por Miguel Fernández Martínez
Un análisis sobre la persistente postura de
Estados Unidos e Israel con respecto al bloqueo que Washington impone a Cuba
desde 1962, mereció un interesante trabajo publicado recientemente en el
periódico israelí Haaretz.
Titulado ¿Por qué Estados Unidos rehúye a Cuba, pero no a Israel?, el artículo reconoce que la Casa Blanca actúa en la
Organización de Naciones Unidas (ONU) hacia Cuba, como mismo actúa hacia
Israel: en oposición al resto del mundo, y en contra de la dirección del
tráfico histórico.
El texto, firmado por la periodista Carolina
Landsmann, y publicado en la versión en inglés de Haaretz, destaca la reciente
condena de 188 países al bloqueo económico, comercial y financiero que Estados
Unidos impone a Cuba desde hace 52 años, en una abrumadora votación en la
Asamblea General de la ONU, donde solo Washington y Tel Aviv se opusieron.
“¿Cómo sucedió que a partir de la Guerra
Fría y la división del mundo en bloques –dice Haaretz-, a partir de años de
luchas ideológicas llenas de pasión y que fluyen con sangre, de la subida y
caída de regímenes, los únicos que quedan de pie en contra de Cuba - que hoy es
más que un símbolo - somos Estados Unidos e Israel, a solas en la lucha contra
el mundo entero?”
“Por supuesto, es tentador burlarse de los
estadounidenses –comenta- por lo que parece ser su incapacidad para superar el
hecho de que Cuba no se ha rendido ante ellos, ni a su interferencia violenta
en los asuntos internos de la isla, en el curso de su guerra contra una
supuesta propagación del comunismo en América Latina”.
El periódico israelí subraya que Estados
Unidos ignora la opinión mundial e insiste en continuar con el embargo
(bloqueo) contra Cuba, cuando es evidente para todos, incluyendo a los propios
estadounidenses, que es cruel e ilógico después de la caída del bloque
comunista, y a la luz de las relaciones con China y Vietnam.
El comportamiento de esta superpotencia
(Estados Unidos) en estas dos áreas en el mundo es, en cierto modo, una imagen
de su odio incondicional a Cuba, ciega al daño que causa a sus ciudadanos, y su
amor incondicional a Israel, ciega al daño que está causando sus residentes,
agrega el artículo de Haaretz.
Apunta que en ambos casos, Washington
formula sus políticas anacrónicas asumiendo a grupos internos, fuertes e
influyentes, como el lobby judío y el de los cubanoamericanos.
“Tenemos que decir "basta" a estos
dos grupos –enfatiza el periódico israelí. Debemos recordarles que ellos son
estadounidenses. Para aquellos que pretenden ser más cubano que los cubanos, y
más israelíes que los israelíes, deben dejar de tratar de resolver sus crisis
de identidad a través de la política exterior de Estados Unidos”.
Haaretz
es un periódico israelí fundado en 1919. Se publica en hebreo, con una versión
abreviada en inglés que se distribuye como anexo de la edición del
International Herald Tribune en Israel. En Internet existen versiones en hebreo
e inglés.
Tomado del
sitio digital de Prensa Latina
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