Por
Ernesto Vera Mellado
En estos días se celebra en Barbados una
reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), donde también sesiona un
Foro Alternativo de Comunicadores con representantes de los medios comunitarios opuestos a los grandes medios.
Aunque en este encuentro se denuncia el
papel negativo de la SIP, no parece que se conozca bien toda la perversidad
contenida en su historia. Se dice, por ejemplo, que la SIP es una organización
de los grandes medios y que defiende sus intereses, además de que fue fundada
en 1950.
La verdadera historia es la siguiente: La
SIP fue fundada en La Habana en 1943 con un voto por cada país,
independientemente de la cantidad de órganos afiliados. De esa manera fue posible
que también se afiliaran algunos órganos progresistas y revolucionarios.
Durante siete años se hicieron sentir esas voces que, aunque minoritarias, impedían los propósitos de los medios
dominantes.
En esas condiciones se celebró la
conferencia en Estados Unidos, donde fueron modificados los Estatutos, dándole
un voto a cada medio afiliado, en lugar de uno por país. Fue así como la nación
sede pasó a tener 424 votos. Para ello hubo una maniobra combinada del
Departamento de Estado y la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Tom Wallace,
Joshua Powers y Jules Dubois
fueron los que dirigieron, en nombre de ambas instituciones, lo que fue el
secuestro de la SIP. Por supuesto, impidieron la presencia de los pocos medios
afiliados. En el caso de Cuba, que era Carlos Rafael Rodríguez, no lo dejaron
entrar en Nueva York y lo enviaron a la prisión de inmigración de Ellis Island,
hasta que fue devuelto a nuestro país, aunque se trataba del tesorero de la
Organización.
De esa manera el gobierno de Estados Unidos
se hizo dueño exclusivo de la llamada libertad de prensa y lo manifiesta a
través de la SIP.
Es decir, que se trata no solo de que la SIP
es representativa de los grandes medios y no de los periodistas, sino que esos
intereses están asociados al poder imperial y oligárquico. Decir SIP es
mencionar al poder mediático, al terrorismo en esta esfera que se une al
terrorismo de Estado imperial. Es la mentira organizada, el secuestro de la
libertad de prensa, que es un derecho alcanzado por los países libres e
independientes, y que es usurpado por el dinero.
Si hay algo que define el carácter injusto,
que convierte la libertad en terror, es que la única profesión en los países
capitalistas que tiene prohibido ejercer su labor con ética es el periodismo.
La SIP es el secuestro más largo de la
historia.
Tomado del
sitio digital del periódico Granma
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