profesora Alicia Perea |
Este
premio, instituido en 1997 por el Centro Nacional de Escuelas de Arte y el
Instituto Superior de Arte, se otorga como reconocimiento a la dedicación y
esmero de profesores y personalidades de la Cultura Cubana en la formación de
las nuevas generaciones de artistas y profesionales de las artes.
Fundadora de la Escuela Nacional de Arte, en
1962, Alicia Perea dirigió este centro especializado durante 16 años, donde desplegó
una intensa labor docente como profesora de piano.
Nacida en La Habana, Cuba, el 24 de mayo de
1934, inició sus estudios musicales con su madre Blanca Isabel de la Maza, los
continuó en el Conservatorio Peyrellade con Juana Valles de Goñi, y los
concluyó en el Instituto Superior de Arte, bajo la tutela de Frank Fernández.
Recibió además clases magistrales de Jorge Luis
Prats.
No es posible hablar de la enseñanza musical
en la segunda mitad del siglo XX, en Cuba, sin mencionarla. También es
necesario referirse a ella, cuando se habla de la música vocal o de la
instrumental, entre sus principales exponentes.
Concluidos sus estudios en el Conservatorio
Peyrellade comenzó a trabajar como profesora en el Conservatorio Nacional
Hubert de Blanck. A partir de 1959 desempeñó numerosas responsabilidades
vinculadas con la enseñanza musical.
En 1987 ocupó la dirección de Música del
Ministerio de Cultura y al crearse el Instituto Cubano de la Música pasó a ser
su presidenta.
Ha participado en sucesivas reformas de la
enseñanza artística que se han desarrollado en el país, así como en la
confección de planes de estudio y asesoramiento metodológico a la instrucción
pianística y de otras disciplinas.
Desarrolló además, una intensa labor como
intérprete, la que ha incrementado en los últimos tiempos, con recitales en
casi todas las provincias del país y ha grabado un disco con obras de
compositores cubanos de las más diversas tendencias.
Se debe mencionar como una de los grandes
promotores de la música en la Revolución cubana. Hábil diplomática cultural, la
avezada pianista cameral evolucionó hacia la condición de respetable solista
concertista, que en presentaciones públicas y en excelentes grabaciones difunde
en Cuba y por el mundo la obra de significativos compositores cubanos, que no
habían tenido en otros intérpretes una fuente de comunicación con los públicos
y también de los que sí la habían tenido.
Miembro Emérito de la Unión Nacional de
Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), ha sido merecedora de la Medalla Alejo
Carpentier, la Medalla Rafael María de Mendive, la Orden Juan Marinello, la
Distinción por la Cultura Nacional y la Medalla Raúl Gómez García
También
obtuvo el Premio Especial Cubadisco por su CD "Compositores cubanos para
piano del siglo XX.
En la nota de presentación del CD “Alicia
Perea. Danzas, contradanzas, habaneras y danzones”, Alberto Joya, expresó: “El
desarrollo pianístico de Alicia Perea constituye un caso «sui generis». Dotada
de un pianismo natural y una destacada sensibilidad, siempre fue guiada por
excelentes profesores, creando así una manera segura de afrontar grandes obras
del repertorio pianístico universal, poniendo siempre la técnica al servicio de
la música”.
“Su diversidad de color en el sonido que
produce en el piano nos interrelaciona su música con otras manifestaciones
artísticas, la pintura o la arquitectura colonial cubana con sus ventanas,
rejas y vitrales […], que unido a la flexibilidad en el tratamiento de la
agógica dan a sus interpretaciones un movimiento interno lleno de magia y
seducción”.
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