Un texto de Vincenzo Basile.
Acabo de enterarme de la
última acusación absurda que la llamada “bloguera y periodista independiente”
ha hecho al gobierno de Cuba. Por supuesto, en el Día Internacional de la Mujer,
la señora tenía que “contar las tragedias” que viven a diario las mujeres
cubanas que se están hundiendo en el machismo más cruel.
Entendámonos, con esa
entrada no quiero decir que el machismo es un problema que no afecta a la
sociedad cubana (como a todas las sociedades del mundo). Lo que quiero
enfatizar es el cobarde uso del “feminismo” por parte de una mujer para lograr
sus propósitos, lo que –según mi opinión- automáticamente la convierte en mujer
sumisa.
Entre otras cosas, la
señora critica el ícono de la Federación de Mujeres Cubanas que, según sus
palabras, exhibe una figura con un fusil al hombro, en clara alusión a la
madre como soldado, a la hembra como pieza de conflicto bélico. Eso
me asombra.
Señora bloguera
independiente, ¿usted critica el machismo que por supuesto considera la mujer
un ser débil y sumiso pero al mismo tiempo critica la imagen de una mujer
fuerte y guerrillera? ¿Es así?
Además, Cuba está
hundida en otro tremendo problema que afecta la situación de la mujer cubana en
el siglo XXI: Comprar pañales desechables, lo que es casi un lujo en esta
sociedad, donde la mayoría de las recién paridas todavía tienen que emplear
buena parte de su tiempo en el lavado manual de la ropa de su bebé.
Concluye
diciendo que toda emancipación necesita una infraestructura material de la
libertad. Es decir: siglos de luchas feministas para la emancipación del lavado
manual de los pañales.
La crítica sigue.
Imagínense que, cuando una mujer decide emitir críticas al gobierno la
acusan de amoral, infiel a su esposo, manipulada por alguna mente masculina,
“prostituta” o “jinetera”. No señora bloguera independiente, a usted
simplemente la llamamos mercenaria y eso no tiene nada que ver con su
género o con la crítica al gobierno, simplemente se trata de recibir un pago
por una potencia extranjera y enemiga. Es eso que la convierte en mercenaria.
La señora bloguera
describe un aspecto único y limitado a la “machista dictadura cubana”. Fíjense
que las mujeres cubanas se han quedado con una doble jornada
laboral. Es decir, mujeres madres y mujeres trabajadoras, por supuesto un
problema que afecta solo a la sociedad cubana (esa ridiculez no necesita
aclaraciones).
Por último, creo que lo
más asombroso es la crítica al bajo cuidado de las mujeres cubanas debido al
alto precio de los productos relacionados con la maternidad y el embarazo. Mientras
leía pensé: ¿Estará referiéndose a las infraestructuras médicas dedicadas a las
mujeres embarazadas? ¿Estará
referiéndose a los cuidados que mercen los bebés al nacer? Claro
que no. El problema agotante de
la mujer cubana, lo que aún no le permite la completa emancipación, es la
imposibilidad de comprar una cama de colchón que cuesta el equivalente a 90 USD.
Verdaderamente
trágico
Concluyo diciéndole,
señora “bloguera independiente”, si quiere ver un tópico de mujer emancipada,
que se vaya a la democrática Europa donde a la mujer se le acusa de ser prostituta solo
por admitir abiertamente su placer al tener relaciones sexuales. Váyase
a Italia, donde el divorcio aún se considera un pecado y muchas mujeres se
sienten obligadas (por la familia, por la sociedad civil y por la Iglesia) a
permanecer juntos a hombres que las maltratan verba y fisicamente.
Vaya a las regiones del
sur de Europa, donde una mujer que se queda embarazada afuera del matrimonio es
marcada como “puta o guarra” (perdonen mi forma de expresar) y lo único
que le queda es casarse con el "culpable" del embarazo ya que ser
madre soltera sería un escándalo y abortar sería un pecado peor del divorcio.
Si tiene tiempo, señora
bloguera independiente, busque programas de entretenimiento europeos o
norteamericanos y mire la imagen de la mujer que sale de ahí. Busque cuantos
programas valorizan la inteligencia de una mujer y cuántos su cuerpo, sus
pechos y sus nalgas.
Señora bloguera independiente, le repito, no quiero decir
que el proceso de emancipación de la mujer en Cuba haya terminado pero, por
favor, no tire a la basura su identidad de mujer y siglos de lucha femenina por
defender unos intereses políticos y económicos. Es una traición a todo su
género.
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