Mensaje
de Antonio Guerrero, en su voz, al pueblo cubano y los presentes en el
Concierto en la Tribuna Antimperialista, 12 de septiembre de 2013
Queridos
compatriotas;
Queridos
amigos solidarios:
Ustedes bien lo saben, hoy es distinto, hoy
tenemos muchos amigos en todas partes del mundo que conocen nuestra situación,
que conocen nuestro caso y que nos apoyan e impulsan en todo momento en esta
larga batalla por nuestra libertad.
Pero hace 15 años, tras nuestro arresto,
nosotros fuimos aislados totalmente y se nos encerró en aquellas celdas del
llamado Hueco. Allí comencé a escribir poemas; no sabía si realmente eran
poemas, pero esa fue mi forma más eficaz de resistir aquel brutal e injusto
castigo.
Hoy yo quiero compartir con ustedes algunos
de esos poemas que con un lápiz muy pequeño y con un alma llena de inocencia
escribí en el mes de enero de 1999, durante aquellos largos 17 meses en
confinamiento solitario.
La
verdad
De
frente a tu mirada he vuelto a amanecer.
Sin
miedo a mi dolor sano mi herida
Tomando
en tu jardín la más querida
Flor
llena de tu aroma y de tu ser.
De
frente a ti hoy sigo caminando;
Con
paso firme el sol cubre mi huella.
Cuán
hermoso es poder seguirte amando,
Multiplicar
mi amor por cada estrella.
Bien
sabes tú que hay días de dolor
Cuando
el aliento se hace más profundo.
Solo la
vida es vida si hay valor
De
llevar la verdad de frente al mundo.
Llegaremos
al Sol
Llévame
hoy con tu esencial aurora
A tu
morada de madera pura.
Cuando
mi mano abra la espesura,
Regálame
una estrella sin demora.
Llévame
más allá del crudo invierno
Con tu
llama de paz ilumina mi mesa
Y
hagamos a la par la gran proeza
De
hacer un mundo que no tenga invierno.
Tomados
de la mano caminemos
Sin
tener miedo al ocaso infinito,
Llegaremos
al Sol, no importa el mito,
Si
somos firmes siempre venceremos.
De cara
al Sol
No me
niegues la sombra que da el río.
No me
limites a una sola canción.
No me
quites un mar que ha sido mío.
No me
apartes mi estrella de pasión.
No me
demores más en tu camino.
No me
trates de ver sin mi razón.
No me
incites a cambiar de destino.
No me
juzgues sin ver mi corazón.
No me
pongas mirando hacia lo oscuro,
No me
intentes matar como a un traidor,
Soy
hombre y bueno, tenlo por seguro
y un
día he de morir de cara al Sol.
Lleguen
a ustedes, queridos amigos, nuestro infinito agradecimiento, una vez más, por
su apoyo, por su solidaridad, por su inmenso amor.
Les
reitero que para entender la colosal injusticia que se ha cometido, basta leer
los documentos de nuestro caso.
¡Sigamos
adelante!
¡Cinco
abrazos fuertes!
¡Venceremos!
Tomado del
sitio digital Cubadebate
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