niños cubanos hacinados en orfanatos de Estados Unidos |
Una segunda variante alternativa, propuesta
por Walsh, fue la creación de una vía Habana-Kingston-Miami contando con la
colaboración de las autoridades británicas y de la Iglesia Católica de Jamaica.
De esta manera podría continuar
desarrollándose la Operación Peter Pan, a través de Jamaica, para lo cual la
embajada británica otorgaría las visas de tránsito por ese país. Walsh gestionó
con la Iglesia Católica de Jamaica la ayuda para agrupar los niños en Kingston
mientras se les tramitaba la visa en el consulado norteamericano en ese país,
lo que debería demorar sólo una noche, y enviarlos a Miami al siguiente día.
El 9 de enero, el Departamento de Estado le
comunicó a Walsh que ambas proposiciones, las de Jamaica y las visas
"waiver" desde Cuba, estaban aprobadas, por lo que a partir de ese
momento estaba autorizado a continuar sacando niños de Cuba, bien por la vía de
Jamaica con visas británicas otorgadas en La Habana y de Kingston trasladarlos
para Miami con visas "waiver". O trasladarlos directamente
Habana-Miami con visas "waiver" que el gobierno norteamericano
autorizaría emitir directamente al Catholic Welfare Bureau.
El gobierno de los Estados Unidos concedió a
Walsh Carta Blanca para sacar de Cuba niños comprendidos entre las edades de 6
a 16 años, mientras que para los casos entre 16 y 18 años se estableció la
obligatoriedad de remitir previamente a Washington los nombres y fechas de
nacimiento para su aprobación por razones de seguridad.
Según el escritor norteamericano Joan
Didion, la decisión del Departamento de Estado, de otorgarle a Bryan Walsh
plena autoridad para conceder visas "waiver" fue un acto sin
precedentes y violatorio de lo establecido en la legislación de ese país.
Para ultimar todos los detalles el 10 de
enero de 1961, Walsh y la supervisora para el cuidado de los niños del Catholic
Welfare Bureau, Miss. Rachel Erwin, viajaron a Jamaica, donde fueron recibidos
por la jerarquía católica de ese país.
El obispo de Kingston, Monseñor McEleney,
brindó toda la cooperación necesaria. También se reunieron con el cónsul
general norteamericano y con los Directores de las aerolíneas norteamericana
Pan American World Airwais y la holandesa K.L.M. Royal Dutch Airlines, en
Jamaica, para garantizar el éxito de la Operación.
En esta nueva etapa de la Operación, el
equipo que actuaba en La Habana obtenía las visas británicas para los niños a
través de la embajada inglesa en Cuba y al arribo a Jamaica los mismos recibían
la visa norteamericana para continuar hacia Estados Unidos. Penny Powers fue el
principal contacto con la embajada británica en La Habana, llegando incluso a
recibir autorización de su gobierno para otorgar visas británicas para viajar a
Jamaica.
El gobierno británico no sólo permitió el
uso de sus visas y de su embajada en actividades clandestinas, sino que sus
diplomáticos en La Habana fueron utilizados en los continuos viajes que estos
hacían entre Cuba y Estados Unidos en función de la operación.
En horas de la tarde del 17 de enero
arribaron a Jamaica los primeros siete niños que inauguraban esa nueva ruta,
los que continuarían viaje hacia Miami la tarde del día siguiente.
El viernes 13 de enero de 1961 ya habían
arribado a Miami 50 niños cubanos alojados en el Cuban Boys Home, en Villa San
José y en la Casa No.1 de Kendall, la mayoría de ellos varones adolescentes.
Sobre esta segunda fase de la Operación
Peter Pan, Mongo Grau señalaría que, antes de la invasión de Bahía de Cochinos,
un grupo de niños había viajado a Estados Unidos mediante unas 50 visas
"waiver" que, a modo experimental había enviado Walsh firmadas por él
y que en su opinión prendieron el fuego en Cuba.
Como apoyo oficial y financiero a la
Operación, el 3 de febrero de 1961 el presidente John F. Kennedy aprobó la
entrega de cuatro millones de dólares para enfrentar la situación surgida en la
Florida con los emigrantes cubanos, parte de la cual se destinó, de manera
especial, a las agencias que se encargaban de atender, como señalara el propio
Presidente, "al más problemático caso, el de los indefensos y
desprotegidos niños cubanos" que, sin acompañantes, arribaban a los
Estados Unidos víctimas del engaño que, en muchos casos, sufrieron sus padres
en Cuba.
Fue así como, contando con el reconocimiento
oficial, el apoyo de la Iglesia Católica Norteamericana y resuelto por el
gobierno norteamericano el financiamiento de la operación, quedaba expedito el
camino para sacar masivamente niños de Cuba.
Tomado
del sitio digital EcuRed
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