Con el primer día del
año, las letras cubanas sufrieron la pérdida de Alberto Acosta Pérez, de 54
años de edad, poeta que destacaba en su generación por la fineza de su
percepción y el riguroso oficio con que cultivó el verso, publica el diario Juventud
Rebelde.
Víctima de una dolencia
pancreática aguda, Alberto fue inhumado este lunes en la necrópolis de
Colón. Ediciones Unión acababa de procesar su último poemario, Experiencias
de amor correspondido, el cual circulará durante la próxima Feria Internacional
del Libro Cuba 2012.
Natural de La Habana,
Alberto contaba con una docena de libros publicados entre los que
sobresalen Como el cristal quemado (1988), Todos los días de este
mundo (1990),Éramos tan puros (1992), Alabanza del sueño (1994), Monedas
al aire (1996) y Música vaga (2002), que le valió ese año el
Premio de la Crítica.
En 1990 mereció el Premio de Poesía Gerardo Diego (Soria,
España, 1990) con el título El ángel y la memoria y conquistó XIII
Premio de Narraciones Breves Alberto Lista (Sevilla, 2006) por Pronóstico
reservado. Parte de su obra fue traducida al francés, inglés, rumano, portugués
e italiano.
Durante más de una década se desempeñó como responsable
del área de promoción del Gran Teatro de La Habana, tarea en la que se
relacionó fluidamente con la prensa cultural cubana.
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