En el tercer
aniversario de la muerte de Antonio "Tony" LLansó, Presidente de la Alianza
Martiana en Estados Unidos y uno de los principales aglutinadores de la
emigración cubana en torno a la Patria cubana
Cuando se hable de Tony LLansó, hay que
recordar irremediablemente al Maestro de todos los cubanos, José Martí, cuando
afirmaba que “el verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de
qué lado está el deber, y ese es el mismo hombre práctico cuyo sueño de hoy
será la ley de mañana".
Por esa máxima vivió Tony, hasta que las fuerzas del cuerpo se impusieron a las del espíritu, y murió, como los verdaderos patriotas, hace exactamente tres años.
Por esa máxima vivió Tony, hasta que las fuerzas del cuerpo se impusieron a las del espíritu, y murió, como los verdaderos patriotas, hace exactamente tres años.
Antonio Luis LLansó Vázquez era el verdadero
nombre de este habanero que nació el 20 de febrero de 1950, pero todos lo
conocían simplemente como Tony, el incansable aglutinador de los emigrados
cubanos en Miami, el dirigente de la Brigada Antonio Maceo, el hermano de brazo
en alto de los Pastores por la Paz, el Presidente de la Alianza Martiana, el
incondicional organizador de las campañas a favor de la libertad de los Cinco
Héroes cubanos, prisioneros en cárceles norteamericanas por enfrentarse al
terrorismo más despiadado contra Cuba que se genera desde territorio de Estados
Unidos.
Pero quien mejor que los propios Héroes para
hablar de Tony. En un intercambio epistolar, uno de los
antiterroristas cubanos, Ramón Labañino, me decía: “Tuve el honor de
poder hablar con él por teléfono en varias ocasiones. Su afabilidad y cariño saltaban las líneas y nos abrazaban con la familiaridad del ser humano especial que era y siempre será. Era un cubano leal, por encima de todas las razones, siempre dispuesto a todo, en cualquier momento y cualquiera que fueran las circunstancias.
poder hablar con él por teléfono en varias ocasiones. Su afabilidad y cariño saltaban las líneas y nos abrazaban con la familiaridad del ser humano especial que era y siempre será. Era un cubano leal, por encima de todas las razones, siempre dispuesto a todo, en cualquier momento y cualquiera que fueran las circunstancias.
“Tenía una genialidad única –continúa
diciendo Ramón Labañino- para encontrar soluciones a todo tipo de problema, y
siempre daba la cara y el corazón en cada tarea. Jamás decía no, aún en su
estado delicado de salud, siempre estaba presente y en la primera línea de
pelea.”
“Para todos nuestros familiares era el
padre, que con experiencia y espíritu jocoso,
juvenil, ayudaba y cuidaba de
todos. Como buen patriota, amante de su tierra y su cultura, supo poner bien
alto el decoro y honor de los hombres comprometidos con su tiempo y su Cuba
eterna.”
“Lo recordaremos siempre –sigue diciendo Ramón
Labañino- como un Ché de estos tiempos, como uno de esos hombres insustituibles
que engrandecen y honran la tierra que los vio nacer. Su imagen y ejemplo nos
acompañará por siempre como una estrella que guía y conmina en esta larga
batalla por la vida y el bien de la humanidad”, concluyó Ramón.
También conversando con Fernando González,
otro de los Héroes cubanos prisioneros en cárceles norteamericanas, me decía en
una de sus cartas acerca de Tony Llansó: “la naturaleza y las circunstancias me
impidieron conocerlo personalmente. Solo su voz me llegó en varias ocasiones a
través de la línea telefónica.
“Esas oportunidades, y el testimonio de mis
familiares que si tuvieron el privilegio de conocerle –continúa diciendo
Fernando- y recibir sus esmeradas atenciones, así como la referencia de su
labor como miembro de la Alianza Martiana, fueron suficientes para constatar la
calidad de Tony como ser humano, su espíritu solidario y su cubanía a toda
prueba”.
Tony Llansó saludando al líder histórico de la Revolución cubana Fidel Castro |
“Siempre estaremos agradecidos de su
esfuerzo en la lucha por nuestra liberación –continúa diciendo Fernando- y de
la forma total e incondicional en que apoyó y atendió a nuestros familiares.
Era una de sus maneras de expresar su patriotismo.”
El recuerdo de Tony LLansó nos acompañará
eternamente. Su ejemplo de cubano digno y valiente, es un estímulo en la lucha
por la justicia y por el bienestar de Cuba”, subrayó Fernando González.
Andrés Gómez, director de Areito Digital y
uno de sus más cercanos colaboradores en Miami, lo recuerda como “un dirigente
de ese sector de la emigración cubana en Estados Unidos que es heredera y
continuadora de la magna obra de aquella otra emigración cubana que en Estados
Unidos y bajo la magistral conducción de Martí fue factor principalísimo en
hacer posible el inicio y sostenimiento de la última de nuestras guerras por la
independencia del despotismo de España”.
“Al sentir su vida agotarse, Tony fue a
morir en la Patria –decía Andrés Gómez. Murió en La Habana, atendido con cariño
y esmero y hasta su último aliento rodeado por seres queridos, el 6 de
diciembre tarde en la noche, a sólo cincuenta y cinco minutos del 7 de
Diciembre. De haber estado consciente de ello una vez más se hubiera impuesto
al intransigente requerimiento de la muerte para poder morir en fecha tan
gloriosa”, refiriéndose a la caída en combate del Lugarteniente General Antonio
Maceo y su ayudante Panchito Gómez Toro.
El mensaje que enviaron Gerardo Hernández,
Antonio Guerrero, René González, Ramón Labañino y Fernando González, los Cinco
Héroes cubanos, al momento de morir Tony, encierra el sentir de todos los
cubanos que sueñan con una Cuba soberana: “Así te queremos, querido Tony, y así
estarás por siempre en nuestros corazones y nuestra obra de cada día. Hoy la
Patria orgullosa recoge en su seno a uno de sus más nobles hijos, al
insustituible hermano de mil batallas, al compañero fiel de todos los cubanos
dignos”.
Andrés Gómez, director de la revista Areito Digital, de Miami, lee el mensaje de los Cinco Héroes cubanos presos en cárceles norteamericanas al conocer la muerte de Tony Llansó, el 6 de diciembre de 2010
Andrés Gómez, director de la revista Areito Digital, de Miami, lee el mensaje de los Cinco Héroes cubanos presos en cárceles norteamericanas al conocer la muerte de Tony Llansó, el 6 de diciembre de 2010
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