Si hay algo que me alegra en gran sentido es que Cuba, con todas sus dificultades conocidas, se va abriendo paso, segura de seguir construyendo con medida justeza, un proceso socialista que pone en práctica, con lentitud, según sus posibilidades, esa primera ley que reclamaba el apóstol José Martí: “la dignidad plena del hombre”.
Han sido ya 55 años de Revolución, llevando
cultura al pueblo (Fidel: “yo no digo cree, sino lee”), buscando alternativas
que sustenten el proyecto social y brinde desarrollo económico al país y por
ende a cubanas y cubanos, sorteando los embates de una economía mundial
polarizada por un capitalismo salvaje, llevando solidaridad amiga a otros
necesitados allende las fronteras para compartir modestamente lo que posee a
pesar de las carencias mayoritariamente impuestas por el enemigo, resistiendo
los disímiles y criminales ataques del imperialismo y sus lacayos en el afán de
ahogar una alternativa viable y diferente; combatiendo tanto la
contrarrevolución interna como aquella del exterior que viene, además, a Cuba
para destruirla sigilosamente.
También se combate contra cada difamación y
montaje de una prensa, que aparentando un goce de “libertad de expresión”, va
de servil con un guión bien
establecido para denigrar los principios básicos de
la Revolución cubana y su obra indiscutiblemente palpable. Hasta medios que
nunca surcaron los temas políticos, hoy se ven forzados a salivar contra Cuba,
como lo hace la Revista Geo, siendo el caso más reciente.
Lidiar con monopolios o con una caterva de
mercenarios adiestrados y que responden a grandes capitales e intereses
foráneos se hace ya “cotidiano” en el transcurso diario de las cubanas y
cubanos; al final, estos asalariados responden a quien le paga por tal
inclinación servil. Estos no son los preocupantes, pues de ellos se sabe lo que
se espera, sus reacciones, manipulaciones y hasta se hace fácil encuerar sus
burdos bulos… “más fácil se coge a un mentiroso”… ya saben, el refrán.
Indigna la actitud de esos que pudieron
vivir los golpes de una dictadura batistiana y se jactaron de las conquistas
logradas en la Revolución, producto de ser más leales a la mezquina ambición
del individualismo o permitir que la influencia los llevara por esos
derroteros.
Indigna la actitud de aquellos que se
sirvieron de herramientas culturales, sociales, económicas y políticas que les
propició la Revolución y sin embargo las usan en la destrucción del propio
proceso socialista que los formó. Y no es cuestión de pagar deudas, sino de
tener el decoro de poner el empeño en crear desarrollo y metas por bienes
colectivos, de dotar y fortalecer con nuevos instrumentos la defensa del
sistema y de la Patria frente a los constantes ataques del imperialismo y sus
lacayos. No es cuestión de deuda, sino de consciencia.
Indigna, también, la actitud de todos los
que esconden su oportunismo a gritos de consignas; por momentánea apariencia
“revolucionaria” frente a la sociedad. Incluyo esos, aunque realmente no
muestren diferencias con la Revolución, pero se comportan igual de hipócritas,
sin reparar en lo más mínimo que con ello tiran por tierra los principios
esenciales de las conquistas alcanzadas y el sentido de Revolución. Así,
in-voluntarios, se vuelven cómplices del enemigo: denigrar la Revolución y
mostrar el desentendimiento de las nuevas generaciones del contexto histórico
que sostiene el proceso social socialista.
Indigna la actitud de esos que nacieron con
el pan bajo el brazo, despreocupados en
tiempo de bonanzas de otros peligros
que no sea la de poder llenarse la barriga, los bolsillos o disfrutar de
conquistas gracias al sacrificio de muchos otros; y ahora, con ínfulas de
jueces, mientras desperdigan veneno, se muestran con cara de angelitos bajo el
farol del victimismo, cada vez que se “expresan”, aluden: ¡Censura!
Indigna la actitud de esos con ansias de
protagonismo, ávidos de ser el ombligo del arroz-con-pollo de la palestra y
sólo ponen su verborrea para lucir como “Quijotes revolucionarios”,
apuntillando cualquier detalle con hipercriticismo, no importa si es ínfimo;
pero se sepa que poseen una lengua o pluma tan afilada como la adarga (por
cierto, que ha tomado prestada), creyéndose héroes porque “suavemente” cortan
su hilo umbilical con todo aquello que le ha antecedido… deseosos de buscar la “verdad”, su “verdad”,
la misma que ya ha sido plantada con lentejuelas en su mentalidad y sin más
profundo análisis en su ceguera política; ponen manos a la obra en cambiar,
cerrar o, de ser posible, enterrar o quemar el “armario de la abuelita”.
El nicho del desagradecimiento que lo
carcome es el productor de su hipercriticismo. Montado sobre aires de
superioridad por su juventud, porque entiende que el presente es “su tiempo”,
subvalora o desdeña el esfuerzo y sufrimiento de todos aquellos (abuelitas y abuelitos)
que se olvidaron de su tiempo y fueron a la manigua o subieron a la Sierra y al
Escambray para dar un futuro sin cadenas; abuelitas y abuelitos que
construyeron con total entrega un presente sin pedir otro beneficio que la de
ver la alegría en las calles.
Sin embargo, el desagradecido no le compensa
que ese “armario” guarde la sangre y el sudor de las cubanas y cubanos
dignos… o como los calificó José Martí
en su poema a Néstor Ponce de León: “cubanos buenos” (N. Y., 21 de
octubre/1889). Ese “armario” acopia también todo el tesón de valerosas y
valerosos combatientes que aún luchan por no ver mancillado o tirado a tierra
todo aquello por lo que trabajaron y sacrificaron; un “armario” guardando toda
la experiencia de una dura vivencia, la cual mínimamente debe ser vista con
férreo respeto.
Los desagradecidos e in-conscientes siempre
se dan coloretes de ser más tricolores que la misma bandera cubana,
“dispuestos” a implementar el “Socialismo” que se “ajusta” a las supuestas
apetencias de nuevas generaciones (cuando lo que debería importar son las
nuevas condiciones para una sociedad más amplia).
Los ingratos desbordan, incluso, todo
espacio posible con desdibujados cuadros sociales que, con habilidad infantil,
languidecen todo factor exterior influyente (como es el caso del bloqueo
económico, la guerra diplomática o los atentados terroristas sufridos en la
economía y el turismo cubanos) para centrar sus constantes golpes
“periodísticos” contra los galimatías administrativos _ sin negar sus
existencias.
No hay tiempo o espacio para saber balancear
la cal y la arena. Cualquiera que lea las palabrerías de nuestros quijoteros,
encontraría sólo una Cuba caótica. ¿Es Cuba caótica, entonces cómo es posible
que tenga tantos reconocimientos por instituciones internacionales y sea tomada
como ejemplo por otros pueblos?
Muchas veces, algunos de estos personajes,
exponen como excusa que “no pidieron que sus antepasados se sacrificaran por
ellos. ¡Vaya contraste! Mientras tanto en la actual Europa son muchos los
jóvenes aquejados de que la generación que le antecedió no hizo lo suficiente
por ellos.
Estos desagradecidos e in-conscientes, para
entronarse como “valientes” en su hipercriticismo, son capaces de meterse el
dedo en el ojo para poder tapar el sol. “El sol quema con la misma luz con que
calienta. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las
manchas. Los agradecidos hablan de la luz”, escribió José Martí en la Edad de
Oro (1882), en el cuento Los Tres Héroes.
Indigna la actitud de aquellos “ilustrados”,
cubanólogos, que desde la otra orilla (no importa las millas que sean),
gustosos de una vida mejorada en el exterior, se lucen en “magistrales” clases
muy factibles para mejorar el propio fracaso en el cual viven; pero sin ningún
ajuste para Cuba.
Indigna la actitud, también, de aquellos que
conociendo la realidad cubana y los desafíos que enfrenta, por momento
demostraron simpatía y comprensión, afinidad de ideales o simplemente aceptaron
con respeto el derecho de Cuba a establecer su camino… y de pronto, como hojas
cansadas se dejan arrastrar “sin dirección aparente” por cuenta de un giro de
torbellinos, se vuelven en ecos, en una kafkiana inversión y adsorben
voluntariamente un discurso ajeno, para sumarse a las hordas.
Todos tenemos derecho a tener percepción y
opinión propia, incluso, amén de estar en ocasiones encontradas con la
trayectoria tomada por la dirección el país (recordemos que las leyes son
aprobadas en el Parlamento, a propuestas de los Ministerios, Consejo de
Ministros o Consejo de Estado, cursando sus canales).
El compañero Raúl Castro, Jefe del Consejo
de Estado y Presidente de Cuba, siempre ha estimulado a la práctica de la
crítica constructiva y sincera. Diferir
o disentir no es sinónimo de engañar. No es manipular diversas situaciones para
transformarlas en conflictos.
La lección dice que “quien tiene sucia el
alma, anda siempre retorciendo”.
Ahora la moda contra la Revolución es
intentar apalearla porque desde sus inicios se les calificó a los lumpen que
vivían de ella, a los traidores, a sus profanadores, a sus detractores (hoy
llamados con refinamiento como disidentes) que se prestan a ser los monigotes y
marionetas del imperialismo: “GUSANOS”.
A los que desean empañar el proceso
revolucionario proclamando defensas por ser el epíteto GUSANOS ofensivo, les
recuerdo que el mismo es un término coloquial usado desde hace siglos para
denominar a una persona perversa o insignificante. Por lo tanto, éste ya
existía, aunque ahora se le quiera dar un sobredimensionamiento o se le quiera
imputar únicamente al proceso revolucionario cubano a partir de 1959.
José Martí en su discurso en conmemoración
del 10 de octubre de 1868, en el Masonic Temple, Nueva York, el 10 de octubre
de 1887, fue el primero en llamar GUSANOS a todos aquellos que viven de
“ladrones en la Patria”. Por tanto, la “edulcorada” disidencia disfruta en
igual condición de los beneficios alcanzados con las conquistas socialistas sin
contribuir a ellas. Y eso es ROBARLE A LA PATRIA.
También, en un poema dirigido a Néstor Ponce
de León (N. Y., 21 de octubre/1889) el Apóstol le llamó “reptiles” a quienes
mienten con el objetivo de dividir al pueblo cubano.
Por un momento, pongamos el punto sobre las
íes. ¿Quiénes son los Gusanos_ perdón, me refiero a los refinados
“disidentes”?: Las llamadas Damas de Blanco, Cuba Independiente y Democrática
(CID), el Movimiento Cristiano de Liberación (creado por Osvaldo Payá,
fallecido en el accidente provocado por el líder del Partido Popular, Ángel Carromero),
FLAMUR, el Movimiento Independiente Opción Alternativa (MIOA) o el Movimiento
Nacional de Resistencia Cívica Pedro Luis Boitel (la mayoría formados por
cuatro-en-un-sofá), entre otros sueltos de la tan cacareada mediáticamente
oposición (como Elizardo Sánchez, Antunez o Darsy Ferrer), etc.).
Simples personeros que han puesto precio (en
moneda dura extranjera) a sus melodramas de “combatientes por la libertad y la
democracia en Cuba”. Son gorrones que someten, como vulgares ambiciosos, el
amor patrio al interés personal.
Todos muy bien calificados hasta por la
propia SINA (en Cables publicados por Wikileaks) como elementos que no tienen
un programa que los avale como oposición e incapaces de llegar al poder. Muy a
pesar que la CIA ha querido rejuvenecer a la contrarrevolución con nuevas caras
(Yoani Sánchez, Eliecer Avila o Antonio Rodiles) y surtirlos de mayor apoyo financiero y asesoramiento en nuevas tecnologías, continúan sin repercusión en
la sociedad cubana.
El compañero Fidel Castro Ruz también
describrió el carácter servil de la contrarrevolución en Cuba, en su discurso
pronunciado en la Plaza de la Revolución, el 2 de enero de 1961, al decir:
"La contrarrevolución cuenta con todos
los parásitos y con toda la escoria social…“(…)
"Quizás ese sea el mayor mérito de
nuestra Revolución; quizás ese sea el mayor mérito que la historia reconozca a
nuestra Revolución; que no se enfrenta a un enemigo pequeño, sino a un enemigo
muy poderoso, y ese enemigo poderoso (se refiere a Estados Unidos) ha sido el
encargado de “revolver la gusanera” aquí en nuestro país agitado."
La contrarrevolución sigue en sus
actividades ilícitas, aprovechando la flexibilidad y paciencia de la
Revolución; además de todo el soporte mediático de los grandes monopolios
informáticos les brinda para tergiversar la realidad de Cuba.
Crean provocaciones con sus abiertos
performances al estilo Gran Hermano, la comidilla de los Mass Medias
extranjeros; recreando con sobreactuaciones cuando los órganos policiales les
cancelan sus shows, les detienen o se les acerca para hacer llegar las alertas
pertinentes.
Pero volviendo al hilo de lo escrito y como
dije anteriormente, indigna la actitud de todos los que con postura
“conciliadora, abierta a la divergencia e inclinación a la tolerancia de
opiniones” se pretenda defender a estos personajes de la contrarrevolución.
Igualmente, se tomen como referencia, para cargar con acérrimo criticismo.
Repudiable es que conociendo la carente
calidad humana de estos asalariados, se intente defender el audiovisual
titulado “Gusano”, que circula por las redes; un abominable vídeo muy bien
orquestado por la contrarrevolución, donde se quieren postrar como víctimas de
la represión del socialismo y gobierno cubanos; donde han buscado su oportunidad
para filmar las detenciones realizadas de algunos de sus organizadores (como
Antonio Rodiles, quien es uno de los que dirige el Estado de SATS, por
orientación de la SINA), escudando su provocación en un acto por los Derechos
Humanos y donde se aprovecharon de la inocencia de los niños para atraerlos a
la comparsa preparada.
También repudiable que se pretenda defender
a otro engendro como es el Observatorio Crítico de Cuba, quien se autodenomina
como un espacio de “colaboración para el diálogo”, “plurales” en su composición
de membrecía, dicen no querer posicionarse referente a ningún “ismo”; pero
guarda cercanos contactos con la Sección de Intereses de Estados Unidos en La
Habana (SINA), Radio Martí (en Miami) u otras agrupaciones extranjeras con marcada
inclinación derechista y, por supuesto, no les falta su posición crítica
respecto al orden social cubano y las políticas sociales “oficiales” (un guión
archiconocido).
En el mismo discurso que José Martí reclama
como primera Ley de la Revolución “la dignidad plena del hombre” (en el Liceo
Cubano en Tampa el 26 de noviembre de 1891); mejor conocido por “Con todos y
para el bien de todos”, también emplaza a todos los que han vivido
descaradamente a costa de la Patria, siendo serviles al enemigo:
"En la mejilla ha de sentir todo hombre
verdadero el golpe que reciba cualquier mejilla de hombre: envilece a los
pueblos desde la cuna el hábito de recurrir a camarillas personales, fomentadas
por un interés notorio o encubierto, para la defensa de las libertades: sáquese
a lucir, y a incendiar las almas, y a vibrar como el rayo, a la verdad, y
síganla, libres, los hombres honrados.
Levántese por sobre todas las cosas esta
tierna consideración, este viril tributo de cada cubano a otro. Ni misterios,
ni calumnias, ni tesón en desacreditar, ni largas y astutas preparaciones para
el día funesto de la ambición. O la república tiene por base el carácter entero
de cada uno de sus hijos, el hábito de trabajar con sus manos y pensar por sí
propio, el ejercicio íntegro de sí y el respeto, como de honor de familia, al
ejercicio íntegro de los demás; la pasión, en fin, por el decoro del hombre, o
la república no vale una lágrima de nuestras mujeres ni una sola gota de sangre
de nuestros bravos.
Para verdades trabajamos, y no para sueños.
Para libertar a los cubanos trabajamos, y no para acorralarlos. ¡Para ajustar
en la paz y en la equidad los intereses y derechos de los habitantes leales de
Cuba trabajamos, y no para erigir, a la boca del continente, de la república,
la mayordomía espantada de Veintimilla, o la hacienda sangrienta de Rosas, o el
Paraguay, lúgubre de Francia! ¡Mejor caer bajo los excesos del carácter
imperfecto de nuestros compatriotas, que valerse del crédito adquirido con las
armas de la guerra o las de la palabra que rebajarles el carácter!"
Mientras exista el imperialismo, la
Revolución cubana tendrá un enemigo que no descansará en tratar de derrocarla,
de devolver a Cuba a un peor estado de subyugación al que sufrió en la
neorepública. El peligro existe fuera de Cuba y dentro de ella; afuera está
sentado el Gigante de las Siete Leguas esperando para dar su mordisco y dentro están los asalariados del
imperialismo, esos GUSANOS que carcomen con su inmundicia.
A quienes están dentro de Cuba, deponiendo
su esfuerzo por continuar defendiendo la independencia alcanzada, seguir
desarrollando las existentes y lograr nuevas conquistas, por no olvidar la
historia para estar seguro de dónde venimos y hacia dónde vamos.
A ellos, les recuerdos las palabras de Fidel
en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, el 17 de noviembre de 2005,
cuando dijo que a esta Revolución no podría destruirla el enemigo, pero sí
nosotros mismos y sería culpa nuestra, advirtió.
El enemigo seguirá allí, también sus lacayos
y demás indignos que nos rodean. No pararán sus continuas trampas.
Por ello, también me apoyo en las palabras
del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central
del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de
Ministros, en la Primera Sesión Ordinaria de la VIII Legislatura de la Asamblea
Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 7 de julio de
2013, “Año 55 de la Revolución”: “Nada es más ajeno a un revolucionario que la
resignación, o lo que es lo mismo, la rendición ante las dificultades. Por tanto, lo que nos corresponde es levantar
el ánimo y el espíritu de combate y enfocarnos en la gigantesca y paciente tarea
de revertir la situación creada.”
tomado del blog Antorcha encendida
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