Miguel Álvarez habla de los Cinco Héroes cubanos |
Por Ana Ivis Galán García - Servicio Especial de la Agencia de Información Nacional
(AIN) - Luego de un amañado proceso judicial, de apelaciones y resentencias, la
batalla legal por la libertad de Gerardo Hernández, Fernando González, Ramón
Labañino, Antonio Guerrero y René González se concentra ahora en la solicitud
de Habeas Corpus o Apelaciones Colaterales.
Juzgados arbitrariamente
y sentenciados a excesivas condenas, por luchar contra el terrorismo, impedir
las acciones de la mafia de Miami contra Cuba, y salvar la vida de sus
compatriotas, estos cinco hombres aguardan por la decisión de la jueza Joan
Lenard.
La Apelación de Gerardo
constituye el caso más complicado. En ella se desmonta la acusación de
conspirar para perpetrar asesinato, y además se prueba su inocencia ante la
acusación por el derribo de dos avionetas que violaron el espacio aéreo cubano
el 24 de febrero de 1996.
En diálogo con la AIN,
Miguel Álvarez, estudioso del proceso judicial seguido a Los Cinco, revela
otros detalles contenidos en el pedido de Habeas Corpus de Gerardo Hernández.
A su apelación se suma
que el gobierno se negó a entregar las imágenes del satélite que prueban donde
cayeron las avionetas derribadas, hecho en el que la propia Fiscalía reconoció
no tener manera de probar la culpabilidad de Gerardo.
Vale recordar las
declaraciones al respecto de Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea
Nacional del Poder Popular.
El suceso del 24 de
febrero ocurrió en aguas cubanas, por tanto, la jueza Lenard nada tenía que ver
en él, carecía de jurisdicción.
Para que EE.UU. o un
tribunal norteño pudiera tratar ese hecho, el mismo debió tener lugar en aguas
internacionales o en el territorio estadounidense.
El último informe de la
Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), cuando hizo una
investigación sobre ese incidente, encontró un problema: los radares cubanos
decían una cosa y los norteamericanos otra, incluso algunos no
funcionaron, relata Alarcón.
Añadió que ante la
disputa sobre dónde ocurrió el percance, la OACI pidió al gobierno de EE.UU.
que le entregara las imágenes de los satélites que tienen, por cierto, filmando
todo lo que pasa en el planeta, especialmente en esta parte del mundo.
Hasta el coronel
estadounidense George E. Buchner, quien fue presentado como experto por la
propia Fiscalía, dio una respuesta sencilla, y además lógica, al problema:
revisen las imágenes satelitales. Pero por una extraña razón
se negaron a entregarlas.
Durante la presentación
del libro "Los últimos soldados de la Guerra Fría" - que narra las
acciones antiterroristas de Los Cinco-, su autor, el brasileño Fernando Morais,
explicó que en sus investigaciones se percató de otros detalles que los
abogados de estos cinco cubanos no indagaron con profundidad.
Bjorn Johansen,
norteamericano de origen noruego y piloto del buque de pasajeros Majesty of the
Seas, quien fuera testigo de la acusación contra Gerardo, reconoció que él
ubicó el sitio exacto donde cayeron las dos avionetas, a partir de una
observación visual del lugar donde se encontraba la embarcación, y no por el
registro electrónico.
Esta declaración de
Johansen, quien admitió, además, haber conversado durante horas con
agentes del FBI, fue utilizada para imponer dos cadenas perpetuas, más 15 años,
a Hernández Nordelo.
Para Morais, en este
caso se dejó de hacer una pregunta clave ¿Quiénes eran los dueños del Majesty
of the Seas?
En su libro, el escritor
precisa que una simple investigación en archivos y periódicos habría entregado
una información relevante.
Johansen era funcionario
de la compañía naviera Royal Caribbean Cruises, grupo propietario de la
embarcación, incluida por el entonces presidente de la Fundación
Nacional Cubano-Americana (FNCA), Francisco "Pepe" Hernández, entre
las 40 empresas que aportaron 25 mil dólares para fundar esa organización.
Además, en febrero de
1996 Johansen tuvo como segundo hombre al mando, al estadounidense Peter G.
Whelpton, quien se presentaba como miembro de la FNCA y director de la
Fundación Blue Ribbon para la reconstrucción de Cuba, ambas opuestas al
gobierno cubano.
Incluso, a la negativa
de las autoridades norteamericanas a entregar los datos de sus radares sobre el
lugar exacto donde cayeron los aviones, se suma el hecho de que el abogado de
Gerardo presentó una moción solicitando, igualmente, el expediente del
satélite, y la Fiscalía nuevamente se negó, y la jueza apoyó semejante
decisión.
Desde hace 15 años, la
defensa sostiene esa reclamación y la respuesta del gobierno sigue siendo la
misma: NO va a entregarlas.
Resulta sospechoso que
las imágenes satelitales, que debieran erigirse en prueba contundente para
respaldar la acusación del gobierno de EE.UU., sean insistentemente denegadas
por éste. Entonces, ¿qué hay detrás?
Tomado del sitio digital
de la Agencia Cubana
de Noticias
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