El poeta Luis Marré, con el autor, en Sancti Spiritus - julio 2010 |
Me llega la noticia de la muerte de Luis
Marré, uno de esos grandes de las letras cubanas que seguía dando batalla a la
vida para orgullo de todos.
Periodista sobre todas las cosas, poeta,
novelista, traductor y ensayista, Marré quedará en la memoria de Cuba como uno
de sus escritores esenciales, imprescindible en la historia de la poesía
cubana, marcado por el rigor y el refinamiento.
La última vez que lo vi fue en julio de
2010, en la villa de Sancti Spíritus, durante una jornada literaria que reunió
a escritores de varias generaciones, y allí estaba presente Luis, con su
inseparables bolso y bastón, regando sabiduría en cada encuentro.
Su lucidez, su perpetua cubanía, su
sapiencia, estarán entre mis mejores memorias de aquella última vez que tuve la
oportunidad de confraternizar con el autor de Los ojos en el fresco, la
entrevista que quedó inconclusa y mis deseos de volver a saludarle.
Orgulloso
habanero, Marré nació entre los vapores veraniegos de agosto de 1929, en la
villa bendita de Guanabacoa, la misma tierra de Rita Montaner, de Bola de
Nieves y de Ernesto Lecuona.
Una de las figuras más descollantes de la Generación del Cincuenta, Luis Marré fue
ferviente colaborador de las revistas Orígenes, Ciclón, Unión, Casa de las Américas,
El Caimán Barbudo, y Extramuros, entre otras.
Jefe de redacción durante dieciocho años de
la revista La Gaceta de Cuba, también dejó su impronta en publicaciones
internacionales como la revista Sur de Buenos Aires; Estaciones, de Ciudad de
México; Surgay, de Bilbao; Casa de la Poesía José Asunción Silva, de Bogotá, por
solo citar algunas.
La cultura cubana está de luto. Luis Marré,
el Premio Nacional de Literatura 2008 se fue al Cielo pero nos deja una honda
huella para las eternidades.
Que descanse en paz.
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