Un 4 de febrero de 1817, las tropas del
general San Martín derrotan a las españolas en el desfiladero de Achupallas, lo
que se considera el primer triunfo del Ejército libertador, que daría la
independencia a Chile.
Del 19 de enero al 25 de enero de 1817, del
campamento de El Plumerillo partió la columna principal, de tres mil 200
hombres, de las tropas del ejército al mando del general en jefe capitán general
José de San Martín con el objetivo de invadir el territorio chileno por el Paso
de Los Patos.
Previo a la salida de los batallones que
cruzarían por Los Patos se ordenó un depósito de abastecimiento ubicado en Los
Manantiales a más de tres mil metros sobre el nivel del mar, en Calingasta, San
Juan, éste fue destinado a satisfacer la alimentación de hombres y ganado
durante veinte días.
Consistían en víveres secos, 483 reses en
pie para la tropa y forrajes para mil 200 caballos. Además las columnas de
víveres "llevaban tres mil 500 arrobas de charqui, galletas de harina,
maíz tostado, vino y aguardiente".
El día 3 de febrero, luego de pasar las
cumbres por el paso de las Llaretas, Soler alcanzó el campo de los Piuquenes y
de allí destacó al sargento mayor Antonio Arcos a ocupar la zona de Las
Achupallas, a fin de facilitar el pasaje del grueso de las tropas.
Arcos con 200 hombres debía pasar por el
portezuelo de Valle Hermoso cayendo sobre la guardia realista de Ciénago, luego
debía continuar por el portezuelo del Cuzco y caer sobre la guardia de las
Achupallas.
Las realistas, en número de 100 hombres, que
habían tenido noticias del avance de Arcos, se emboscaron en el Valle de
Chalaco al norte de Las Achupallas, con la intención de envolver a las fuerzas
patriotas por los flancos.
Ante tal situación, el mayor Arcos ocupó una
posición defensiva con parte de sus efectivos y mantuvo a retaguardia una
importante reserva de caballería.
Producido el ataque realista, el mayor Arcos
ordenó un violento contraataque que concluyó exitosamente obligando la retirada
realista el 4 de febrero.
En este combate que fue un éxito para las
fuerzas patriotas, se destacó el teniente Juan Lavalle que cargara con sus 25
granaderos a una fuerza mucho mayor.
Los realistas huyeron, siendo perseguidos
por más de dos leguas. A las 12 de la noche el mayor Arcos enviaba al jefe de
la vanguardia el parte de la victoria y le hacía saber que el Valle de Putaendo
se encontraba en su poder.
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