En el primer aniversario
de la muerte del Presidente de la Alianza Martiana y uno de los principales aglutinadores
de la emigración cubana en torno a la Patria
Cuando se hable de Tony
LLansó, hay que recordar irremediablemente al Maestro de todos los cubanos,
José Martí, cuando afirmaba que “el verdadero hombre no mira de qué lado se
vive mejor, sino de qué lado está el deber, y ese es el mismo hombre práctico
cuyo sueño de hoy será la ley de mañana". Por esa máxima vivió Tony, hasta
que las fuerzas del cuerpo se impusieron a las del espíritu, y murió, como los
verdaderos patriotas, hace exactamente un año.
Antonio Luis LLansó Vázquez
era el verdadero nombre de este habanero que nació el 20 de febrero de 1950,
pero todos lo conocían simplemente como Tony, el incansable aglutinador de los
emigrados cubanos en Miami, el dirigente de la Brigada Antonio Maceo, el
hermano de brazo en alto de los Pastores por la Paz, el Presidente de la
Alianza Martiana, el incondicional organizador de las campañas a favor de la
libertad de los Cinco Héroes cubanos, prisioneros en cárceles norteamericanas
por enfrentarse al terrorismo más despiadado contra Cuba que se genera desde
territorio de Estados Unidos.
Pero quien mejor que los propios Héroes para hablar de Tony. En un reciente intercambio epistolar, uno de los antiterroristas cubanos, Ramón Labañino, me decía: “Tuve el honor de poder hablar con él por teléfono en varias ocasiones. Su afabilidad y cariño saltaban las líneas y nos abrazaban con la familiaridad del ser humano especial que era y siempre será. Era un cubano leal, por encima de todas las razones, siempre dispuesto a todo, en cualquier momento y cualquiera que fueran las circunstancias.
Pero quien mejor que los propios Héroes para hablar de Tony. En un reciente intercambio epistolar, uno de los antiterroristas cubanos, Ramón Labañino, me decía: “Tuve el honor de poder hablar con él por teléfono en varias ocasiones. Su afabilidad y cariño saltaban las líneas y nos abrazaban con la familiaridad del ser humano especial que era y siempre será. Era un cubano leal, por encima de todas las razones, siempre dispuesto a todo, en cualquier momento y cualquiera que fueran las circunstancias.
“Tenía una genialidad
única –continúa diciendo Ramón Labañino- para encontrar soluciones a todo tipo
de problema, y siempre daba la cara y el corazón en cada tarea. Jamás decía no,
aún en su estado delicado de salud, siempre estaba presente y en la primera
línea de pelea.”
“Para todos nuestros
familiares era el padre, que con experiencia y espíritu jocoso, juvenil,
ayudaba y cuidaba de todos. Como buen patriota, amante de su tierra y su
cultura, supo poner bien alto el decoro y honor de los hombres comprometidos
con su tiempo y su Cuba eterna.”
“Lo recordaremos siempre
–sigue diciendo Ramón Labañino- como un Ché de estos tiempos, como uno de esos
hombres insustituibles que engrandecen y honran la tierra que los vio nacer. Su
imagen y ejemplo nos acompañará por siempre como una estrella que guía y
conmina en esta larga batalla por la vida y el bien de la humanidad”, concluyó
Ramón.
También conversando con
Fernando González, otro de los Héroes cubanos prisioneros en cárceles
norteamericanas, me decía en una de sus cartas acerca de Tony Llansó: “la
naturaleza y las circunstancias me impidieron conocerlo personalmente. Solo su
voz me llegó en varias ocasiones a través de la línea telefónica. Esas
oportunidades, y el testimonio de mis familiares que si tuvieron el privilegio
de conocerle y recibir sus esmeradas atenciones, así como la referencia de su
labor como miembro de la Alianza Martiana, fueron suficientes para constatar la
calidad de Tony como ser humano, su espíritu solidario y su cubanía a toda
prueba”.
“Tony llevaba a Cuba en
el corazón. Fue un patriota cubano, allí, donde asumir a la Patria como él
hizo, es más difícil, donde implica un costo personal y familiar, y donde es
más arriesgado.”
“Siempre estaremos
agradecidos de su esfuerzo en la lucha por nuestra liberación –continúa
diciendo Fernando- y de la forma total e incondicional en que apoyó y atendió a
nuestros familiares. Era una de sus maneras de expresar su patriotismo.”
El recuerdo de Tony
LLansó nos acompañará eternamente. Su ejemplo de cubano digno y valiente, es un
estímulo en la lucha por la justicia y por el bienestar de Cuba”, subrayó
Fernando González.
Andrés Gómez, director
de Areito Digital y uno de sus más cercanos colaboradores en Miami, lo recuerda
como “un dirigente de ese sector de la emigración cubana en Estados Unidos que
es heredera y continuadora de la magna obra de aquella otra emigración cubana
que en Estados Unidos y bajo la magistral conducción de Martí fue factor
principalísimo en hacer posible el inicio y sostenimiento de la última de
nuestras guerras por la independencia del despotismo de España”.
“Al sentir su vida
agotarse, Tony fue a morir en la Patria –decía Andrés Gómez. Murió en La
Habana, atendido con cariño y esmero y hasta su último aliento rodeado por
seres queridos, el 6 de diciembre tarde en la noche, a sólo cincuenta y cinco
minutos del 7 de Diciembre. De haber estado consciente de ello una vez más se
hubiera impuesto al intransigente requerimiento de la muerte para poder morir
en fecha tan gloriosa”, refiriéndose a la caída en combate del Lugarteniente
General Antonio Maceo y su ayudante Panchito Gómez Toro.
El mensaje que enviaron
Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, René González, Ramón Labañino y Fernando
González, los Cinco Héroes cubanos, al momento de morir Tony, encierra el
sentir de todos los cubanos que sueñan con una Cuba soberana: “Así te queremos,
querido Tony, y así estarás por siempre en nuestros corazones y nuestra obra de
cada día. Hoy la Patria orgullosa recoge en su seno a uno de sus más nobles
hijos, al insustituible hermano de mil batallas, al compañero fiel de todos los
cubanos dignos”.
Andrés Gómez, director de la revista Areito Digital, lee
el mensaje de los Cinco Héroes al conocer la muerte de Tony Llansó, el 6 de
diciembre de 2010
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