Emilie y Serge Munoz, padre e hija, en La Habana |
LA
HABANA. Los autores de la versión “cubana” del videoclip Happy, interpretada
originalmente por el norteamericano Pharrel Williams, han retornado por estos
días al escenario y los protagonistas de una obra que ya suma 125 mil visitas en
el portal de Youtube (126 mil 644 hasta el momento de subir este post).
Son
Emilie y Serge Munoz, hija y padre, que provenientes de Francia y con una
cámara fotográfica captaron la esencia misma de estrechez y alegría que define
a los cubanos de hoy.
“Estábamos
de visita, mis dos hijas y yo, y nos gustó tanto La Habana que mi hija menor
quiso hacer una versión de esa canción, ya por entonces muy popular”, revela el
padre en exclusiva para Progreso Semanal. “Se nota que es Cuba, nadie que haya
conocido un poquito este país puede dudar que es lo que ahí se ve”, comenta.
Emilie,
estudiante de cine, confiesa haber participado en una versión anterior de
“Happy” hecha en su natal Cannes, con todo lo planificado que puede ser un
video para la industria. Pero dice también haber superado con creces su
experiencia previa al sucumbir al encanto de la improvisación compartida con
los habitantes de las sucias y enrevesadas calles de Centro Habana y La Habana
Vieja.
La
muchacha se presenta a sí misma como parte de una generación en Europa que vive
con Internet desde pequeños y que consume más audiovisuales online que
televisión. Por eso luego de prendérsele la chispa no titubéo: “Pensé enseguida
en ponerla en la red, porque mi intención era regalar este video a todos los
internautas, sin interés comercial”.
Todo el
mundo baila
“Íbamos
preguntando a la gente si quería bailar delante de la cámara, al ritmo de la
música que le poníamos, y la gente enseguida quería o no; aunque la mayoría
quiso y las cosas salieron muy fácilmente”, cuenta Serge. “Una parte de las
personas conocían la canción, pero otra no; sobre todos los chicos. ¡Aunque
ustedes se podrán imaginar lo difícil que es hacer bailar a un chico en Cuba!”,
bromea.
La naturalidad
conseguida puede llevar a pensar que hasta la aparición de un hombre ciego,
divirtiéndose como el que más, pudiera haber sido un montaje; pero los
realizadores lo niegan. “Es un ingeniero que por otra enfermedad fue perdiendo
la visión. Lo encontramos, como a todos, en la calle, le preguntamos y dijo:
¡claro que sí! Y ahí está.”
Tras
una concienzuda edición, poner a circular la obra generó momentos tensos.
“En los
primeros días pensé que no funcionaría porque solo entraban 200 visitas por
día, pero de repente prendió como el fuego y se regó a ritmo de más de 10 mil
cada vez”, se alegra la joven.
“Han
pasado cosas maravillosas. Por ejemplo alguien que desde Estados Unidos nos
escribió porque reconoció en el video a un familiar que no veía desde hacía 15
años. ¡Es increíble!”, comenta el padre.
Ambos
sonríen también al revelar que encontraron un bar en La Habana donde no se
cansan de poner el video, o que el gerente del hotel en el cual se hospedan,
cuando supo de su presencia allí no ocultó su admiración, pues conocía de sobra
el video.
Algunos
usuarios de Youtube donde se encuentra este happy Happy a la cubana,
aprovecharon para comentar el contraste entre la pobreza evidente en los
entornos filmados y la alegría de las personas. Otros pusieron una nota de
interés: “Q pasa q ya no hay blanquitos en cuba????!!!”.
Ni un
pretendido mensaje político ni un “casting” intencional fueron rasgos de la
obra concebida por esta familia francesa; según lo explica el padre. “No
anduvimos seleccionando blancos, negros o amarillos. Filmamos a quienes nos
dijeron que sí y el único mensaje que queremos enviar es el del placer y las
ganas de vivir”, argumenta.
Al
parecer la alegría que acompaña a este tema desde la canción original
continuará replicándose, pues ya Emilie prepara su segunda obra “cubana”.
“En el
video aparece un guitarrista que canta en la acera frente al Capitolio. Su
nombre es Julio César, canta muy bien, tiene sus propios temas y nos hemos
hecho amigos. Le voy a realizar un clip, con el mismo espíritu, para que pueda
promocionarse en Internet, aunque él no entienda mucho de Youtube”, adelanta la
joven francesa que muestra Happy, desde su tablet, en el patio interior de un
hotel habanero.
Tomado del
sitio digital Progreso Semanal
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