Por Edmundo García*. ¿Y
si Luis Posada
Carriles, en lugar de cubano, fuera israelí? ¿Y si Posada Carriles
fuera un israelí que hubiera atentado contra Israel? Pues de poco le valdría
celebrar sus fiestas en fincas privadas de Miami porque le pondrían micrófonos
hasta en los lechones que se come.
Y le sería inútil
rodearse de jala levas como guardaespaldas porque hasta su barbero se lo
hubiera reclutado el Mossad. Si Posada Carriles fuera israelí cada
mañana su despertador aparecería cambiado de sitio y su radio sintonizado en
otra estación. Y lo principal: si Posada Carriles fuera israelí a lo mejor hace
rato hubiera volado a Jerusalén como Director de una delegación de
citricultores, acompañado de jóvenes académicos de seis pies aficionados al
Kung-fu y las gafas oscuras.
¿Y si Posada Carriles fuera ruso? ¿Y si Posada Carriles
fuera un ruso que hubiera atentado contra Rusia? Pues cada 7 de octubre
amanecería rezando porque no le trajeran ni se llevaran su correo, porque sabe
Dios lo que podría ocurrírsele a los chicos de la FSB (nieta de la KGB) ese día
de cumpleaños de Putin.
Si Posada fuera ruso a
lo mejor no hablara, porque los fusileros bolos afinan puntería con huevos de
esturión del Volga y no suelen fallar los disparos. Ni
fallan en San Petersburgo. Ni fallan en Guatemala. Y si fallaran, todavía le quedaría afrontar la variante
Ramón Mercader, que sugiere emplear instrumentos menos sonoros en sus misiones.
Si Posada fuera ruso
tratara de vivir discretamente en Miami y a lo mejor hasta hubiera renunciado a
las llaves de Hialeah. Porque Posada Carriles sabe muy bien que
Moscú, lo que se dice Moscú, no cree en lágrimas.
¿Y si Posada Carriles fuera inglés? ¿Y si Posada Carriles
fuera un inglés que hubiera atentado contra la Gran Bretaña? Si a Posada
Carriles se le hubiera ocurrido no más que enviar a un mercenario a explotar un
siquitraque en el lobby del más barato Motel de Londres, los fanáticos de todos
los clubes de cricket, de fútbol y de rugby del Reino Unido barrerían con el
ejecutor las gradas de los estadios y a su mentor lo perseguirían hasta en los
sueños, tanto el M16 como el sindicato de escritoras policiales. Y la prensa
calladita, porque ya se sabe como son por allá y Posada es demasiado poca cosa
para molestarlos.
¿Y si Posada Carriles fuera norteamericano? ¿Y si
Posada Carriles fuera un norteamericano que hubiera atentado contra Estados
Unidos? Entonces no estoy muy seguro de que el gobierno de Washington le
seguiría dando protección; ni que contaría con el apoyo de políticos, abogados
y empresarios de Miami; ni que algunos locutores de radio y televisión del sur
de la Florida se atreverían a mostrarle abiertamente su apoyo. Si Posada
Carriles fuera norteamericano y se escondiera en un iglú del Polo Norte, hasta
allá podrían enviarle un Drone a saludarle. A esta altura, los chicos de la Compañía
habrían encontrado alguna manera de darle de baja; o se lo hubieran regalado
hace rato a otra gente que lo quisiera. A los jueces venezolanos, por ejemplo.
Pero Posada Carriles es cubano. Y por principio, y ética,
Cuba no practica secuestros ni ejecuciones extrajudiciales. Por el peligro que
supone para el país y sus funcionarios y diplomáticos residentes fuera de la
isla, estoy seguro que Posada Carriles siempre ha estado bajo la mira de los
servicios especiales cubanos.
En Panamá, en El
Salvador, en Guatemala… Posada Carriles ha sido monitoreado y hasta filmado por
personas responsabilizadas con la seguridad del país; la televisión cubana ha
hecho pública imágenes del seguimiento y las autoridades de cada país han sido
informadas en su momento sobre las actividades en esos países; como ocurrió en
el caso de Panamá.
Pero no ha pasado de
ahí; vuelvo a repetirlo, porque Cuba no secuestra, porque Cuba no ejecuta a
personas fuera de la ley, aunque tenga el derecho moral de hacerlo. Así
es Cuba. Así es la Revolución. Así es Fidel y así es Raúl.
*Edmundo García.
Periodista cubano residente en Miami. Conductor del espacio radial La tarde se mueve, por la 1450 AM
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