portada del primer número de La Nueva Réplica |
Por Miguel Fernández Martínez
Según me comentan algunos amigos desde
Miami, el sábado último la controvertida ciudad del sur de la Florida amaneció
entre la sorpresa y el asombro de la multicompleja comunidad cubanoamericana,
al ver en los estanquillos de los principales restaurantes y gasolineras una
“nueva” revista, que aparece para alegría de unos, y rabia y pataleta de otros.
Según los editores de La Nueva Réplica,
nombre con que sale al mercado la nueva revista, “está hecha para tratar de
cubrir un vacío editorial y ser un foro que canalice la difusión de
trabajos, experiencias y estudios de la vida en Cuba y Miami.
“Dirigida a los lectores de Miami y de otras
partes del mundo, La Nueva Réplica es
una revista que pretende potenciar una generación de
conocimiento que impulse el debate sobre
la realidad cubana y de Estados Unidos”, aseguraron poco antes de 24 horas de
salir al mercado.
En la nota editorial que encabeza este
primer número, Max Lesnik reafirma que “ya la revista Réplica está de nuevo en
las calles de Miami. Ha resurgido de sus cenizas, cual Ave Fénix, como una
alternativa única a una prensa doblegada y complaciente, que por temor o favor,
hace silencio ante los poderosos intereses que a través de los años han
coartado la libertad de expresión de los grandes sectores de la comunidad
miamense, que con ser mayoritarios-y a pesar de ello-no tienen acceso a los
medios de comunicación social que han estado bajo el férreo control de una
extrema derecha soberbia, intolerante y anti-cubana”.
El editorial recuerda que “La otra revista
Réplica- la vieja Réplica-desapareció de la circulación a principios de la
década de los años noventa del siglo pasado, sepultada bajo una ola de bombas
terroristas que le dieron a Miami el merecido y nada honroso título de la
capital del terrorismo en América. En aquellos tiempos en un solo año estallaron
en Miami más de un centenar de letales artefactos explosivos bajo el silencio
cómplice de esa misma extrema derecha que en lenguaje orwelliano dice ser
“democrática” y defensora de la libertad de expresión”.
En el equipo de redactores de esta nueva publicación
destacan corresponsales en todos
los continentes entre los nombres sobresalen Ricardo Alarcón, Ciro Biachi Ross,
Jorge G. Barata, Reinaldo Taladrid, Luis Báez,
Roberto Solis, Nicolás Ríos, Salvador Capote,Nicolás P. Delgado, Andrés
Gómez, Lázaro Fariñas, Amy Woodman,
Edgardo Menéndez, y el Dr Juan Carlos
Zamora.
También La Nueva Réplica contará con
corresponsales permanentes en algunos paises y ciudades entre los que destacan
Edelberto López Blanch (Cuba), Salim Lamrani (Francia), José Pertierra
(Washington), Vivian Lesnik (Los Ángeles), Aldo Cuadrado (Venezuela) y el Dr
Raúl Alfonso (Miami).
En el primer número de La Nueva Réplica se
podrá leer un interesante trabajo que aborda
los fraudes al sistema de salud de Estados Unidos, especialmente en el
Estado de La Florida, donde la ciudad de Miami encabeza la lista en la relación
de los millones estafados, ganándose así el triste y nada honroso calificativo
de “la capital del robo al Medicare”.
En un artículo publicado en el sitio Cubadebate y firmado por el periodista cubano Hedelberto López Blanch, pudimos conocer que La Revista Réplica surgió a finales de la década de 1960 como contrapartida a la única publicación en español que circulaba en aquella época en Miami, (no existían medios importantes de radio, televisión o periódicos) dirigida por personal de la derrocada dictadura de Fulgencio Batista y que se nombraba, increíblemente, Patria.
Los batistianos, por medio de su diario,
influenciaban en la mentalidad de todos los emigrados, sembrando la
intolerancia y el terrorismo contra el pueblo cubano.
El periodista cubano residente en Miami Max
Lesnik funda el semanario Réplica que cuando ve la luz en sus entonces oficinas
de la 3026 NW y 7 St., lo hace con ocho páginas tabloide, pocos anuncio y mala
calidad de impresión. Pero sus artículos sirvieron para llenar el vacío
informático y contrarrestar los planteamientos y filosofía de la ultraderecha
batistiana.
Dado el impacto positivo que tuvo dentro de
la emigración, de tabloide se convierte en 1972 en una revista semanal con 48
páginas y con un formato y estilo parecidos a la revista cubana Bohemia.
“Desde sus inicios no se aceptaron
subvenciones extrañas y mucho menos de la CIA que por entonces entregaba dinero
a periodistas, diarios y otras publicaciones”, afirma Lesnik.
Debido a la confrontación desde sus páginas
con la poderosa derecha cubanoamericana, apoyada por las diferentes
administraciones estadounidenses, estos elementos comenzaron el boicot contra
Réplica, sobre todo cuando en 1978 la publicación apoyó las conversaciones que
se realizaron entre la comunidad emigrada y el gobierno de la Isla.
La agresividad no se hizo esperar y “la
semilla venenosa del fascismo fue tomando cuerpo en el alma del exilio”,
puntualiza Max.
El resultado fue varias bombas en las
oficinas, intentos de asesinato contra su editor, amenazas y agresiones a los
comerciantes que distribuían las revistas en los establecimientos,
intimidaciones a los anunciantes.
El cerco fue total y las entradas monetarias
se fueron reduciendo a la mínima expresión mientras el gobierno federal
“investigaba” los hechos pero nunca aparecieron los culpables.
Las autoridades norteamericanas no podían
permitirse que la última bomba estallara. Cuatro libras de C-4 habían sido
colocadas en el local, y su fuerza expansiva haría volar toda la manzana e
incluso una escuela que se encontraba frente a Réplica.
El artefacto fue desactivado y con la
intervención del FBI resultaron detenidos algunos elementos de la organización
terrorista Omega 7, los que más tarde fueron liberados.
En 1983 el jefe principal de Omega 7,
Eduardo Arocena fue detenido y acusado de planear el intento de asesinato
contra el embajador cubano en Naciones Unidas, Raúl Roa Kourí, de tráfico de
drogas y de colocar más de 20 bombas en Nueva York y Miami
En sus alegatos, antes de que fuera
condenado a cadena perpetua, Arocena declaró que Pedro Remón, (el mismo que con
Posada Carriles, Guillermo Novo y Gaspar Jiménez Escobedo intentaran asesinar
en Panamá al presidente cubano Fidel Castro), era el autor directo de los
asesinatos del funcionario cubano en Naciones Unidas, Félix García y del cubano
emigrado Eulalio José Negrín.
Remón no se le acusó de asesinato y solo
cumplió unos meses en prisión a pesar de que en 1986 el juez Robert L. Ward,
del distrito federal de Manhattan lo condenó, junto con Andrés García y Eduardo
Losada a 10 años de encarcelamiento. La sanción fue solo un engaño pues el
magistrado Ward señaló en el juicio que admiraba las acciones de Omega 7 para
sacar de la silla al gobernante cubano Fidel Castro.
Las agresiones contra Réplica, ejecutadas
por Omega 7, ocasionaron que la revista y sus otras publicaciones que ya
sumaban cuatro, fueran reduciendo tirada y personal hasta que a fines de la
década de 1990 dejaron de circular.
En resumen, como indica su fundador y ex
director, Max Lesnik, Réplica es otra víctima de las profusas acciones
terroristas realizadas en Miami que durante más de 40 años han contado con el
apoyo de las diferentes administraciones norteamericanas.
Con
información tomada de El Duende (Radio Miami) y Cubadebate
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