Fue casualmente en los Estados
Unidos, donde el presidente Abraham Lincoln aseguró que "puedes engañar a
todo el mundo algún tiempo, puedes engañar a algunos todo el tiempo, pero no
puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo." Y digo casualmente, porque
en estos momentos de mentiras y campañas mediáticas contra Cuba, fraguadas
desde las “trincheras” anticastristas de Miami, acaba de desinflarse un embuste
donde también se utilizó como estandarte a un preso que murió en huelga de
hambre.
Reina Luisa Tamayo, la
madre del finado recluso Orlando Zapata Tamayo, compareció en la noche de este
lunes, ante las cámaras y micrófonos del programa televisivo “A Fondo con
Sevcec”, del canal local América Tevé-41, y sin tapujos dijo sentirse
traicionada, engañada y decepcionada con todos los que la llenaron de luces y
ofrecimientos.
Los que nos prometieron
ayuda nos han traicionado, dijo la anciana a una pregunta del moderador del
programa, y contó las vicisitudes que tiene que enfrentar para sobrevivir en
Miami, siete meses después de su llegada.
La madre de Zapata llegó
a los Estados Unidos cargando las cenizas de su hijo el pasado 9 de junio.
Entre vítores y abrazos, los mismos que empujaron al suicidio a Zapata, la
recibieron en el aeropuerto. Políticos, cabilderos, disidentes y hasta algún
que otro terrorista, se congregaron en el Miami International Airport, para
darle una bienvenida cargada de promesas.
La señora Tamayo,
ataviada con sus acostumbrados collares yorubas, dijo estar viviendo un momento
desesperado, y con una mezcla de rabia y tristeza, afirmó que “el espíritu de
mi hijo estará sufriendo lo que está pasando su madre”.
La madre de Zapata
Tamayo explicó a la teleaudiencia de Miami que fue engañada por sus
patrocinadores y dijo sentirse manipulada por los mismos que prometieron
ayudarla. Contó, además, como se gana la vida como sirvienta, limpiando casas, cuidando
ancianos, y junto a su esposo, arreglando la hierba de los patios.
Vivimos nueve personas
en una sola casa, pero no nos alcanza el dinero para pagar la renta de 2,300
dólares mensuales, más el resto de las cuentas (agua, luz, teléfono, y comida,
entre otras), declaró con dolor, mientras narraba sus esfuerzos por conseguir
que la comunidad cubana exiliada les diera algo de ayuda económica.
Reina Luisa decidió
tomar el camino del exilio junto a doce familiares. Durante la campaña difamatoria
que se orquestó desde Miami contra Cuba, después de la muerte de Zapata Tamayo,
grupos de exiliados y organizaciones de refugiados ofrecieron brindar ayuda a
la familia Tamayo.
“Vamos a ayudar a la
familia a iniciar un nuevo capítulo en sus vidas. Hemos dispuesto cuatro
apartamentos en el suroeste de Miami y también será asistida con alimentos,
ropa, muebles, clases de inglés, trabajo y otros asuntos esenciales”, afirmó en
aquel momento Suzy Cop del Comité Internacional de Rescate (IRC), organización
que supervisa los programas de reubicación para los refugiados que llegan a
Miami, en el estado de Florida, según una nota publicada en el sitio digital Cuba en Miami el 8 de junio 2011. Esta noche, Reina Luisa Tamayo dejó bien claro
que todo era mentira.
También Janissette
Rivero, de la organización anticastrista Directorio Democrático Cubano, se ofreció ante las autoridades
consulares norteamericanas como la patrocinadora de esta familia cubana.
Evidentemente, por las declaraciones de Reina Luisa, todos le dieron la espalda
e hicieron mutis por el foro.
Lo triste de toda esta
historia, es ver como manipulan sin piedad, aunque para conseguir propósitos
haya que pasar sobre las cenizas de un muerto. Ahora, Reina Luisa no cuenta.
Mientras estaba en Cuba, era protagonista de la manipulación y eso genera
dinero. Ahora, en la triste realidad del exilio, no deja de ser más que una
vieja memoria, casi olvidada.
Ya tienen un nuevo “producto”
de propaganda que da más resultado, y como decía un popular vendedor de muebles
en Miami, “aquí lo que vale es el cash”. Solo habrá que esperar un poco, para
ver si a Maritza Pelegrino, la viuda de Wilmar Villar, el recluso recién
fallecido, le toca pasar por la triste historia de Reina Luisa Tamayo.
Vale la pena reiterar lo
que afirmó el presidente norteamericano Abraham Lincoln: "puedes engañar a
todo el mundo algún tiempo, puedes engañar a algunos todo el tiempo, pero no
puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo."
No hay comentarios:
Publicar un comentario