expresidente salvadoreño Francisco Flores, prófugo de la justicia |
Dice un viejo refrán que la mentira anda con piernas cortas y apelando a otro socorrido proverbio, primero se atrapa a un mentiroso que a un cojo.
Tanto así que el exmandatario salvadoreño Francisco
“Paco” Flores ya tiene a la Interpol tras sus huellas, que conducen sin
dudas a una de las mansiones de la expresidenta panameña Mireya Moscoso, en la
rivera del Pacífico.
De mentiroso a delincuente no hay demasiada
distancia. El primer defecto consolida el segundo y en el arte de mentir, Paco
Flores es todo un experto. El pueblo cubano, hermano por naturaleza del
pueblo salvadoreño, sufrió como propias las ofensas y calumnias que su entonces
presidente, profirió contra el líder de la Revolución cubana durante la X
Cumbre Iberoamericana celebrada –casualmente- en Panamá.
En medio de una ácida discusión entre Flores
y Fidel, el gobernante cubano reclamó públicamente al presidente salvadoreño
por dar amparo en su país al terrorista Luis Posada Carriles, acusado de ser el
organizador del cruel atentado contra un avión comercial de la aerolínea Cubana
de Aviación en pleno vuelo, que costó la vida a 75 inocentes.
Flores replicó a las acusaciones del
presidente cubano, con una sarta de mentiras que todavía retumban en la memoria
de millones de cubanos: "Que usted me acuse a mí en este foro de que tengo
responsabilidad en el caso de Luis Posada Carriles, después que usted tuvo la
cruel e inaceptable responsabilidad en la guerra de El Salvador, es
absolutamente intolerable". Eso dijo el presidente de El Salvador al
presidente de Cuba.
De
mentiroso a nueva estrella de la rancia derecha latinoamericana
Ni el mismo Francisco Flores se creyó sus
ácidas palabras proferidas contra el
comandante Fidel Castro en el plenario de
la X Cumbre Iberoamericana. Él mismo, elegido presidente por el partido derechista Alianza
Republicana Nacionalista (ARENA), conocía perfectamente las causas de una guerra
civil que desangró al pueblo salvadoreño provocando más de 75 mil muertes.
Fidel Castro |
Flores sabía que no era
responsabilidad del comandante cubano el calvario vivido por los salvadoreños
de 1980 hasta 1992. Las causas estaban dentro de su propio país, sometido al
yugo de cruentas dictaduras militares, con gobiernos entreguistas, siempre
pendientes de las órdenes emanadas por Washington.
El presidente Flores sabía muy bien que
acusaba a Fidel Castro injustamente. Mucho antes que se fundara el Frente
Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), brazo armado del pueblo
salvadoreño contra las oligarquías que estrangulaban a la sociedad, y que contó con todo el apoyo moral y la solidaridad no solo de Fidel Castro, sino de todo el pueblo cubano, ya el
pequeño país era un hervidero social.
Para
nadie es secreto, ni para el mismo expresidente Flores, que la falta de
libertades, la abismal brecha entre ricos y pobres (el 10% de la población
disfrutaba del 80% de las riquezas del país), fueron las verdaderas causas del
sangriento desenlace.
Parece que a Flores se le olvidó, antes de
acusar a Fidel Castro en aquella reunión internacional en Panamá, que él
militaba en el mismo partido fundado por el mayor Roberto d'Aubuisson, fundador
de los grupos paramilitares que masacraron a tantos inocentes, que aterrorizó a
la sociedad salvadoreña después de ordenar el asesinato de Monseñor Oscar
Arnulfo Romero.
Francisco Flores acusó públicamente a Fidel
Castro de las desgracias causadas a su país, cuando él sabía que las raíces del sufrimiento del pueblo salvadoreño estaban en la casta política que él representaba.
¿Tenía
o no que ver Paco Flores con el terrorista Luis Posada Carriles?
Durante esta reunión de los Jefes de Estado
y Gobierno iberoamericanos, el comandante Fidel Castro, en una conferencia de
prensa celebrada el 18 de noviembre de 2000, desenmascaró una la conspiración
para atentar contra su vida, organizada por grupos extremistas de Miami,
dirigida por el tristemente célebre terrorista Luis Posada Carriles
terrorista de origen cubano Luis Posada Carriles |
Según las acusaciones hechas por el líder
cubano, los elementos terroristas
encabezados por Posada Carriles tenían la idea de disparar o hacer
estallar cargas explosivas donde lo estimaran útil a sus propósitos, sin
importarles en cuál vehículo colectivo viajaban los jefes de delegaciones o
dónde se encontraban reunidos para alguna de las actividades programadas.
Posada Carriles fue detenido junto a Gaspar
Eugenio Jiménez Escobedo, Pedro Remón Rodríguez y Guillermo Novo Sampoll
—connotados criminales de origen cubano— por conspirar para asesinar al
presidente cubano Fidel Castro durante un encuentro internacional con
estudiantes en Panamá.
Luego de un largo proceso penal fueron
condenados por el intento de atentado con explosivos contra la vida de Fidel
Castro en ese lugar y los miles de estudiantes panameños.
La
verdad siempre se sabe
Las
argumentaciones esgrimidas por el presidente cubano Fidel Castro cuando reclamó
a Francisco Flores por dar amparo a terroristas anticubanos en su país, no
estaban lejos de la verdad.
Según declaraciones al periódico El Diario de Hoy,
Gabriel Carranza, viceministro del Interior salvadoreño bajo el gobierno de
Flores, confirmó la legitimidad del pasaporte a nombre de Franco Rodríguez
Mena, y que era utilizado por Luis Posada Carriles, responsable de atentados
terroristas en Cuba.
También se comprobó que Posada Carriles
viajó desde El Salvador a San José, Costa Rica, el 3 de noviembre de 2000, y de ahí a
Panamá, donde fue arrestado después de la denuncia del líder cubano.
Según las declaraciones del viceministro
Carranza, se confirmó además que el
pasaporte expedido a Franco Rodríguez Mena tenía el número A 143258,
expedido el mediodía del 30 de marzo de 1998, en la agencia de Migración en el
Centro Comercial Galerías de San Salvador.
La
larga nariz de Pinocho del expresidente Francisco Flores
Aunque Pancho Flores se sintió profundamente
"ofendido" ante las acusaciones de Fidel Castro durante la X Cumbre de Países
Iberoamericanos, y trató de desmarcarse de los grupos terroristas cubanos que
paseaban libremente por las calles de San Salvador, la historia se ocupó de
poner los términos en su justo lugar.
Tres años antes del altercado en Panamá, un
salvadoreño de 26 años, nombrado Raúl
Ernesto Cruz León, fue sometido a juicio
en La Habana después de confesar ser el autor directo de la colocación de seis
bombas en cinco hoteles y un restaurante de La Habana durante el verano de
1997.
terrorista salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León |
Según pruebas presentadas en el juicio oral,
se demostró que el mercenario salvadoreño había sido pagado por la Fundación
Nacional Cubano Americana (FNCA) de Miami, bajo órdenes expresas de Luis Posada
Carriles.
Diez años después de las acusaciones de
Flores contra el comandante Fidel
Castro, otro salvadoreño, Francisco Chávez Abarca, era detenido por la Interpol
al tratar de entrar ilegalmente en Venezuela y enviado a Cuba, donde pesaban
acusaciones de terrorismo en su contra.
A su arribo a La Habana y ante la prensa.
Chávez Abarca confesó que el terrorista Posada Carriles fue el autor
intelectual de una serie de bombazos en La Habana en 1997, y aseguró que este
contaba con permiso de la CIA para actuar contra la isla.
"Me pagaban por bomba que explotaba 2
mil dólares", manifestó el terrorista salvadoreño, quien reconoció la
libertad de movimientos de Posada Carriles en territorio salvadoreño durante
años y su vínculo con militares y políticos influyentes.
Dios
los cría y el Diablo los junta
Casualmente, la expresidenta panameña Mireya
Moscoso, testigo presencial del
incidente entre Flores y Castro, por ser la
anfitriona de la Cumbre, desoyó las órdenes judiciales de su país que habían
condenado a Posada Carriles y sus compinches a prisión, y decidió,
“sorpresivamente”, indultarlos y dejarlos que regresaran a Estados Unidos.
Francisco Flores y la expresidenta panameña Mireya Moscoso |
También casualmente, ahora que el
expresidente salvadoreño Flores está en apuros, después se descubrió que era un
vulgar ladrón del erario público, la Moscoso le brinda protección en una de sus
lujosas residencias en la costa del Pacifico panameño, quizás compradas con el
dinero que recibió a cambio de la libertad de los terroristas anticubanos.
Catorce años después, el pueblo cubano se
siente redimido de la ofensa causada por Francisco Flores al líder histórico de
la Revolución cubana. La verdad, salió a flote, y puso en su lugar a los
verdaderos embusteros.
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