Salvador Salazar Arrué - "Salarrué" (1899-1975) |
Apenas pisé tierras salvadoreñas, me
obsequiaron un libro de cuentos de cuyo autor no tenía antecedentes, y en mis
primeras lecturas nocturnas, fui descubriendo en Cuentos de Barro, la
inmensidad literaria de Salvador Salazar Arrué, o simplemente Salarrué, como se
le conoce en el mundo entero.
No por gusto me estaban regalando este cuaderno de cuentos, publicado originalmente en 1933 y considerado como la obra
monumental de la literatura salvadoreña, porque acercándome a la obra de Salarrué,
estaba introduciéndome en el espíritu de esta pequeña pero impresionante nación
centroamericana.
A través de La tranquera, La botija, El
entierro o El mistiricuco, comencé a comprender toda la espiritualidad de un
pueblo que se crece a diario sobre las piedras de sus ancestros, y todo de la
mano de este escritor fascinante e imprescindible en la literatura latinoamericana.
Salarrué, quien además de escritor destacó
como pintor y diplomático, nació el 22 de octubre de 1899 en Sonsonate.
Publica sus primeros cuentos a la edad de diez
años en el Diario de El Salvador. Pinta con gran habilidad y su familia lo
manda a estudiar con el profesor italiano Spiro Rossolino. Después parte becado
a la Academia de Corcorán de Washington D.C., regresando a San Salvador a la
edad de 20 años.
Expuso su obra múltiples veces en diferentes
galerías y lugares de El Salvador, así como en Costa Rica, Guatemala, Nueva
York, Nuevo Orleans y otros.
Se le ha considerado como el máximo
exponente de la narrativa cuzcatleca. Fue cofundador de la nueva corriente
narrativa latinoamericana.
Publicó también novelas, aunque su verdadera
maestría estaba en el cuento: es uno de los autores que han dado a este género,
en Centroamérica, proyección universal.
En 1922 se casó con la pintora salvadoreña
Zélie Lardé, con quien tuvo tres hijas que también se dedicaron a las artes
plásticas: Olga, Aída y Maya.
A finales de los años veinte trabajó como
jefe de redacción en el periódico Patria, del escritor y filósofo salvadoreño
Alberto Masferrer. En ese periódico comenzó a publicar una de sus obras más
queridas e importantes en El Salvador: Cuentos de cipotes, como “relleno” para
las páginas en las que quedaban espacios en blanco.
Estas historias sólo se publicarían en forma
de libro más de treinta años después, en 1961, a instancias del poeta,
historiador y editor Ítalo López Vallecillos.
Murió a
los 76 años, en Los Planes de Renderos, San Salvador, el 27 de noviembre de
1975.
Su casa, recuperada en 2003 por el Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes de El Salvador (CONCULTURA), actualmente
alberga La Casa del Escritor, un proyecto de formación de escritores jóvenes.
Tenía 9 años cuando disfruté el honor de descubrir este gran humanista, amigo de mi familia. SALVADOR SALAZAR ARRUE. Esta fotografía fué tomada et iluminada a mano por mi padre Carlos Martinez Barrios y autobiógrafiada por Salvador Arrué para más referencias pueden visitar mi sitio web https://carlosrmartinez.files.wordpress.com/2012/04/a-mi-viejita.jpg
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