En
noviembre pasado compartimos con los lectores de Cuba, la isla infinita, un
conmovedor texto de la joven cubanoamericana Yadira Escobar, donde narraba sus
experiencias de su retorno a Cuba, 20 años después que su familia decidió
llevarla, muy niña, a vivir a Estados Unidos.
Esta
vez, Yadira presenta un material documental de sus recorridos por La Habana, dejándonos
sus impresiones y sueños en este vídeo.
La
Habana
por
Yadira Escobar*
Cuba…lo último que vi de ti fue en el año 1994,
y fue el faro del Morro alejándose en la distancia. Me fui bajo una intensa
circunstancia política, convencida de que jamás regresaría a la patria…pero 20
años después regresé.
La Habana me gustó más que como la había
imaginado. Sus grandes espacios abiertos, su famoso Malecón y arquitectura
atractiva.
Caminando por la capital de todos los cubanos
te permite ver de cerca sus diferentes vidas conectadas. El ambiente de esta
ciudad subtropical es totalmente contagioso y su dinámica vida diaria te
contagia.
Siento que la Habana es la capital del Caribe.
Me crié en Miami, debo admitir que la misma es un pálido reflejo de esta ciudad
antigua tan rica en historia, donde quiera que mires.
Desde afuera, siempre se habla mucho sobre
los rincones más oscuros de la Habana, pero yo no viajé para documentar manchas
o escombros. Vengo con ojos abiertos y libres, lista para escuchar lo que sus
habitantes tienen que decir.
El cubano por lo general tiene mucho que
decir, se puede quejar bastante, se contradice y siempre trata de ganar la
discusión a cualquier precio, pero no se puede evitar…es nuestra cultura.
El habanero puede ser algo distinto al resto
de la isla, pero no tanto. El típico habanero no sabe ser otra cosa que no sea
cubano.
La Habana es un ajiaco cultural. Diversa y
conflictiva pero con respiración unificada. La Habana no se disgrega. Esta
ciudad no se rinde, pero no ha sido fácil.
Después de la caída del bloque socialista,
Cuba perdió sus mercados. Su frágil economía estaba al borde del colapso. La
isla entera se había condicionado al internacional comercio socialista, y
cuando todo cayó, Cuba se quedó sola y fue muy duro.
Estados Unidos precisamente en ese tiempo
aumentó las sanciones económicas y para Cuba eso significaba una sentencia de
muerte.
El bloqueo económico, comercial y financiero
ha castigado severamente a la sociedad civil en la isla. Mientras tanto la ley
de ajuste cubano estimulaba las salidas ilegales y muchos balseros perdieron
sus vidas tratando de llegar a Miami.
Penalizar o abusar a una nación entera por
razones políticas está mal, y las Naciones Unidas continuamente lo han
condenado. Entiendo que algunos cubanos quieren probar su suerte en otro lugar,
pero los millones que se quedan atrás merecen un trato mejor, ellos merecen
vivir sin ser castigados por escoger su propio destino político.
Como cubanoamericana, creo que algún día,
quizás más rápido de lo que pensamos, los Estados Unidos y Cuba por fin
volverán a ser amigos. Respetando el uno al otro, claro, como hacen los buenos
vecinos
La Habana fue, y continuará siendo una
ciudad muy importante. Merece ser visitada, explorada y solo después de
sumergirte varios días en su ritmo es que empiezas a entender su carácter único
y eso explica en parte porque es tan visitada.
Esta es la capital de un país que escogió la
soberanía por encima de todo. Yo no solo respeto sino que admiro esa decisión.
No es fácil explicar el sentimiento de
pertenencia, y quizás sea imposible definir o aclarar el misterio de la
identidad nacional, pero entrando a esta ciudad legendaria me ha dejado una
marca. Me enamore del complejo espíritu y diversidad de la moderna Habana.
La ciudad experimenta y guía cambios
saludables y progresistas que se expanden por toda la isla. No parecen estar
perdiendo su camino o traicionando su historia, solo se preparan para el
futuro.
De
vuelta en casa, ya extrañaba a la Habana….
tomado del blog de Yadira
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