Por
Nubia Piqueras Grosso - Prensa Latina
Con un espectáculo de lujo y muy cubano, que
contó con la presencia del presidente Raúl Castro, reabrió sus puertas el
habanero Teatro Martí a 119 años del inicio del movimiento emancipador dirigido
por el apóstol de Cuba.
En las palabras de apertura, el Historiador
de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal, rememoró las luchas independentistas
protagonizadas por los cubanos a lo largo de la historia en aras de alcanzar la
libertad y soberanía plena.
Nunca será suficiente el tributo de todas
las generaciones al hombre (José Martí) que supo unir, inspirar, movilizar y
apuntalar la fe de todos aquellos que creyeron en la posibilidad soñada y
diseñada por él, dijo.
Leal recordó que cuando este edificio de
estilo neoclásico se inauguró en 1884 por el esfuerzo del inmigrante español
Ricardo Irijoa, la esclavitud no se había abolido en Cuba, por ello una de sus
novedades fue la admisión de personas mestizas y de color que aparentemente
eran libres.
Pero este inmueble también sirvió para
homenajear a los miembros del Ejército Libertador que el 24 de febrero de 1899
entró a La Habana. Poco después tuvo lugar aquí la Asamblea Constituyente.
En este recinto, apuntó Leal, se escuchó la
voz de hombres como Salvador Cisneros Betancourt y Juan Gualberto Gómez,
quienes se opusieron rotundamente a la incorporación de un artículo
intervencionista que el gobierno de Estados Unidos quiso imponer a la naciente
República bajo la Enmienda Platt.
Y como si todo ello fuera poco, en el Teatro
Martí se celebró por primera vez en Cuba, en 1891, el Día Internacional de los
Trabajadores, lo que evidencia que cultura, política y reivindicaciones
marcharon juntas en este emblemático edificio del siglo XIX.
Símbolo del teatro vernáculo y bufo, la
zarzuela y la ópera, entre otros géneros musicales cubanos, este coliseo de las
cien puertas también vio encender la luz del cinematógrafo de los hermanos
Lumiére junto al estreno de emblemáticas piezas como Cecilia Váldes y María La
O.
Esta vez esos temas y otros como Damisela
encantadora, Amalia Batista, Mesié Julián y un popurrí de canciones de La bella
del Alhambra se escucharon en la voz de jóvenes talentos del Teatro Lírico, en
un espectáculo donde la danza fue otra de las protagonistas.
Después de 40 años de silencio, el Martí
renace como anunció la mulata (Aurora Basnuevo), uno de los personajes clásicos
del teatro vernáculo, para rendir un pequeño y modesto tributo a la memoria
histórica de la patria, gracias a los hombres y mujeres que hicieron posible
esta majestuosa restauración, dijo Leal.
Pero también para quienes viven en nuestra
memoria como Enrique Nuñez Rodríguez, Eduardo Robreño, Bola de Nieve, Candita
Quintana, Rita Montaner y muchos otros artistas, porque la cultura marcha
paralela a la vida, sueños y esperanzas de la nación, apuntó.
Leal se refirió al trabajo de rescate que se
realiza en varias obras de la capital.
Entre ellas mencionó el Capitolio Nacional,
el Gran Teatro de La Habana y otras notables edificaciones patrimoniales que se
levantan como símbolo de sacrificio, de exaltación de la dignidad nacional y
del espíritu radiante invencible de Cuba, concluyó.
Tomado
del sitio digital de Prensa Latina
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