martes, 28 de febrero de 2012

La opinión de Vincenzo, desde Italia: El día en que Yoani Sánchez no fue a clase de periodismo


Un texto de Vincenzo Basile 
Sé que se me dirá que la llamada periodista independiente es en realidad una bloguera y por lo tanto no está vinculada a las reglas éticas ni a cualquier otro código de conducta que guía la labor de muchos periodistas excelentes, tanto en Cuba como en otros países.
Sé que ser bloguero es diferente que ser periodista. Sé que cada quien puede publicar en su propia página personal o blog lo que quiere, como quiere y cuando quiere.
Pero creo que si se llega a tener un blog conocido como uno de los más visitados en el mundo y una cuenta twitter que puede contar con más de 80 mil seguidores (a veces invisibles), creo que el respeto de las más básicas reglas de información es algo imprescindible. Mi blog, al momento, cuenta con solo 18 seguidores pero, a pesar de eso, cada vez que escribo algo intento ser lo más meticuloso posible. Para mi sería un gesto de imadurez y de escasa cultura esconderme tras la máscara del bloguero y no respetar ni una regla ética, moral o jurídica.
La “periodista” más influyente de los últimos años parece no darse cuenta de la existencia de un principio fundamental que se llama veracidad, es decir respeto a la verdad. Ella escribe sus proprias opiniones (a veces quizás de otros) haciéndolas pasar como hecho incuestionable. Habla de sociedad civil, de política, se ha inventado una especie de documental, Razones ciudadanas, que debería ser una respuesta a las Razones de Cuba, un documental que la desenmascara y la marca por lo que es verdaderamente.

En esta frénetica actividad que ella (o sus patrocinadores) define como periodismo, ni una sola vez ha citado una fuente, ni una sola vez ha hecho una actividad de periodismo, ni una sola vez ha llevado pruebas para verificar sus teorías. Incluso cuando fue “secuestrada en una tarde cargada de golpes, gritos e insultos” no ha mostrado las fotografías – que pretende tener - que pudieran enseñar las “atrocidades de este régimen”. Al investigador francés, Salim Lemrani, quienentrevistándola le preguntó por qué razón no hubiese publicado las fotos, dijo: “Es mi elección [...]Lo cierto es que la existencia o no de marcas físicas no es la evidencia del hecho”
Eso no es periodismo. Eso no es pertenecer a la blogosfera. Eso no es amor a la verdad. Esto es disfrutar de una posición de privilegio presentando imágenes y retratos de una Cuba que en realidad no existe.
Eso va en particular a los que nunca han estado en Cuba: más allá del ridículo Generación Y (la generación de los que han sufrido por jugar con muñequitos rusos y quizas por la falta de CocaCola) hay una Cuba que casi no sabe quién es ella (y no se trata de censura, simplemente a nadie le importa lo que ella dice).
Más allá de Yoani (y Yanisleidi, Yoandri, Yusimí, Yuniesky y todas las chicas que sufrieron por la falta de un chewing gum) hay una Cuba formada por unos 12 millones de cubanos valientes que viven aguantando y resistiendo con honor y dignidad.
Puede ser que la señora Sánchez haya saltado una lección de periodismo o de ética, entre otras cosas. Pero de sus numerosas intervenciones en las varias redes sociales sale a la luz otra evidencia fundalmental, la señora Sáncez ha saltado una lección esenciall, la señora no ha ido a clase de cubanía y de realidad cubana.
Pues, yo sí he estado en Cuba. Yo sí he visto la pobreza cubana. Yo sí he visto los miles de problemas que afectan a la sociedad cubana. Pero yo me niego a contar la realidad de Cuba así como pretende hacer esta bloguera.
Para los que quieran empezar a escribir un blog, abrirse una cuenta twitter, un sitio, lo que sea..... Para todas esas personas, incluso yo mismo, que quieran contar un trozo de realidad, tal vez enriqueciéndola con sus opiniones personales, he llevado aquí una cita del Apóstol para que nos guíe en nuestra actividad de informadores:
“Mi oficio, cariñoso amigo mío, es cantar todo lo bello, encender el entusiasmo por todo lo noble, admirar y hacer admirar todo lo grande. Escribo cada día sobre lo que cada día veo (...)No me anuncie a nadie como escritor, que tendré que decir que no lo soy. Amo el periódico como misión, y, lo odio... no, que odiar no es bueno, lo repelo como disturbio”. Correspondencia enviada a Joaquín Macal, ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala. José Martí,11 de abril de 1877

Escrito por el italiano Vincenzo Basile (Capítulo Cubano)

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