En
estos dos últimos meses, se han registrado en Venezuela 162 agresiones contra
cooperantes médicos de Cuba. Hace unos días, el Gobierno venezolano condecoraba
a dos de estas personas que estuvieron a punto de ser quemadas vivas en un
ataque de opositores a un centro médico en el estado Lara.
Estos atentados son la consecuencia de una
gigantesca campaña contra Cuba creada en los medios privados venezolanos –el 80
% de los del país y opositores en su totalidad-, y ampliada después por grandes
medios internacionales aliados.
Por José Manzaneda
En estos dos últimos meses, se han
registrado en Venezuela 162 agresiones contra cooperantes médicos de Cuba. Hace
unos días, el Gobierno venezolano condecoraba a dos de estas personas, que
estuvieron a punto de ser quemadas vivas en un ataque de opositores a un centro
médico en el estado Lara.
Estos atentados son la consecuencia de una
gigantesca campaña contra Cuba creada en los medios privados venezolanos –el 80
% de los del país y opositores en su totalidad, y ampliada después por grandes
medios internacionales aliados.
En los últimos dos meses, se ha
intensificado el mensaje –ya clásico- sobre la supuesta “injerencia” cubana en
Venezuela.
La publicación casi diaria de rumores,
acusaciones sin demostración alguna y testimonios –algunos disparatados de
supuestos exagentes de inteligencia han llevado a no pocas personas a creer
firmemente que es el Gobierno cubano quien toma las principales decisiones
políticas en Venezuela; o que los sanitarios cubanos son, en realidad, agentes
o espías.
En Venezuela hay más de 30 mil cooperantes
médicos de Cuba. Atienden a cerca de once millones de personas, principalmente
en barrios populares que, años atrás, carecían de los más elementales servicios
de salud. Aunque su despliegue a gran escala se produce en 2003, con la
inauguración de la llamada Misión Barrio Adentro, los primeros cooperantes ya
habían llegado en 1999, como personal humanitario tras las gravísimas inundaciones
del estado Vargas.
Pero los ataques violentos contra el
personal cubano en Venezuela no son de ahora. Se han producido, desde hace más
de diez años, en cada ofensiva desestabilizadora de la oposición. En abril de
2013, tras la victoria electoral del presidente Nicolás Maduro, fueron atacados
25 consultorios médicos atendidos por la cooperación cubana.
Curiosamente, en octubre de ese año, el
diario español El País publicaba un reportaje sobre los ataques a cooperantes
en el mundo. Hablaba de 274 víctimas de algún tipo de agresión. Pero no hacía
la menor referencia a las agresiones al personal cubano.
Tampoco a Venezuela. Los cooperantes que
mencionaba eran procedentes, exclusivamente, de países del llamado Primer
Mundo, en consonancia con la habitual mentalidad neocolonial de los medios
occidentales.
Algo que se entiende mejor al conocer la
fuente de obtención de los datos: la llamada “Aid Worker Security Database”
(“Base de datos de seguridad de trabajadores humanitarios”), un proyecto
financiado por la USAID (la Agencia para el Desarrollo del Gobierno de EEUU) y
otras instituciones occidentales. En su web, en el apartado dedicado a las
citas en medios de comunicación, tampoco aparece ni una sola referencia a las
agresiones a cubanos.
Esta misma mentalidad es la que lleva a los
medios a ignorar los gigantescos programas de cooperación Sur-Sur que lidera
Cuba en el mundo. Solo en el ámbito de la salud, 50 mil profesionales de la
Isla desarrollan programas de asistencia a poblaciones desfavorecidas en 66
países.
Pues bien, los mismos medios que jamás han
informado sobre esta cooperación cubana de extraordinarias dimensiones,
disponen de secciones especializadas en “cooperación”, dedicadas básicamente a
exaltar la labor –en muchos casos anecdótica- de ciertas ONGs europeas.
Un ejemplo. En abril de este año, el diario
español El Mundo publicaba una página completa sobre las acciones de apoyo a un
orfanato de Haití que acoge a 40 menores. Pero sobre los 14 años de la
cooperación cubana en dicho país, que ha conseguido alfabetizar a 320 mil
personas y operar a 367 mil, por citar solo dos cifras, ni una palabra en dicho
diario.
Otro periódico español de referencia, El
País, ha publicado en las últimas semanas reportajes y artículos que tratan de
denigrar la labor médica solidaria de Cuba en Venezuela.
En contraste, por las mismas fechas,
publicaba hasta tres trabajos, en clave propagandística, sobre el apoyo de la
Reina Sofía a los proyectos de la cooperación española en Guatemala –proyectos
de un impacto testimonial, si los comparamos con los programas cubanos en
Venezuela.
Y es que la cooperación de Cuba en Venezuela
–y en otros países- hace tambalear los esquemas construidos por el imaginario
mediático occidental. Cuba no acomete meras acciones de ayuda. Contribuye a la
construcción de sistemas públicos de salud a largo plazo en otros países del
Sur.
Sistemas
de salud que, por lo general, fueron abandonados o desatendidos en décadas de
neoliberalismo y políticas de reducción del estado. Ahí radica la explicación
-de raíz claramente ideológica- a tantas campañas de calumnias contra la
solidaridad cubana en el mundo.
Con información
tomada del sitio digital Cubainformación
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