El próximo viernes 9,
Ramón Saúl Sánchez comenzará su nuevo show mediático frente a las costas
cubanas, al frente de varias embarcaciones pertenecientes al Movimiento
Democracia, quienes volverán, después de algunos años de ausencia en el
escenario politiquero de los cubanos de Miami –los de la extrema derecha, vale
aclarar- a provocar tensiones y poner en situación de crisis una vez más, las deterioradas
relaciones entre Cuba y los Estados Unidos.
Esta vez Ramón Saúl va más
lejos. Pretende, con su acto de irresponsable provocación, subvertir el orden
dentro de la isla y que su acción en altamar, sea secundada con un supuesto
levantamiento popular dentro de Cuba. Pero en fin, tanto va el cántaro a la
fuente….
La parafernalia mediática
incluye noches iluminadas con fuegos artificiales de gran potencia, los que
según las autoridades cubanas, pondrán en peligro la navegación aérea sobre esa
zona que estará erizada, nadie lo dude, de naves de mar y aire, artilladas hasta
el tuétano, de las dos naciones que no tienen relaciones diplomáticas desde
hace medio siglo.
Lo insólito en todo
esto, es que esta provocadora acción contra la soberanía de un país vecino, sea
amigo o no, cuenta con la anuencia y el beneplácito de la administración del
Presidente norteamericano Barack Obama, quien ha dado luz verde a una aventura de
imprevisibles consecuencias. Y digo insólito, porque el mismísimo George W.
Bush y su antecesor Bill Clinton, le cerraron el paso al “líder” del yate
Democracia, ante sus trasnochadas intenciones de irse a navegar hasta las doce
millas de las costas cubanas.
Ramón Saúl y sus
acólitos estaban faltos de un escenario que los lanzara contra las pantallas de
los televisores en Miami, donde saben que recibirán el aplauso de quienes
llevan más de cincuenta años esperando plácidamente que alguien les haga el
favor de “resolver” el problema cubano. En el ocaso de la vida de muchos de
estos “patriotas”, ya les da lo mismo que sean los marines de la 82 División,
los mercenarios de Eritrea, los aviones de la OTAN o los “disidentes” que le
hacen la tarea dentro de una isla que no asimila contubernios con terceros.
El avance de la flotilla
Democracia y su fiesta de fuegos artificiales dirigidos hacia las costas
cubanas–eso es lo único que han dicho públicamente que llevarán- puede
desencadenar una crisis, porque tampoco es secreto que el gobierno de la isla
no permitirá que sus aguas sean violadas. Cuba defenderá su espacio marítimo,
incluso cuando está consciente que es parte de la provocación, que se produzca
un desenlace violento.
No imagino ver una flotilla
de barcos iraníes frente a las costas de Estados Unidos iluminando la noche
con petardos coloridos. No concibo a los pakistaníes pidiendo en la frontera
con India que los hindúes se sumen a la desobediencia civil, y ni siquiera
pienso que pasaría si un grupo de palestinos proclama en Jerusalén el derecho a
sus paisanos a rebelarse contra los soldados de ocupación. En cualquiera de los
casos la represión por parte del “ofendido” no demoraría y los cintillos en los
grandes periódicos justificarían el derecho a la defensa territorial.
Pero a Cuba hay que
satanizarla y eso lo sabe muy bien Ramón Saúl. Poco importa que en medio de una
refriega en altamar mueran tres o cuatro vejetes, si al final, el propósito de
condenar a los cubanos de la Isla sería un hecho.
Ramón Saúl tiene alma de
“capitán Cebollita”, aquel juego de niños donde uno manda a que los otros
hagan. Así que no le temblará la mano en sacrificar a tantos ingenuos como sean
necesarios en pos de sus propósitos. Ya su viejo amigo José Basulto le demostró
cómo se hace, cuando mandó a una muerte segura a los cuatro pilotos de Hermanos
al Rescate, en 1996, mientras el miraba desde la retaguardia y los “periodistas”
que le acompañaban narraban los acontecimientos.
Es una ironía como se
tratan estos acontecimientos. La flotilla Democracia que irá hasta el límite de
las aguas jurisdiccionales cubanas, con la intención de provocar desórdenes dentro
de la Isla, se trata de legitimar por los medios de comunicación que esperan
hacer el cierre de tirada con una nota sensacional, los mismos medios que poco
hablaron de la flotilla Libertad, atacada salvajemente por tropas israelíes
hace 18 meses, y que procuraba llevar alimentos y ayuda a los palestinos
encerrados en la Franja de Gaza.
Ramón Saúl Sánchez
necesita protagonismo. Nadie lo duda. Necesita “lavar” la imagen que de él
venden sus correligionarios en las huestes anticastristas de Miami, que lo
mismo le llaman “Florecita” o el “Almirante de la Mar Océana”. Esos mismos que
no sienten respeto por ninguna de sus acciones, pero que lo usan en interés de
sus propósitos.
Solo resta esperar. Mi
abuela siempre repetía: “juega con la cadena, pero no con el mono”, porque
Ramón Saúl y sus navegantes “democráticos”, bien pueden salir trastabillados en
su aventurera travesía.
Menuda democracia.¿La democracia realmente existe? ¿Se creen que somos tan estúpidos para creerlo? Los gobiernos están "TODOS" Europa y USA comprendidos, en manos de los bancos, de las identidades financieras en general. Hay que ser ingenuo si se piensa que por el simple hecho de votar, se está en democracia. En realidad los gobernantes son simples marionetas y si estos fueran decentes, dimitirían después de informar al pueblo.
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