frente a la imagen de Camilo Cienfuegos, en la Plaza de la Revolución de La Habana |
El comandante Camilo Cienfuegos, el Señor de
la Vanguardia, es el símbolo del recuerdo a un héroe eterno de la Patria, que a
través de varias generaciones se ha mantenido vivo en la memoria, alimentada
con mil anécdotas de su quehacer humano y guerrillero, como uno de los pilares
fundamentales de la gesta armada que derrocó el 1 de enero de 1959, a la
tiranía proimperialista del dictador Fulgencio Batista.
La humilde extracción social de Camilo
Cienfuegos Gorriarán, sastre de oficio, su temperamento jovial y su sonrisa
franca, con la que ganaba amigos desde el primer encuentro, lo convirtieron
desde muy temprano en uno de los más carismáticos dirigentes de la Revolución
Cubana.
Nació Camilo en la Ciudad de La Habana, el
seis de febrero de 1932, y desde muy joven comprendió que el entorno de la
seudorepública no le ofrecía porvenir alguno, por eso viajó a la ciudad de
Nueva York con solo 21 años de edad, en busca de mejores oportunidades
económicas para su familia.
Pero el ambiente que el joven emigrante
encontró en la Gran Manzana muy pronto lo convenció de que, en realidad, la
situación social que afrontaba en su Patria exigía acciones trascendentales,
que fueran mucho más allá de intentar esfuerzos individuales para sobrevivir.
Se trataba de un problema de todos, y como
tal había que afrontarlo, con el concurso de muchos, unidos en una causa cuya
materialización fuera capaz de revertir la explotación a que eran sometidos los
obreros y campesinos y alcanzar un sistema político de verdadera justicia
social.
En 1955 Camilo fue detenido y deportado a
Cuba. De retorno a la Patria se incorporó a las luchas estudiantiles y resultó
herido en una manifestación de protesta. Preso, torturado y fichado por los
sicarios del régimen dictatorial, tuvo que retomar el camino del exilio en
Nueva York hasta que allí supo del proyecto que encabezaba el líder cubano
Fidel Castro,
encaminado a organizar una expedición armada en México con el
propósito de desembarcar en Cuba y emprender la lucha insurreccional contra la
dictadura.
Aquella empresa encajaba en los ideales del
joven Cienfuegos Gorriarán, quien de
inmediato partió para integrarse como uno
más de los 82 expedicionarios del yate Granma, que el dos de diciembre de 1956
desembarcara en las costas cubanas.
El valor y la audacia de Camilo fueron
factores clave en su desenvolvimiento guerrillero para cumplir misiones
decisivas en el desarrollo de la guerra. En abril de 1858 fue ascendido al
grado de Comandante, el más alto de la guerrilla, y junto con el también
Comandante Ernesto Che Guevara, emprendió la invasión desde Oriente hasta
Occidente para llevar la guerra a los llanos.
El tres de octubre, Camilo, al frente de su
columna guerrillera número dos Antonio Maceo, arribó a la provincia de Las
Villas. Aquí participó en combates decisivos para el ulterior curso de la
guerra, y su valor ejemplar hizo que el pueblo espontáneamente le otorgara el
título honorífico de Héroe de Yaguajay, localidad que ocupó tras duros
combates.
Amigo inseparable de Che Guevara, Camilo
tuvo el privilegio de recibir altos elogios de este, que no se caracterizaba
precisamente por prodigar adjetivos. Che lo llamó El Señor de la Vanguardia, en
reconocimiento al arrojo impetuoso característico de aquel al que consideraba
su hermano de armas.
Camilo Cienfuegos fue nombrado Jefe del
Estado Mayor del Ejército Rebelde y desempeñó tareas muy importantes durante los
10 primeros meses de 1959.
El 28 de octubre, tras cumplir la misión
encomendada por el máximo líder de la Revolución, Comandante en Jefe Fidel
Castro, de neutralizar y arrestar en Camagüey al traidor Hubert Matos, la
avioneta en la que retornaba Camilo a La Habana se extravió en mal tiempo y
desapareció sin dejar rastros.
Las horas que siguieron a la noticia fueron
de gran tensión para los cubanos. Todos anhelaban que Camilo apareciera. Pero
los esfuerzos fueron inútiles. El Guerrillero de la sonrisa hermosa, símbolo
del pueblo uniformado, se perdió en el mar y fue a morar eternamente en el
recuerdo agradecido de su pueblo, allí donde habitan los que tienen el raro
privilegio de ser inmortales.
Camilo Cienfuegos desnuda toda la ternura y
sencillez que tipifica al verdadero hombre de pueblo.
Tomado de
la Internet
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