El proyecto inicial de la Operación Peter
Pan, ejecutada entre el 26 de diciembre de 1960 y el 22 de octubre de 1962, fue elaborado por el sacerdote católico de
Miami y director ejecutivo de Catholic Welfare Bureau, Bryan O. Walsh y por el
entonces director de la Ruston Academy en La Habana, el norteamericano James
Baker.
Consistió en la obtención de visas
norteamericanas (I-20) para estudiantes, por lo que resultaba necesario
encontrar un centro educacional, en Estados Unidos, que certificara la admisión
de los jóvenes cubanos.
La solución fue proporcionada, en diciembre
de 1960, por Agnes Ewald a través del "Coral Gables High School" en Miami,
a quien se le remitían los nombres desde La Habana, ella enviaba los documentos
de matrícula y con los mismos se resolvía de inmediato la salida de los
muchachos en Cuba.
Para acometer esta etapa de la Operación fue
creada una amplia red de colaboradores que estuvo integrada inicialmente, en
Miami, por Norma Lemberg, quien había residido en La Habana y era la encargada
de resolver las visas I-20 que le facilitaba Mrs. Agnes Ewald, del Coral Gables
High School y un grupo de apoyo procedente de familias cubanas y
norteamericanas que, dirigidas por un profesor de la Ruston Academy, era el
encargado de recibir a los niños en el aeropuerto y trasladarlos hacia los
campamentos habilitados en La Florida para ellos.
Para tramitar el visado y el procesamiento de
los pasaportes y demás trámites legales, James Baker organizó un equipo
encargado de ese proceso integrado por profesores de la Ruston Academy y
algunas otras personas.
El referido comité estuvo integrado durante
esa fase inicial entre otros por la ciudadana inglesa Phyllis Harrison Powers
(Penny Powers), con independencia del grupo católico, compuesto por la gente de
la Iglesia Católica, algunos de cuyos líderes estaban involucrados en la
Operación."
Penny Powers jugó un rol protagónico en la
organización de la Operación por sus amplios contactos con los círculos
norteamericanos en Cuba y las organizaciones contrarrevolucionarias
clandestinas en la Isla.
Contaba además con una amplia experiencia
por su destacada participación en una operación de la inteligencia británica
mediante la cual contribuyó personalmente a sacar de la Europa ocupada por los
Nazis hacia Inglaterra entre 9 y 10 mil niños judíos que nunca volvieron a ver
a sus padres.
A partir de ese momento, Walch y Baker
comenzaron a trabajar de conjunto en un proyecto que garantizó el traslado de
los niños desde Cuba supuestamente a un centro educacional en Miami.
Tanto el Programa para Niños Refugiados
Cubanos como la Operación Peter Pan se iniciaron sin tener asegurado el
alojamiento para la cantidad de niños que esperaban, a partir de los resultados
de las insidiosas campañas que desarrollaron para lograr sus propósitos.
La Operación Peter Pan condujo a algunos
padres a enviar solos a sus hijos pequeños a EE.UU. y otros países.
Los primeros cinco niños que viajaron por la
Operación Peter Pan llegaron a Miami a las 4:30 pm., del 26 de diciembre de
1960, a bordo del vuelo 422 de la Pan American World Airwais. Entre ese día y
el 31 de diciembre del mismo año arribaron directamente los primeros 25 niños
de la primera etapa de esta operación.
Para apoyar el proyecto acordado con el
Monseñor Walsh, la Administración Republicana de la Casa Blanca, en un último
gesto antes de finalizar su mandato, entregaba el 31 de diciembre de 1960 por
decisión del propio presidente Dwight D. Eisenhower, la cantidad de 100 mil
dólares de ayuda para que 900 estudiantes cubanos pudieran realizar estudios
superiores en diversas universidades de Estados Unidos.
El rompimiento unilateral de las relaciones
diplomáticas con Cuba por parte del gobierno norteamericano, el 3 de enero de
1961, provocó que alrededor de unos 100 pasaportes con solicitudes de visas
para niños, del grupo inicial de 200 que se tramitaban en La Habana, quedaran
pendientes de procesar.
El 5 de enero de 1961 James Baker arribó a
Miami e informó a Walsh que no había sido posible sacar más niños de Cuba
debido a la lentitud en los trámites y las comunicaciones con Washington desde
La Habana.
Explicó que mientras el poco personal que
quedaba en la embajada se ocupaba de incinerar la documentación de esa sede
diplomática, él tuvo que encargarse personalmente, en dicha embajada, de
habilitar los pasaportes de los únicos 25 casos que definitivamente pudieron
viajar entre el 26 y el 31 de diciembre de 1960.
Cerradas todas las posibilidades consulares
en La Habana, a las dos de la tarde del domingo 8 de enero de 1961 se
produciría, en las oficinas de Mr. Robert F. Hale, director de la Oficina de
Visas del Departamento de Estado, una reunión en la que participaron Bryan O.
Walsh, en su condición de Director Ejecutivo de Catholic Welfare Bureau, Inc. y
Frank Auerbach, jefe de la Sección de Visas del Departamento de Estado.
La solución surgida en esta reunión fue
otorgarle al sacerdote toda la autoridad necesaria para emitir Visas
"waiver", con las cuales las aerolíneas o agencias de viaje en Cuba
quedaban facultadas para transportar a los niños cubanos hacia Estados Unidos, aun
cuando no tuvieran una visa oficial, sin riesgos a ser multados.
La Operación Peter Pan comprometió a miles
de familias cubanas y estadounidenses, varios gobiernos extranjeros, numerosos
funcionarios federales y estatales del gobierno norteamericano, más de 100
agencias dedicadas al cuidado de niños y las tres mayores religiones
existentes.
La clandestinidad de esta operación ha sido
reiterada por el propio Walch, alegando que alentó el secreto en el sentido de
no llamar la atención, llegando, incluso, a rechazar hablarle a los familiares
de los niños excepto a través de las llamadas telefónicas realizadas desde el
propio Estados Unidos, pues las que se originaban desde Cuba no eran
respondidas ya que, según él, algunas personas eran muy indiscretas. La
preocupación de Walsh sobre este particular llegó a punto de decidir no
escribir carta a la isla.
Tal proceder ha sido ratificado por James
Baker, quien, con relación a la clandestinidad de la operación, señaló que las
comunicaciones desde Cuba se efectuaban solo a través de las embajadas.
A pesar de los esfuerzos por garantizar el
más absoluto silencio sobre todo lo que tuviera que ver con la operación, dada
la masividad, resultaba imposible de ocultar algunos hechos a la prensa de
Miami. Al respecto, Walsh precisó que pudo convencerlos de la necesidad de no
develarla, lo que permitió que por año y medio la prensa se mantuviera en
silencio y sin siquiera mencionar el nombre de Peter Pan.
Tomado
del sitio digital EcuRed
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