martes, 3 de enero de 2012

A 51 años de la ruptura unilateral de relaciones diplomáticas de Estados Unidos con Cuba


Hace 51 años, en un intento por sumir en un total aislamiento a la Revolución Cubana, el gobierno de los Estados Unidos decide romper unilateralmente sus relaciones diplomáticas con Cuba. Con el titular de "¡Viva Cuba Libre!", a ocho columnas, el periódico Revolución lanzó la noticia. El cintillo, acompañado por una reproducción de nuestra enseña nacional, rememoraba por su contenido los días de la gesta de independencia, cuando nuestros mambises marchaban al ataque al grito de ¡Viva Cuba Libre! Sólo que esta vez el enemigo declarado era otro. Los vecinos del Norte, de hecho estaban decretando la guerra a los constructores de la nueva sociedad.
El 3 de enero de 1961, el secretario de Estado de Estados Unidos, Christian Herter, en nota diplomática dirigida a la Cancillería cubana anunciaba el rompimiento de relaciones diplomáticas y consulares con la República de Cuba en una decisión unilateral, que marcaba un hito trascendente en un diferendo que se mantendría –y se mantiene- por más de medio siglo.
Esta ruptura estuvo precedida por una sistemática escalada de agresiones económicas, sabotajes y campañas de calumnias. Fue el presidente norteamericano John F. Kennedy quien firmó, el 3 de febrero de 1962, el decreto que oficializó un bloqueo económico de su país contra la isla caribeña.
El triunfo de la Revolución cubana el primero de enero de 1959 con nuevos principios y una proyección político- social hacia el rescate de una verdadera independencia históricamente soñada por el pueblo cubano, afrontó una sutil hostilidad desde los cuatro primeros meses de su llegada al poder.
La primera medida tomada por el Gobierno Revolucionario, el 9 de enero de 1959 fue la solicitud al gobierno norteamericano sobre la extradición de Rolando Masferrer Rojas y Julio Laurent reclamados como criminales de guerra, con causas pendientes con la justicia cubana. Esta y otras reclamaciones posteriores fueron desoídas.

En ese mismo mes de enero fue solicitado al gobierno norteamericano la salida, con prontitud, de los miembros de las misiones militares estacionados en el campamento de Columbia (hoy Ciudad Libertad) y que actuaban como asesores en las ramas de ejército, aérea y naval del ejército de la dictadura.
La hostilidad, que se transformaría en relaciones verdaderamente conflictivas, se desató completamente al publicarse la Ley de Reforma Agraria el 17 de mayo de 1959.
Las empresas de ciudadanos estadounidenses llegaron a controlar entre el 80 y 100% de todos los consorcios dedicados a los servicios públicos en Cuba así como las minas, los ranchos ganaderos y la refinación de petróleo. Asimismo eran los propietarios del 40% del azúcar, la principal industria del país, y del 50% de los ferrocarriles.
Más de medio siglo después, sigue vigente el criminal bloqueo económico, financiero y comercial que Washington impone al pueblo cubano, se recrudecen leyes destinadas a exterminar por hambre a 11 millones de isleños que no se rinden, y siguen pagando a todos los que se prestan a subvertir el orden en la Mayor de las Antillas.
Y también, a 53 años del triunfo revolucionario, se sigue escuchando, desde el Cabo de San Antonio hasta la punta de Maisí, el grito irrevocable de: ¡Viva Cuba Libre!

Con información parcial tomada del sitio digital Granma.cubaweb.cu


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