Adriana Pérez, esposa de Gerardo Hernández Nordelo, uno de los cinco antiterroristas cubanos condenados en Estados Unidos, denunció en Ginebra las torturas físicas y psíquicas a las que han sido sometidos los cinco en
cárceles norteamericanas.
Adriana se entrevistó
con el Relator Especial de la ONU contra la Tortura y otros Tratos Crueles,
Inhumanos y Degradantes, Juan Méndez, así como con un asistente del relator del
grupo de trabajo sobre Detenciones Arbitrarias.
Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Fernando González, Ramón Labañino y René González fueron condenados a desmesuradas penas por monitorear a los grupos terroristas que operan en Miami.
Durante el prolongado proceso contra los cinco, las autoridades federales estadounidenses han empleado procedimientos de confinamiento en solitario (el llamado hueco) que en una ocasión se extendió por 17 meses, denunció Adriana.
Por otra parte -dijo- la obstaculización y demora en la entrega de visas a sus familiares, no sólo constituyen violaciones del derecho de cualquier persona privada de libertad de recibir visitas de sus allegados, sino que también es un caso de tortura psicológica, prohibida en las Convenciones Internacionales.
En sus reuniones de este jueves, la esposa de Gerardo Hernández insistió en la
necesidad de que estas relatorías intercedan a favor de la moción urgente
solicitada por la defensa de René González para que se le permita viajar a Cuba
a visitar a su hermano gravemente enfermo.Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Fernando González, Ramón Labañino y René González fueron condenados a desmesuradas penas por monitorear a los grupos terroristas que operan en Miami.
Durante el prolongado proceso contra los cinco, las autoridades federales estadounidenses han empleado procedimientos de confinamiento en solitario (el llamado hueco) que en una ocasión se extendió por 17 meses, denunció Adriana.
Por otra parte -dijo- la obstaculización y demora en la entrega de visas a sus familiares, no sólo constituyen violaciones del derecho de cualquier persona privada de libertad de recibir visitas de sus allegados, sino que también es un caso de tortura psicológica, prohibida en las Convenciones Internacionales.
René ya cumplió su sentencia, pero fue sometido a un absurdo régimen de libertad supervisada que lo obliga a permanecer en territorio norteamericano con grandes riesgos para su vida.
El caso de los Cinco, como se les conoce internacionalmente, fue denunciado por Adriana Pérez ante el Consejo de Derechos Humanos y en los encuentros mantenidos aquí con la Alta Comisionada Navenethem Pillay, con la jefa de la División de Procedimientos Especiales, Jane Connors, y otros funcionarios.
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