Al periodista y escritor
cubano Fernando González Campoamor, más conocido como Fernando G. Campoamor, se
le recuerda como el historiador del ron, el amigo de Ernest Hemingway, el
viajero del mundo, el corresponsal de innumerables periódicos de varios países,
el conversador incansable y sapiente, era ciertamente un hombre de cultura
universal y, él mismo, todo un personaje memorable. Así lo recuerda Leonardo
Depestre.
Nació en Artemisa el 4
de junio de 1914. Graduado de Doctor en Filosofía y Letras en la Universidad de
La Habana, fundó en Artemisa una revista a la cual nombró Proa. Su hoja de
servicios al periodismo incluyó las responsabilidades de atender la plana
cultural de la publicación Pueblo, entre 1937 y 1939; jefe de redacción
del Diario Nacional, en 1946; y jefe de la plana política del diario Alerta.
Fue también corresponsal
de O Cruzeiro, de Brasil; de Paris Match, francés, y de El
Nacional, de Venezuela, aval envidiable para cualquier periodista. Viajó por el
continente americano, también por Europa, y obtuvo los premios periodísticos
Juan Gualberto Gómez, Álvaro Reynoso y Enrique José Varona… lo cual es bastante
en un currículum.
Y si de colaboraciones
se trata, las suyas se reparten por Bohemia, Revista Bimestre Cubana,
Revista Cubana, Lyceum, Gaceta del Caribe, El Mundo, Universidad de La Habana,
Casa de las Américas, Unión, La Gaceta de Cuba, Trabajadores. Sus artículos
podían, además, leerse en varias publicaciones de Hispanoamérica, lo cual hizo
de él uno de los periodistas cubanos más conocidos internacionalmente de su
tiempo.
En sus últimos años
también puso su inmensa sabiduría al servicio editorial cubano, sin desligarse
por ello de la prensa. Sin embargo, el Campoamor más cercano al lector de estos
días es el que hallará en libros como El hijo alegre de la caña de azúcar
(biografía del ron cubano), originalmente de 1981 pero con más de una edición;
volumen ameno, instructivo y revelador de la historia de una bebida cuyas
raíces se imbrican en la cultura nacional. El ensayista cubano Manuel Moreno
Fraginals escribió que esa obra es “una feliz mezcla de poesía y erudición”.
Campoamor, quien murió
el 29 de diciembre de 2001, fue autor de otros títulos como Discurso al
hombre (1939), Archipiélago y Vendimia en capricornio (1941), Órbita
de España (1943), Azcárate, hombre aparte (1946), Que su
llama nos queme (1953). Y también del muy útil Coctelería Cubana -
100 recetas con ron, con, al menos, cinco ediciones.
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