Cuba, la isla infinita comparte con sus
lectores, una serie de trabajos publicados en el sitio digital de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), donde se revelan los resultados de investigaciones
que ponen al descubierto esta sucia campaña mediática contra los Cinco antiterroristas cubanos presos en Estados Unidos, donde sus protagonistas
fueron los representantes de esa mal llamada “prensa libre”, subordinada hasta
el tuétano a los intereses más repugnantes del Imperio, en su afán por destruir
la Revolución Cubana.
Radio y
TV Martí, un monstruo incubado por Washington
A principios de 1996, Radio Martí se
trasladó de Washington D.C. a Miami. Toda la red clandestina de periodistas fue
instruida para violar la ley que impide al Gobierno realizar propaganda
dirigida a sus ciudadanos en Miami
De la ilegalidad y el injerencismo
subversivo de Radio y TV Martí se viene hablando desde que la administración
Reagan anunció el proyecto de la emisora radial, en 1981. Cuatro años después
entró en funcionamiento y después, en 1990, se le incorporó la emisora de
televisión de igual nombre, o sea el del patriota independentista y
antiimperialista José Martí, algo que ha sido enjuiciado como ofensa grosera a
los sentimientos nacionales del pueblo cubano y un insulto a la dignidad de los
pueblos de América Latina, e incluso una burla a la Norteamérica de los
trabajadores, de los creadores, de los pobres, a los que Martí amó y defendió.
Ambas acciones de los gobernantes de Estados
Unidos son violaciones de los objetivos y principios de la Carta de las
Naciones Unidas, del Derecho Internacional y, en particular, del Tratado
Internacional de Telecomunicaciones y reglamentos relacionados con las
transmisiones por el éter.
En cierta ocasión el conocido periodista Carlos
Fazio, quien escribe para importantes publicaciones mexicanas, calificó a esas
emisoras como un monstruo incubado en su propio país por el gobierno de Estados
Unidos.
En el caso de la farsa judicial de los Cinco
luchadores antiterroristas cubanos, injusta y arbitrariamente detenidos y
condenados a severas penas por un jurado en Miami, fuertemente influido por el
odio destilado en la prensa por periodistas pagados por el gobierno de Estados
Unidos, ha quedado en evidencia el papel de ese monstruo llamado Radio y TV
Martí. Basta para ello con leer algunos párrafos del informe del abogado
norteamericano Martin Garbus al solicitar la anulación de las condenas y del
juicio contra los Cinco, el 31 de agosto de 2012.
Escribió
Garbus en su informe:
Gerardo
Hernández Nordelo y el abogado Martin Garbus
“Se suponía que el producto de Radio/TV
Martí sería para el consumo cubano. El Gobierno ignoró esa limitación y creó
una estructura encubierta para burlarla, de modo que Miami fuese el objetivo.
El Gobierno pidió a los periodistas empleados que violaran la ley tanto en la
cobertura de este caso como en la cobertura política y la cobertura de los
eventos en Miami. Sin darlo a conocer en ningún informe gubernamental, el
gobierno violó la ley al crear una amplia estructura mediática secreta para
lograr la condena del Peticionario (de Gerardo Hernández Nordelo).
“Me concentraré en un solo organismo
gubernamental y en sus prácticas de contratación de personal y periodísticas,
para demostrar quienes eran los empleadores de los propagandistas. En ninguna
parte de los informes de la GAO que hemos revisado, ni en ningún testimonio
ante el Congreso se menciona el pago a periodistas independientes por el
Gobierno en Miami durante el período comprendido entre 1996 y el 2001 para
hacer propaganda sobre el juicio en los medios de difusión nacionales. El
Peticionante no puede permanecer en prisión porque no sabía nada en absoluto
sobre los hechos de una astuta y bien disimulada práctica ilegal ocultada al
Congreso y al Departamento de Justicia.
“A principios de 1996, Radio Martí se
trasladó de Washington D.C. a Miami. Aunque las transmisiones del Gobierno
estaban ostensiblemente dirigidas a Cuba, la principal zona de interés era
Miami. Toda la red clandestina de periodistas, los contratados con anterioridad
y los recién contratados, fueron instruidos para violar la ley que impide al
Gobierno realizar propaganda dirigida a sus ciudadanos en Miami. Creo que
Radio/TV Martí es la única estación de propaganda gubernamental que no radica
en la capital (Washington).
Después del traslado, Radio/TV Martí
contrató nuevo personal y casi todos los nuevos contratados eran exiliados
cubanos comprometidos con la causa de condenar al Peticionante y, durante los
cinco años siguientes gastaron vastas sumas en Miami, centro de las acciones
contra el Peticionante y otros. En este caso, los periodistas pagados eran
parte de esa acción.
“El traslado a Miami, en la época en que se
produjo el derribo de los aviones, facilitó la creación de una red clandestina
que podía violar de forma secreta la ley. Como señalara Alvin Snyder en El
Miami Herald, el 29 de abril de 1996,, el traslado a Miami perseguía eliminar
ominimizar los efectivos controles que ejercían Washington D.C. y la Voz de las
Américas sobre Radio/TV Martí.
Snyder fue Asistente Adjunto de dos
presidentes de los Estados Unidos, empleado de la USIA, miembro de la junta
directiva del Programa Annenberg Washington en los Estudios sobre Políticas en
materia de Información en la Universidad del Noroeste y en la Universidad de
California del Sur, y autor de un importante libro sobre propaganda. El
traslado, nos dice Snyder, multiplicó los recursos del exilio cubano en Miami.
Lo que empezó en 1960, con el uso ilegal de
“periodistas” y fondos del gobierno en los medios de difusión de Miami, alcanzó
su clímax en 1996. La efectiva dirección de Radio/TV Martí cambió en 1996 y,
como se indica en los informes de la GAO y en los testimonies ante el Congreso,
muchos en Washington D.C. se alegraron de poder estar menos involucrados en lo
que se estaba convirtiendo en una operación deshonesta.
“El Gobierno conocía la relación entre el derribo,
Hermanos al Rescate, el juicio, José Basulto y Radio/TV Martí. Como señala
Alvin Snyder, el Gobierno, a través de la junta directiva de Radio Martí, el
personal, los “freelance” y contratados, fue un “incitador” en el derribo.
Radio/TV Martí ha sido la voz de Hermanos al Rescate, la voz de José Basulto
(…)
“El 29 de abril de 1996, Alvin Snyder
escribe sobre su investigación: “Varias semanas antes de que los aviones caza
de Fidel Castro derribasen las avionetas de Hermanos al Rescate, Radio/TV Martí
alardeaba sobre el hecho de que una pequeña avioneta había sobrevolado a baja
altura La Habana y lanzado volantes con propagada anticastrista. Se burlaron de
Castro por no haber tomado represalias y un cubano americano fue citado
diciendo que tales vuelos a La Habana se harían de forma regular.
“(…) resulta difícil comprender por qué se
le permitió a una estación de radio financiada por el gobierno estadounidense
difundir las amenazas de líderes del exilio cubano que estaban provocando a
Castro y por qué los periodistas de Radio/TV Martí que estaban realizando las
entrevistas no cuestionaron tales declaraciones.
La sede de las transmisiones de Radio/TV
Martí se encuentra actualmente en Washington, de modo que sus programas pueden
ser supervisados por la Voz de las Américas de la Agencia de Información de los
Estados Unidos (USIA)”.
Y añade
la investigación de Snyder, citada en el informe del abogado Garbus:
El traslado de la sede de transmisiones a
Miami autorizado por el Congreso, colocará a Radio/TV Martí fuera de toda
supervisión efectiva por parte de la VOA. De acuerdo con un vocero del Senador
Phil Gramm, Republicano por Texas, que patrocinó el traslado, “trasladar la
sede de las transmisiones a Cuba cerca del corazón de la comunidad cubano-americana
resulta totalmente lógico”. Siendo ese el caso, también ha llegado la hora de
que los cubano-americanos de Miami pasen oficialmente a dirigir Radio Martí y a
administrarla como si fuera de ellos, sin que Washington trate de vigilarlos.
“Al asumir el control total, los
cubano-americanos de Miami también deberían asumir el costo de las
transmisiones a Cuba”.
Y
señala en su afidavit el abogado Martin Garbus:
“El Gobierno alega que no hemos cumplido con
la presentación mínima requerida para solicitar reparación o habeas corpus de
acción exhibitoria porque no hemos sido precisos en nuestras solicitudes. Pero
sí puedo ser preciso en cuanto a la acción exhibitoria que solicitamos respecto
de los organismos gubernamentales involucrados con los propagandistas en Miami.
Mediante acción exhibitoria, demostraremos
que en el mismo momento en que ocurrieron los hechos relacionados con este
juicio, Radio/TV Martí dejó de centrar su atencióny recursos en Cuba para
centrarlos en Miami, a fin de satisfacer los intereses del poderoso movimiento
interno de exiliados cubanos. El traslado de la sede a Miami costó nueve
millones de dólares. Esa cifra, en 1996, representó una suma adicional al
presupuesto anual de 30 millones de dólares de Radio/TV Martí, del cual, una
gran parte se trasladó a Miami.
“Alvin
Snyder nos ofrece la razón evidente del trasladado a Miami:
“Recientemente, un funcionario del
Departamento de Estado ofreció a un grupo de diplomáticos, un panorama de las
relaciones exteriores de los Estados Unidos, sin mencionar a Cuba ni una sola
vez. Al preguntársele por qué se había omitido a Cuba, el funcionario respondió
que ‘Cuba ha dejado de ser una cuestión de relaciones exteriores; es un
problema de política interna’”
“Después del traslado a Miami, el Gobierno
tuvo un presupuesto anual promedio de más de 30 millones de dólares en el
período comprendido entre el derribo y la condena. Tenían más de 100 empleados
y más de la mitad de ese presupuesto y la mayor parte de los empleados serán
administrados desde Miami. Una parte sustancial de esos recursos estaban
destinados a lograr la condena del Peticionante (Gerardp Hernández Nordelo).
“Informes recientes de la GAO calculan que
la cifra gastada por Radio/TV Martí en lo que lleva de establecida es igual o
superior a los 600 millones de dólares.”
Y
después apunta el abogado Garbus:
“Después
del traslado a Miami, Radio/TV Martí --y el movimiento del exilio cubano--, que
ahora rebosaba en fondos gubernamentales, quedó libre de cualquier control
significativo durante el período comprendido entre 1996 y 2001. Las prácticas
antes prohibidas ahora florecían. Esa fue la razón del traslado. La estación de
radio y televisión del Gobierno se convirtió en lo que los exiliados cubanos
quería que fuese, un medio de distorsión dedicado a lograr la condena del
Peticionante.
La Respuesta del Gobierno malinterpreta el
argumento del Peticionante. Dentro de las normas federales, la estación de
radio del Gobierno tiene derecho a contratar a quien decida, pero una estación
gubernamental con fines propagandísticos no puede contratar personas a tal fin,
que expresen o escriban en los medios de difusión internos, cosas que serían
totalmente adecuadas de escribirse o expresarse para ser escuchadas en Cuba.
Los periodistas pagados no “establecieron
diferencia” entre lo que decían en Radio/TV Martí y lo que decían en la
propaganda dirigida a Miami. Por el contrario, ellos mismos han descrito como
utilizaban las mismas palabras y las mismas imágenes. La junta de Radio/TV
Martí, integrada en su mayoría por partidarios de los exiliados y de los
integrantes de Hermanos al Rescate en la disputa con Cuba, puede contratar o
pagar como empleados y contratados a quien desee, pero lo que no puede hacer es
ubicar propagandistas clandestinos en los principales medios de difusión de
Miami y permitir que tales empleados, contratados o freelance, utilicen fondos
del Gobierno para tratar de garantizar secretamente la condena del
Peticionante.
Geoffrey
Cowan
“Geoffrey Cowan, Decano de Periodismo en la
Universidad de California del Sur, presidente de la Fundación Fiduciaria
Annenberg en Sunnylands y director del Centro sobre políticas y dirección en
materia de información de la Facultad Annenberg, era el Director de la Voz de
las Américas en 1994, cargo que mantuvo hasta 1996, cuando lo dejó para volver
al medio académico. Cowan conocía muy bien Radio/TV Martí. Al parecer, fue
colega de Alvin Snyder y probablemente coincida con las opiniones de éste.
Según parece, aún estaba en la Voz de las Américas cuando se discutió y realizó
el traslado de Radio/TV Martí. Contacté al Sr. Cowan, quien se negó a responder
cualquier pregunta a menos que fuese citado a comparecer.
Y
también el abogado Martin Garbus apunta en su informe:
“Jorge Mas Canosa fue quien dirigió la
presión para trasladar Radio/TV Martí a Miami porque él y sus colegas la
querían liberar de las restricciones impuestas por el Gobierno para utilizarla
en su ataque al enemigo y porque él quería fuese una pieza clave independiente
para el dominio que quería ejercer en la política de Miami.
Otro líder no oficial era José Basulto, un
incitador en el derribo de las avionetas. quien tenía un interés en Radio Martí
y en su traslado a Miami. Mas Canosa, al igual que Basulto, participó en Bahía
de Cochinos y tenía conexiones con la CIA. Como Alvin Snyder descubriría,
Basulto tenía un gran interés, tanto personal como político, en garantizar las
condenas, pues había sido criticado por realizar acciones que condujeron a la
muerte de sus cuatro colegas.
Alvin
Snyder
“Alvin Snyder describe, en su libro
“Warriors of Disinformation” (Guerreros de la desinformación, el diseño de
planes específicos para Radio Martí por parte de Mas Canosa, quien quería ser
una figura dominante en la política de Miami. Mas Canosa quería utilizar los
fondos y el personal de Radio/TV Martí para influir sobre los miamenses.
Mas Canosa creó Radio Martí y utilizó sus
fondos con fines propagandísticos en Miami. Mas Canosa y la administración de
Radio Martí contrataron periodistas de todos los medios de difusión en Miami
para hacer de forma ilegal y encubierta lo que legalmente no podían hacer. La
ilegalidad continuó después de su muerte. Los periodistas pagados de Radio Martí se
centraron en aspectos específicos del juicio. Cuando la defensa enviaba
citaciones a ciertos testigos, los empleados a sueldo del Gobierno, contando
con la información y la convicción, transmitían que tales testigos debían
ignorar la citación o acogerse a la Quinta Enmienda cuando fuesen llamados a
declarar, a fin de evitar las preguntas o no dar respuestas. Muchos de los
testigos lo hicieron.
En otra ocasión, los medios dieron a conocer
evidencias que habían sido excluidas esa misma tarde en el juicio. Con lo que
sabemos hoy sobre lo que sucedía en Miami en el periodo que nos ocupa, no es de
extrañar que esta entidad recibiese pagos del gobierno.
Los agentes fomentaban y exacerbaban la
opinión pública para que los abogados de la defensa (e incluso Oscar Corral, el
autor de la revelación en el Miami Herald) temiesen dormir en sus casas. Al
menos en una ocasión, un temeroso abogado de la defensa durmió en un hotel. La
vida de estos abogados defensores se vio amenazada por agentes a sueldo.
“Las prácticas de contratación, dirección,
financiamiento y periodísticas incentivadas y permitidas en Radio/TV Martí no
parecen permitirse en ninguna otra entidad de la Voz de las Américas. Si no
todos, muchos de los artículos y conversatorios sobre los Peticionantes y otros
asuntos, violaban las normas periodísticas, lo cual se agudizó después del
traslado a Miami. Radio Martí era el regalo que seguía generando para todos
aquellos que estuviesen de acuerdo con ella.
Y,
finalmente, el revelador y contundente informe de Garbus apunta:
“Las conexiones entre las investigaciones
realizadas en 1996 y las reveladas diez años después, en el 2006, en el New
York Times, Miami Herald, y Associated Press, son evidentes. Los artículos de
2006 muestran como el Gobierno utilizó la libertad que buscaba al trasladar la
sede de Radio/TV Martí en 1996.”
En fin, lo expuesto da toda la razón al
periodista Carlos Fazio cuando calificó a Radio y TV Martí como un monstruo
incubado en su propio país por el gobierno de Washington. Le ha hecho mucho
daño a la imagen de Estados Unidos y al periodismo y los periodistas honestos y
éticos de ese país.
(La
información presentada y señalada con comillas está en los PDF (EN ESPAÑOL E INGLÉS), preparados por el Comité Nacional por la Libertad de los Cinco, de
Estados Unidos).
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