congresista cubanoamericano Joe García |
por Edmundo García*
El pasado martes 19 de
febrero el congresista norteamericano Joe García, recientemente electo
por el Distrito 26 de la
Florida, apareció en el programa A Mano Limpia del miamense
Canal 41 tratando de justificar los dislates de la bloguera Yoani Sánchez en
Brasil cuando osó referirse con desidia a Los Cinco luchadores antiterroristas
cubanos prisioneros en los Estados Unidos.
A propósito de sus desaciertos, el
legislador trató de justificarla con la falacia de que el gobierno
norteamericano no debía llegar a un trato con el gobierno cubano sobre el caso
de Alan Gross porque entonces ningún norteamericano podría andar por el mundo
sin el temor de ser secuestrado.
Joe García sabe muy bien, y
si no lo sabe es su trabajo informarse, que miles de norteamericanos visitan
Cuba cada año y ninguno ha sufrido siquiera un intento de secuestro. En la Cuba revolucionaria no existe
ni existirá el secuestro.
Es inexplicable que una persona mínimamente
inteligente tenga que recurrir a la mentira para complacer a los mismos que lo
crucifican cada día, criticándolo lo mismo por el tipo de política que promueve
que por el tipo de peinado que usa.
A Joe le consta que Los
Cinco vinieron al sur de la
Florida para prevenir ataques terroristas fraguados en
organizaciones de la extrema derecha de Miami, precisamente porque quienes
debieron vigilar y abortar esas operaciones no lo estaban haciendo.
Los Cinco
llegaron a Miami justamente en la época en que Jorge Mas Canosa, creador de la Fundación Nacional
Cubano Americana y tutor político de Joe García, financiaba el terrorismo
contra Cuba.
Como lo hacía también Pepe Hernández, Director de la susodicha
Fundación, amigo personal del representante que elogió por lo alto su elección.
Estoy seguro que el congresista recuerda que miembros de la Fundación celebraron con
una fiesta la injusta condena dictada contra Los Cinco, después que hicieron
una intensa campaña propagandística y una gran presión para que no se cambiara
la sede del juicio.
Menos aún se le puede olvidar que la Fundación Nacional
Cubano Americana, a la que él pertenecía, pagó una página completa en el Miami
Herald donde se mentía abiertamente diciendo que las explosiones terrorista
ocurridas en La Habana
eran parte de una sublevación de miembros de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Cuba.
Volviendo a Alan Gross, Joe
García debe estar informado que el propio subcontratista aceptó en el juicio su
responsabilidad en la introducción de tecnología sofisticada en Cuba con el fin
de promover un cambio de gobierno y no, como siguen diciendo algunos, para
ayudar a conectarse a internet a la comunidad judía cubana que realmente no lo
necesita porque recibe ayuda suficiente, legalizada, de organizaciones y judíos
de varias partes del mundo.
Todo esto lo ha reconocido también Judy Gross,
esposa del subcontratista, quien por demás ha demandado a la DAI, la empresa que contrató a
Alan Gross para que introdujera esa tecnología en Cuba y por lo que iba a
cobrar, si las cosas se le hubieran dado como quería, una suma de
aproximadamente 590,608 dólares .
No obstante y para mi
sorpresa, el miércoles 20, horas después de haber disparatado en el Canal 41,
el mismo Joe García dijo en la cadena UNIVISION, en la edición nacional del
Noticiero de las 11.00 de la noche en reportaje de la periodista Lourdes del
Río, precisamente luego de que Ileana Ros-Lehtinen se manifiesta en contra de
un acuerdo entre Cuba y Estados Unidos sobre Los Cinco y Alan Gross, lo
contrario de lo que le había dicho al Canal 41.
Lo resumo en esta breve frase:
“Estoy de acuerdo con la libertad de cualquier norteamericano en el mundo, por
cualquier vía que sea”. Creo que así está mejor: algo, es algo.
El congresista García no
puede salvar a Yoani Sánchez de sus desatinos. Solo puede salvarse ella misma
si deja de mentir. No hay ninguna ironía en pedir la libertad de Los Cinco
luchadores antiterroristas cubanos porque son inocentes.
Yoani Sánchez debe
pensar que en el mismo lugar donde se encontraba el joven Fabio di Celmo,
muerto por un explosivo mandado a poner por Luis Posada Carriles, pudo
encontrarse su hijo.
No hay ironía ni hay principios políticos en Yoani
Sánchez; ni solidez ideológica y aunque no quisiera ser hiriente tengo que
decirlo: no hay tampoco inteligencia. Yoani no ha enseñado profundidad, ni
seriedad, ni habilidad a la hora de contestar, ni fluidez de palabras, ni
siquiera simpatía. Imagino lo que deben estar pensando quienes la fabricaron;
supongo la frustración que les causa haber hecho una inversión tan cara por
nada.
Es como haber comprado un yate muy bonito en el almacén del astillero y
luego contemplar cómo se hunde cuando lo tiran al agua.
Dicen que Yoani Sánchez hará
una visita a Miami en abril donde el Miami Dade College le pondrá una Medalla
Presidencial; también tendrá la oportunidad de recibir en sus propias manos la
medalla “Héroes de la
Libertad” que le otorgó el 21 de noviembre de 2009 el Consejo
por la Libertad
de Cuba (CLC), una de las organizaciones más recalcitrantes de Miami.
Según
dicen también, al paso que va, se ganará el título de “Chapitas” en honor a
todos los trujillistas que como Roberto Martín Pérez forman parte del CLC. Pero
realmente qué importan tantas condecoraciones, a quién le importa en Cuba los
títulos que gane Yoani Sánchez, a quién le importa en Cuba lo que pueda pensar
el congresista norteamericano Joe García.
Edmundo García* / periodista cubano residente en Miami, conductor del programa radial La tarde se mueve, que se transmite de lunes a viernes por la emisora 1450 AM
Tomado del sitio digital www.latardesemueve.com
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