Hace tres días que estoy
ausente de estos divinos rincones cibernéticos. Y es que cuando uno se
acostumbra a compartir y discutir ideas en las redes sociales, las extraña en
el primer minuto de la ausencia.
Mi corazón, majadero
impenitente y testarudo, me corrió una mala pasada y su bombeo exagerado me
lanzó de cabeza contra una cama de hospital. Mi presión arterial registró las
alturas a más de 240 (sistólica) y 130 (diastólica), con una andanada de
pulsaciones a razón de 169 por minuto. Nada, que el susto me dejó con el
corazón en la boca.
Podrán imaginar los
nerviosismos, la ambulancia, los paramédicos dosificando aspirinas y
nitroglicerina, colocando sueros en vena… las luces de torre y la sirena de la ambulancia. Y yo dentro,
encamillado, con una máscara de oxigeno evitando que se escucharan mis
imprecaciones y lamentos.
Pero no eran de dolor
físico. Ni siquiera de miedo ante un inminente ataque cardíaco. Me molestaba que no estaría
disponible para actualizar este blog que se me ha convertido en un ejercicio
diario de opinión, y de contacto fructífero con amigos de todos los confines.
Ya más recuperado, me
doy yo mismo la bienvenida y espero que ustedes me reciban nuevamente, después
de una ausencia involuntaria que no me perdono.
Lo importante es que estas bien y aqui , un susto que te avisa que debes cuidarte un poquito mas, me alegro verte bien,me rei con ese final rematado a lo Miguel , el tauro incansable eh?cuidese mucho para que sigas en lo que gusta hacer, te mando mil besos!!!
ResponderEliminarMarye
Hice un comentario pero no salio, pues ahi voy de nuevo, Migue,que bueno que estes aqui, haciendo tu el cuento y rematandolo con ese final de un tipico taurino, hombre!!! hellooo solo una consejito, cuidate un poquito mas , que todo siga bien contigo y ya sabes como te aprecio, te mando mil besos como dices tu siempre.
ResponderEliminarMary E
Gracias Mary... prometo que me cuidaré más, fumaré y trasnocharé menos... leeré más a Lorca y a Martí, seguiré persiguiendo los libros de Padura, buscaré acertijos entre los "diablitos" de Lam, volveré a disfrutar con los niños de "Habanastation" y por supuesto... querré mucho más a Cuba... todo eso me ayudará a superar las crisis. Gracias por tus buenos consejos de siempre y por tu andanada de besos.
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