niños cubanos llegando a Miami (1960-1962) |
Esta criminal operación, promovió y amparó
lo que pareció ser un espontáneo proceso migratorio al manipular por parte de
Washington el tema de la Patria potestad de los padres cubanos sobre sus hijos,
y por esta vía salieron de Cuba un total
de 14 mil 48 niños, muchos de ellos nunca volvieron a encontrarse con su
padres.
Su principal ejecutor en coordinación con el
Gobierno de Estados Unidos fue el cura de origen irlandés Bryan O. Walsh.
Después del Triunfo de la Revolución Cubana,
el clima de confrontación política originado por la agresividad del gobierno
norteamericano, las constantes agresiones y amenazas de guerra directa de
consecuencias imprevisibles para la población civil, junto a las insidiosas
campañas promovidas por la CIA y propaladas internamente por organizaciones
contrarrevolucionarias que actuaban a su servicio, preocupó a muchos padres
quienes vieron en una temporal salida de sus hijos una alternativa segura para
preservar tanto su autoridad como la integridad física de los mismos.
Dentro de estas acciones se distingue por su
crueldad y falta de sentimiento humano, la llamada Operación Peter Pan, que fue
llevada a cabo entre el 26 de diciembre de 1960 y el 23 de octubre de 1962. La
operación fue desarrollada para propiciar que los niños cubanos pudieran
emigrar a los Estados Unidos y evadir el supuesto adoctrinamiento comunista.
Esta campaña surgió en el otoño de 1960 en
el contexto de la creación, en Miami, del Programa para Niños Refugiados
Cubanos sin acompañantes (The Cuban Children´s Program) como proyecto inicial,
mientras que la Operación Mangosta surgiría poco después con un mayor nivel de
especialización en las formas y métodos a desarrollar.
El medio empleado en esta operación
desestabilizadora sería una campaña de propaganda a través de las ondas de la
emisora Radio Cuba Libre (Radio Swan), que causaría alarma y desasosiego entre
la población cubana. El 26 de octubre de 1960 en el horario de las 8:00 p.m. en
el Programa Noticiero para el Caribe a cargo de Francisco Gutiérrez, esta
emisora subversiva, abordó por primera vez este asunto y para ello radiaron el
mensaje siguiente:
“¡Madre cubana, escucha esto!, la próxima
ley del gobierno será quitarte a tus hijos desde los cinco años hasta los 18
años, comentario que alternaría con el de ¡Madre cubana, no te dejes quitar a
tu hijo! Es la nueva ley del gobierno (...), cuando esto ocurra serán unos
monstruos del materialismo. Fidel se va a convertir en la madre suprema de
Cuba”.
Durante varios meses, de forma reiterada
transmitieron este y otros mensajes similares. En uno de ellos se dieron las
orientaciones precisas: “¡Atención cubano! Ve a la iglesia y sigue
las orientaciones del Clero”.
También redactaron una falsa Ley de la
Patria Potestad, supuestamente emitida por el gobierno cubano, que sería
distribuida clandestinamente entre la población. El texto de esta ley espuria fue redactado
en Estados Unidos e introducido en la Isla por el agente principal de la CIA en
Cuba, José Pujals Mederos. Según reconoció años después Ángel Fernández Varela,
también agente de la CIA, él fue una de las personas responsables de la
redacción de esta ley.
Durante varios días se mantuvo a través de
la citada emisora y otros medios radiales e impresos al servicio de Estados
Unidos, la propaganda dolosa acerca de una eventual expropiación de niños. Se
repetían mensajes cuidadosamente fabricados para impactar en las familias
cubanas, concitando en algunas el miedo infundado a perderlos.
A diferencia de operaciones anteriores
similares, como la de los 20 mil niños vascos en 1937, a causa de la Guerra
civil española o la salida de 30 mil niños judíos de Alemania entre 1938-1939,
la Operación Peter Pan se produjo sin justificación política, ética y moral
alguna, de forma cautelosa, con métodos clandestinos, en vuelos comerciales y a
plena luz del día.
El Padre Bryan O. Walsh, a través de la
Catholic Welfare Bureau, creó un equipo de colaboradores y empleados, que se
encargaban de visar, recibir en el aeropuerto y distribuir en diferentes
establecimientos creados al efecto en la Florida y otras localidades del país,
a las pequeñas víctimas de la cruel maniobra migratoria. En un hecho sin
precedentes, el Departamento de Estado norteamericano transfirió a una
autoridad religiosa la potestad de emitir visas waiver (Visas volantes), a
todos los niños cubanos entre 6 y 16 años.
Decisivo resultó el apoyo recibido por
importantes sectores de la Iglesia en Cuba, donde la jerarquía, la mayor parte
del clero y de sus organizaciones laicas, lejos de apoyar la causa nacional, se
aliaron incondicionalmente con la Iglesia norteamericana y el gobierno de ese
país, incitaron y propiciaron la inmigración, defendieron los intereses de las
clases privilegiadas, con las cuales venían asociadas desde el advenimiento de
la república mediatizada, facilitando todo esto por la supremacía de un clero
español y mayormente extranjero, heredado desde el período colonial y protegido
por el gobierno interventor norteamericano.
Monseñor Walsh, párroco de la Iglesia del
Sagrado Corazón, perteneciente entonces a la diócesis de Miami, muy vinculado a
sectores recalcitrantes y agresivos de la emigración cubana en esa localidad,
fue el organizador público de la Operación Peter Pan.
De acuerdo con una de las versiones contadas
por el padre Bryan O. Walsh a finales de 1960, directivos de la Cámara
Americana de Comercio de La Habana se le acercaron con la noticia de que
algunos amigos cubanos querían enviar a sus hijos hacia Estados Unidos, por el
temor de que al estar involucrados en actividades contrarrevolucionarias, el
gobierno cubano tomara represalias contra ellos y como excusa le retirara la
custodia de los hijos.
En aquellos momentos, los principales
directivos de las empresas norteamericanas radicadas en Cuba, se encontraban en
Estados Unidos reuniéndose con sus colegas de la Cámara de Comercio de ese
país, planteando sus problemas en relación con la situación en Cuba y valorando
la posibilidad de recurrir a la embajada en La Habana en busca de ayuda.
Operación Peter Pan: Volando de vuelta a Cuba (primera parte) un documental de Estela Bravo
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