El 3 de febrero de 1962 y al amparo de la Ley de Ayuda Externa de 1961,
John F. Kennedy decreta la Proclama Presidencial 3447 que impone el bloqueo
sobre el comercio entre Estados Unidos y Cuba, aunque desde 1959 ese país ya
aplicaba medidas económicas contra la joven Revolución.
Las sucesivas administraciones han aprobado
nuevas regulaciones para arreciar esta infamia, y en 1992 el Congreso
norteamericano incrementó aún más esa madeja de sanciones con la Ley Torricelli, en
la cual resalta su carácter extraterritorial.
En 1996, quedó promulgada la conocida como
Ley Helms-Burton, que eleva a rango de ley todas las normas, regulaciones,
leyes y órdenes presidenciales con relación al bloqueo económico financiero y
comercial, y las facultades encomendadas al Presidente de los EE.UU. para
enmendarla o dejarla sin efecto pasaban ahora al Congreso.
Esta política califica como genocidio y
viola los derechos humanos del pueblo de Cuba, que durante 20 años consecutivos
ha salido victorioso en las votaciones en la Asamblea General
de la ONU.
Pese a que el mundo se opone de manera casi
unánime a la continuidad de este crimen, la tozudez imperialista sigue indemne.
La última resolución que condena el bloqueo
a Cuba fue aprobada en 2012 con 188 votos a favor, tres en contra, y dos
abstenciones -Islas Marshall y Micronesia-, según anunció el presidente de la Asamblea General,
Vuk Jeremic, al término de un debate que se extendió por casi tres horas, en el
que la comunidad internacional condenó las agresiones contra Cuba.
La resolución de condena al bloqueo impuesto
por Estados Unidos contra Cuba ha sido aprobada en 21 oportunidades anteriores,
la primera vez en 1992 con 59 votos a favor, 3 en contra y 71 abstenciones.
Además de solicitar la abrogación de esa
medida, la resolución expresa preocupación porque continúan aplicándose nuevas
regulaciones dirigidas a ampliar el bloqueo, con graves efectos sobre la
población cubana y sus nacionales residentes en otros países.
En 2011, la Isla recibió apoyo de 186 países miembros de la ONU (de un total de 193) con
los únicos votos en contra de Estados Unidos e Israel y las abstenciones de
Islas Marshall, Micronesia y Palau.
Las votaciones comenzaron el 24 noviembre de
1992, cuando la 47ma sesión ordinaria de la Asamblea aprobó por 59 sufragios a favor, tres en
contra y 71 abstenciones la primera resolución en ese sentido.
La República de Cuba ha recibido el respaldo unánime
de las naciones del mundo en numerosos foros, en donde además de condenarse el
bloqueo se ha demandado al Gobierno de Estados Unidos su inmediato
levantamiento.
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba,
Bruno Rodríguez Parrilla, señaló ante el plenario de la ONU que no existe ningún
motivo legítimo o moral para mantener una medida anclada en la Guerra Fría.
“Es solo el arma de una minoría cada vez más
exigua, aislada, violenta y soberbia que lucra electoralmente con ella,
desprecia el reclamo de las mayorías y no se resigna ante la indoblegable
determinación de los cubanos de decidir su propio destino”, dijo.
El canciller cubano reiteró
la firme voluntad de Cuba de avanzar hacia la normalización de relaciones con
Estados Unidos y propuso una agenda para un diálogo bilateral, sobre bases
recíprocas y de igualdad soberana.
Según estimados de Cuba, el
bloqueo impuesto en febrero de 1962,
ha causado pérdidas a la economía de la isla caribeña
que ya exceden el billón de dólares, logrando daños humanos incalculables a la
población cubana.
Tomado de diversas
publicaciones de Internet
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