el magnate Alfonso "Alfy" Fanjul y la congresista USA Ileana Ros-Lethinen |
A Ileana Ros-Lethinen, la congresista
cubanoamericana por Miami, le acaba de dar un nuevo ataque de furia, pero esta
vez no atacó al gobierno y pueblo de Cuba, sino que descargó toda su bilis
contra uno de los representantes del autollamado “exilio cubano”, el magnate
azucarero Alfonso Fanjul porque este dejó entrever su interés en invertir en la
industria azucarera en la isla. Pero antes de seguir, sería bueno poner las
notas en contexto.
¿Por
qué la Loba Feroz anticubana, archiconocida por alentar planes de atentados
contra líderes revolucionarios cubanos, una de las principales cabilderas a
favor que el gobierno de Estados Unidos mantenga el criminal bloqueo económico,
comercial y financiero contra Cuba e íntima amiga y madrina de los terroristas
Luis Posada Carriles y Orlando Bosh ataca con tanta vehemencia a un
representante de la alta sacarocracia cubana del sur de la Florida?
En un reciente artículo publicado en el
sitio digital Cubasi, el periodista Nicanor León Cotayo
aseguró
que la congresista cubanoamericana, hija de uno de los esbirros asociados a la
dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958) “reafirmó su probada esquizofrenia
política al dirigirse en términos muy fuertes
a un poderoso magnate azucarero procedente de la isla y hace mucho
establecido en Estados Unidos”, solo porque este señor Fanjul “estaría considerando”
invertir en Cuba.
Pero… ¿quién es Alfonso Fanjul? y por qué provocó
este ataque de ira de la señora Ros-Lethinen.
El magnate azucarero cubano Alfonso “Alfy”
Fanjul (1937), es miembro de una de las familias cubanas más acaudaladas en tiempos de
la pseudorepública (1902-1958) hijo de Alfonso Fanjul, Sr.
(1909-1980) nacido en La Habana, graduado de la Universidad Católica de
Washington, DC y propietario de la Compañía Czarnikow-Rionda en Nueva York y una empresa comercial de Cuba.
Casado en 1936 con Lillian Rosa Gómez-Mena
(1918-1992), integrante de otra de las más adineradas familias cubanas, Fanjul formó
una alianza que incluyó la tenencia de diez centrales azucareros, tres
destilerías de alcohol, y bienes raíces en toda Cuba.
Las inversiones de la familia crecieron
constantemente hasta que la Revolución cubana tomó el poder en 1959 y la
familia Fanjul decidió abandonar la isla y asentarse definitivamente en Nueva
York.
En 1960, Fanjul y sus socios compraron cuatro
mil acres de tierra en Pahokee y por barcaza trasladó secciones de tres
pequeñas centrales azucareros de Louisiana y los reinstalaron en el molino de
Osceola. En 1961, comenzaron la producción de azúcar como Osceola Farms
Company, dando inicio a un nuevo imperio azucarero en el sur de la Florida.
Ahora, a sus 76 años de edad, el mayor de
los hijos del viejo Fanjul, Alfonso, dejando atrás todas las diferencias
políticas e ideológicas con su país de origen, se interesa en buscar
posibilidades de inversión en la industria azucarera cubana.
Este multimillonario cubanoamericano tiene
suficiente influencia en la política estadounidense y desde el Capitolio ha
contribuido a financiar las campañas de algunos legisladores que ahora lo critican,
y ha sido de los principales donantes a las campañas demócratas del expresidente
William Clinton y no se descarta que pudiera ser un importante donante de
Hillary, si ella finalmente decide postularse a la presidencia en el 2016, lo
que le daría el privilegio de asesorarla en temas relacionados con Cuba.
El diario estadounidense The Washington Post
divulgó un interesante artículo que gira sobre el interés de Fanjul, que “comienza
a valorar a Cuba como un lugar donde él y otros hombres de negocios de Estados
Unidos “podrían expandir sus negocios”.
La publicación añade que “en silencio, sin
fanfarria”, el magnate ha comenzado a visitar la isla y tener intercambios con
funcionarios cubanos.
“Tenemos la esperanza de que un día Estados
Unidos y Cuba encuentren la forma de que toda la comunidad cubana pueda vivir y
trabajar junta”.
The Washington Post dijo al respecto que
esto acontece mientras hay signos de que una parte importante de los jóvenes
cubanoamericanos, particularmente los nacidos allá, “se alejan de las visiones
de línea dura de sus padres y abuelos.
Además puntualizó que gestos de figuras
como Fanjul mostrarían una evolución en
esa dirección, también, entre exiliados “más atrincherados”.
La nota publicada en The Washington Post
terminó de atragantar a la congresista Ileana Ros-Lethinen. No había terminado
de digerir la derrota política sufrida por los enemigos de Cuba después de la
II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y
tuvo que enfrentarse a esta inesperada –e inevitable- rajadura en el muro
anticubano mantenido por más de medio siglo.
Alfy no es el único que ya está mirando a su
país de origen con otros ojos.
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