Y por fin se hizo justicia, y el público
cubano –y latinoamericano- residente en Miami, pudo disfrutar del concierto del
dúo cubano Buena Fe, acompañados del trovador Frank Delgado, en el Miami Dade
County Auditorium, ante la vista impotente de la caterva de trogloditas que,
desde la acera del frente y tras las rejas metálicas de las barreras
policiales, tuvieron que tragarse sus gritos histéricos y sus odios retorcidos.
Hasta Miami llegó Buena Fe para cantar Cuba
Va, ese emblemático tema de Silvio Rodríguez, un himno para millones de cubanos
de todas las edades, que nos recuerda siempre que: “Del amor estamos hablando/
por amor estamos haciendo/ por amor se está hasta matando/ para por amor seguir
trabajando./ Que nadie interrumpa el rito/ queremos amar en paz/ para decir en
un grito:/ Cuba va, Cuba va,/ Cuba va, Cuba va".
De nada valieron los plañideros lamentos de
ese geriátrico y carcomido “exilio histórico e intransigente”, que en reducto
escaso se aglomeró, casi imperceptible, para derramar su odio contra todo lo
que acerque y ame. Por eso las voces de Israel Rojas y Yoel Martínez retumbaron
cuando cantaban: "Quiero abrir mi voz al mundo/ que llegue al último confín/ de
Norte a Sur y de Este a Oeste;/ y que cualquier hombre pueda/ gritar sus
propias esperanzas/ sus heridas y su lucha cuando diga:/ Cuba va, Cuba va,/ Cuba
va, Cuba va".
Cuba está más allá de cualquier frontera
geográfica, y hoy quedó demostrado con esa masa humana de emigrados abarrotando
el teatro miamense, desligados de viejas heridas políticas y con Cuba como
único sentido para seguir adelante.
Buena Fe demostró una vez más, que el amor a
la tierra estará siempre sobre cualquier otra diferencia y por eso: "Puede que
algún machete/ se enrede en la maleza/ puede que algunas noches/ las estrellas
no quieran salir./ Puede que con los brazos/ haya que abrir la selva/ pero a
pesar de los pesares,/ como sea:/ Cuba va, Cuba va,/ Cuba va, Cuba va".
Fotos tomadas
del sitio digital Progreso Semanal, de Miami
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