lunes, 13 de enero de 2014

Operación Peter Pan: una de las más secretas y siniestras operaciones de subversión política contra Cuba (III parte) (video)

niños cubanos hacinados en orfanatos de Estados Unidos
Segunda etapa de la Operación Peter Pan: Habana-Kingston-Miami

   Una segunda variante alternativa, propuesta por Walsh, fue la creación de una vía Habana-Kingston-Miami contando con la colaboración de las autoridades británicas y de la Iglesia Católica de Jamaica.
   De esta manera podría continuar desarrollándose la Operación Peter Pan, a través de Jamaica, para lo cual la embajada británica otorgaría las visas de tránsito por ese país. Walsh gestionó con la Iglesia Católica de Jamaica la ayuda para agrupar los niños en Kingston mientras se les tramitaba la visa en el consulado norteamericano en ese país, lo que debería demorar sólo una noche, y enviarlos a Miami al siguiente día.
   El 9 de enero, el Departamento de Estado le comunicó a Walsh que ambas proposiciones, las de Jamaica y las visas "waiver" desde Cuba, estaban aprobadas, por lo que a partir de ese momento estaba autorizado a continuar sacando niños de Cuba, bien por la vía de Jamaica con visas británicas otorgadas en La Habana y de Kingston trasladarlos para Miami con visas "waiver". O trasladarlos directamente Habana-Miami con visas "waiver" que el gobierno norteamericano autorizaría emitir directamente al Catholic Welfare Bureau.
   El gobierno de los Estados Unidos concedió a Walsh Carta Blanca para sacar de Cuba niños comprendidos entre las edades de 6 a 16 años, mientras que para los casos entre 16 y 18 años se estableció la obligatoriedad de remitir previamente a Washington los nombres y fechas de nacimiento para su aprobación por razones de seguridad.
   Según el escritor norteamericano Joan Didion, la decisión del Departamento de Estado, de otorgarle a Bryan Walsh plena autoridad para conceder visas "waiver" fue un acto sin precedentes y violatorio de lo establecido en la legislación de ese país.
   Para ultimar todos los detalles el 10 de enero de 1961, Walsh y la supervisora para el cuidado de los niños del Catholic Welfare Bureau, Miss. Rachel Erwin, viajaron a Jamaica, donde fueron recibidos por la jerarquía católica de ese país.
   El obispo de Kingston, Monseñor McEleney, brindó toda la cooperación necesaria. También se reunieron con el cónsul general norteamericano y con los Directores de las aerolíneas norteamericana Pan American World Airwais y la holandesa K.L.M. Royal Dutch Airlines, en Jamaica, para garantizar el éxito de la Operación.
   En esta nueva etapa de la Operación, el equipo que actuaba en La Habana obtenía las visas británicas para los niños a través de la embajada inglesa en Cuba y al arribo a Jamaica los mismos recibían la visa norteamericana para continuar hacia Estados Unidos. Penny Powers fue el principal contacto con la embajada británica en La Habana, llegando incluso a recibir autorización de su gobierno para otorgar visas británicas para viajar a Jamaica.
   El gobierno británico no sólo permitió el uso de sus visas y de su embajada en actividades clandestinas, sino que sus diplomáticos en La Habana fueron utilizados en los continuos viajes que estos hacían entre Cuba y Estados Unidos en función de la operación.
    En horas de la tarde del 17 de enero arribaron a Jamaica los primeros siete niños que inauguraban esa nueva ruta, los que continuarían viaje hacia Miami la tarde del día siguiente.
   El viernes 13 de enero de 1961 ya habían arribado a Miami 50 niños cubanos alojados en el Cuban Boys Home, en Villa San José y en la Casa No.1 de Kendall, la mayoría de ellos varones adolescentes.
   Sobre esta segunda fase de la Operación Peter Pan, Mongo Grau señalaría que, antes de la invasión de Bahía de Cochinos, un grupo de niños había viajado a Estados Unidos mediante unas 50 visas "waiver" que, a modo experimental había enviado Walsh firmadas por él y que en su opinión prendieron el fuego en Cuba.
   Como apoyo oficial y financiero a la Operación, el 3 de febrero de 1961 el presidente John F. Kennedy aprobó la entrega de cuatro millones de dólares para enfrentar la situación surgida en la Florida con los emigrantes cubanos, parte de la cual se destinó, de manera especial, a las agencias que se encargaban de atender, como señalara el propio Presidente, "al más problemático caso, el de los indefensos y desprotegidos niños cubanos" que, sin acompañantes, arribaban a los Estados Unidos víctimas del engaño que, en muchos casos, sufrieron sus padres en Cuba.
   Fue así como, contando con el reconocimiento oficial, el apoyo de la Iglesia Católica Norteamericana y resuelto por el gobierno norteamericano el financiamiento de la operación, quedaba expedito el camino para sacar masivamente niños de Cuba.

Tomado del sitio digital EcuRed

documental Operación Peter Pan: Volando de vuelta a Cuba (III parte)

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