campaña terrorista anticubana desatada de
1974 a 1976 contra las misiones diplomáticas de la isla en el exterior. Durante
ese periodo, se ejecutaron 165 actos de terrorismo contra inmuebles y personal
de la mayor de las Antillas en 24 países.
El expresidente George Bush (padre), cuando
era director general de la CIA, en 1976, denominó como “Guerra por los caminos
del mundo”, a esta despiadada campaña terrorista que se inició con el crimen de
Barbados y costó a Cuba miles de vidas humanas y que siempre contó con el
desfachatado apoyo logístico y moral de Washington.
Luis Posada Carriles (tercero de izq a der) junto a terroristas cubanos en Miami |
Del encuentro surge la coordinación de
atentados violentos contra blancos de la izquierda chilena y otros objetivos
potenciales en América Latina o naciones relacionadas con esta región, entre
los que se cuenta la detonación de una bomba en la Embajada de Cuba en
Portugal, hecho ocurrido el 22 de abril de 1976.
Pedro Corzo Alemán, Gaspar Jiménez Escobedo
y Héctor Alfonso Ruiz, entre otros terroristas cubanos que hoy se pasean
libremente en Miami junto a su antiguo
jefe Posada Carriles, eran los integrantes de un comando que se dedicó a
asesinar a funcionarios de la Isla, intimidar a amigos de Cuba, sabotear
objetivos cubanos en el exterior, embajadas, oficinas de empresas y naves en
vuelo
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